“Naturalmente sin lactosa. Bajo contenido en grasas saturadas. Sin azúcares añadidos. Contiene azúcares naturalmente presentes”, se puede leer en el frontal del envase de la bebida de avena con cacao de la marca Bonpreu. Lo lees y parece un producto saludable... Pero, si le echas un vistazo al dorso, la historia de amor acaba en desengaño.
Y es que esta bebida del Grupo Bonpreu - Esclat contiene 9 gramos de azúcares libres por cada 100 --la Coca-Cola, por ejemplo, tiene 10,6 gramos--. ¿Cómo es posible que tenga tal cantidad de azúcar cuando existen muchas otras bebidas de avena que tienen 5 gramos de azúcar por cada 100, o incluso 0 gramos? ¿Será por el cacao? ¿Dónde está el truco?
La artimaña de Bonpreu con su bebida de avena
“Tiene una cantidad de azúcares demasiado elevada para la cantidad de avena (22%) que lleva el producto”, expone el profesor de nutrición de la Universidad San Jorge de Zaragoza, Juan Revenga, quien explica que, para conseguir que tenga tantísimos azúcares, el fabricante retuerce la avena y la somete a un proceso enzimático --hidrolizar-- en el que los almidones se parten, sueltan la glucosa y generan estos azúcares libres que aportan dulzor a la bebida.
Una cantidad de azúcar que “no estaba en la materia prima --la avena tiene alrededor de un 2% de azúcar--. Los números, naturalmente, no coinciden ni de lejos con los del producto”, añade Revenga. La diferencia entre la mayoría de bebidas de avena, que contienen alrededor de un 5% de azúcares simples, y el 9% de la de Bonpreu, “es una barbaridad”, apunta la tecnóloga de los alimentos, Paloma Quintana, quien explica que el 1,3% de cacao que lleva esta bebida no justifica tal diferencia. Así pues, los azúcares no se han añadido, “se han extraído de los ingredientes”, resume la experta.
Las apariencias engañan
Este tipo de bebidas “son un problema porque incluyen reclamos, como bajo en grasas y sin azúcares añadidos, por los que se rige el consumidor”, advierte Quintana sobre la bebida de avena y cacao de Bonpreu, que presume de no tener grasa ni azúcares añadidos, pero tiene una cantidad elevada de azúcares y las proteínas y la fibra brillan por su ausencia.
“No es un producto interesante a nivel nutricional”, zanja la experta. Sin rodeos, Revenga opina que el fabricante de la bebida de avena y cacao de Bonpreu “obra con muy mala idea para confundir al consumidor, y consiguen engañarlo”.
Un chorrito de vez en cuando
Al final, no deja de ser una bebida de cereales. “Es como comer fruta o beberse un zumo, siempre es mejor decantarse por la pieza, por los copos o las gachas de avena en este caso, si no te quieres exceder con el azúcar”, expone Quintana.
Puede ser una buena opción para introducir hidratos de carbono en deportistas, o echarle un chorrito al café, pero “desayunar o merendar una taza de esta bebida no es la opción más saludable en el contexto en el que vivimos de exceso de azúcar en la dieta, sedentarismo, etcétera”, advierte la tecnóloga de los alimentos, quien desaconseja dar “este chute de azúcares sin proteínas” a los más pequeños.
Un etiquetado incomprensible
Según establece el Reglamento de la Unión Europea (UE) número 1169/2011 en el Artículo 15, “la información alimentaria obligatoria figurará en una lengua que comprendan fácilmente los consumidores de los Estados miembros donde se comercializa el alimento”. Algo que no sucede con la bebida de avena y cacao de Bonpreu.
“En su propio territorio, los Estados miembros en que se comercializa un alimento podrán estipular que las menciones se faciliten en una o más lenguas de entre las lenguas oficiales de la Unión Europea”, prosigue el Artículo 15. Por ahora, el catalán no es una de las 24 lenguas oficiales de la UE.