Esta es la bebida de fruta del dragón de Lidl que la OMS jamás recomendaría

Se trata de un zumo de nombre exótico que tiene más azúcar que la Coca-Cola y el Red Bull

Los zumos de mangostán y de fruta del dragón en un supermercado Lidl / CG
Los zumos de mangostán y de fruta del dragón en un supermercado Lidl / CG

Basta con abrir los ojos para ver que la vida se ha convertido en una infinita sucesión de anuncios. Están en todas partes. En el móvil y en el ordenador, en las marquesinas de las paradas de bus y en las estaciones de metro, en el cine y en el televisor, y, por supuesto, en los supermercados, donde muchas veces la industria alimentaria utiliza estrategias de marketing poco honestas para captar la atención del consumidor. Etiquetas engañosas que hacen que un determinado alimento destaque entre los miles de productos que se pueden encontrar en un supermercado. Esto mismo sucede con algunos de los zumos, néctares y bebidas de la marca de Lidl Solevita, que utiliza el dudoso arte de no llamar a las cosas por su nombre.

“El sector de las bebidas es muy competitivo. Si destacas por un nombre exótico a un precio asequible es como un pequeño lujo y lo vendes por delante de otros productos”, expone a Consumidor Global Beatriz Robles, doctora en ciencia y tecnología de los alimentos especializada en seguridad alimentaria, en referencia al zumo de pitahaya --también conocida como fruta del dragón-- de Solevita, que se presenta como una bebida exótica y saludable cuando es de todo menos exótica y saludable.

El zumo de Lidl con más azúcar que Coca-Cola o el Red Bull

El zumo de fruta del dragón de Solevita “contiene más azúcares libres de lo que recomienda la OMS, como máximo, para todo el día”, advierte Laura Caorsi, especialista en alimentación y salud.

Los zumos de mangostán y fruta del dragón de la marca Solevita de Lidl / FACEBOOK
Los zumos de mangostán y fruta del dragón de la marca Solevita de Lidl / FACEBOOK
 

En concreto, una botella de 330 mililitros de este zumo de Lidl lleva 38,6 gramos de azúcar, por lo que supera con creces el límite de 25 gramos diarios que establece la Organización Mundial de la Salud.

La peor elección

“Es un alimento a consumir lo menos posible. Tiene una cantidad de azúcar brutal y lo más peligroso es que el consumidor lo perciba como un producto saludable”, apunta Robles, quien explica que las peores elecciones alimentarias son las que se hacen sin saber que son erróneas. De hecho, la bebida de Solevita tiene más azúcar que una Coca-Cola o un Red Bull, que tienen 9 y 11 gramos de azúcar respectivamente por cada 100 mililitros.

“Todo el mundo sabe que tomar una Coca-Cola es malo e insano, pero nadie relacionará la ingesta de este zumo con los efectos adversos que tiene el consumidor de Coca-Cola, que son los mismos”, alerta Robles. El zumo de Solevita también ha recibido la peor calificación posible (E) por parte de Nutriscore.

Destacar el ingrediente que está en menor proporción

Los productos envasados suelen presumir de sus mejores ingredientes o de los más apreciados por el consumidor --los más saludables, caros o exóticos-- en el frontal del envase. Así, Solevita destaca la fruta del dragón por ser un alimento antioxidante, rico en minerales, vitaminas y fibra, y bajo en calorías. “Estas propiedades las tiene la fruta entera, no este zumo, donde además la pitahaya es el ingrediente que está en menor proporción”, matiza Robles.

De hecho, este alimento está compuesto de zumo de manzana (43,5 %), zumo de uva blanca (43,5 %), zumo de frambuesa (10 %) y, en una proporción muy inferior, puré de fruta del dragón (3 %). “El etiquetado sería más fiel a la realidad si pusiera, por ejemplo, ‘zumo de manzana y uva blanca’, pero claro, entonces tendrían que renunciar al gancho del exotismo”, apunta Caorsi.

¿Todo vale con tal de vender más?

Ambas expertas coinciden en que el caso del zumo de Solevita es una práctica muy habitual como estrategia de marketing en la industria alimentaria porque la legislación “es imprecisa” y lo permite. “Siempre que el ingrediente esté presente --no hay una cantidad mínima-- puede destacarse en el etiquetado”, explica Robles, quien añade que la industria juega con la normativa hasta el límite. “Es un problema porque muchas empresas utilizan esta permisividad para hacer marketing desleal y confundir al consumidor, algo que luego es muy difícil de probar”, apunta Robles.

Un supermercado Lidl / LIDL
Un supermercado Lidl / LIDL

También es habitual ver este tipo de triquiñuelas en las ensaladas de cangrejo --muchas sólo contienen un 1% de este crustáceo--, en las aguas funcionales enriquecidas con algún mineral y en todo tipo de productos de alimentación. A veces, incluso, algunas marcas destacan ingredientes que sus productos no tienen, como las palomitas de mantequilla de Popitas o las tortitas de jamón ibérico de Bicentury.

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