Las bebidas energéticas están categorizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como productos que no pueden formar parte de una dieta equilibrada. Se diferencian de otras porque, según presumen, aumentan la energía, la resistencia, el rendimiento atlético y la concentración. Pero, justo el principal problema está en el chute de cafeína y de azúcar que ofrecen. Además, todas ellas, contienen otros estimulantes no nutritivos como el guaraná, el ginseng, la yerba mate, la taurina o el huasaí.
El mercado de los refrescos “con alas” en España ha estado liderado por Red Bull hasta finales de 2019, cuando la firma fue desbancada por Monster. Aunque contiene más cantidad de azúcar y de cafeína, la bebida distribuida por Coca-Cola alcanzó una cuota de mercado de más del 37%. “Ningún componente por sí solo entraña riesgo para la salud, pero sí su consumo combinado y excesivo”, aclara la nutricionista y entrenadora personal Begoña Gil. La cafeína funciona como un estimulante del sistema nervioso central. De hecho, algunos tipos de café tienen niveles similares a los de las bebidas energéticas, pero la diferencia es que éste se ingiere caliente y más despacio. Sin embargo, su exceso puede provocar hipertensión, náusea, vómito y convulsiones, entre otras dolencias. Además, pueden resultar adictivos.
Diferencia entre bebidas energéticas e isotónicas
Las bebidas energéticas son aquellas “no alcohólicas que contienen cafeína, vitaminas y otros ingredientes”, según la OMS. Por ello, se comercializan con la finalidad de aumentar la energía e incrementar el rendimiento físico y mental. Mientras, las isotónicas --también denominadas rehidratantes o deportivas-- son aquellas destinadas a regular los niveles de sal y de azúcar, con concentraciones similares a las recomendadas en el cuerpo humano. “La principal diferencia entre ambas bebidas son los estimulantes y la cantidad de azúcar”, aclara Ángel Soriano, nutricionista y miembro de Doctoralia.
Pese a la publicidad relacionada con el mundo del deporte, las bebidas energéticas no son hidratantes y, de hecho, pueden contribuir a una más rápida deshidratación del deportista. “Por su composición, estas bebidas pueden disminuir el vaciamiento del estómago e interferir en la absorción de líquido y nutrientes en el intestino”, indica Gil.
‘Ranking’ y comparativa
En España, las marcas más vendidas de estas bebidas son Monster, Red Bull y Burn. De hecho, entre las tres se reparten el 80% del mercado, siendo Monster la reina del panal. No obstante, esta firma es, por sus componentes, la más dañina para la salud. En concreto, una lata de 500 mililitros de Monster contiene 180 miligramos de cafeína y 55 de azúcar; mientras que una de Red Bull incluye 150 miligramos de cafeína y 50 de azúcar.
Pero, si no son realmente buenas ¿por qué triunfan? El éxito se debe a los beneficios que la gente cree que tienen, como el incremento del rendimiento, una aceleración del metabolismo y el aumento de la energía. Pero, en realidad “estas bebidas no son energizantes, sino estimulantes. La cafeína ejerce un efecto directo sobre el sistema nervioso central y una falsa sensación de vitalidad, al mismo tiempo que crea un nivel de alerta y disminuye la percepción del esfuerzo físico”, aclara el Instituto de Formación Profesional MEDAC.
Principales riesgos
El 100% de esas bebidas son ultraprocesadas, con un elevado aporte calórico y unos niveles de azúcar muy altos. “Si las comparamos con el resto de refrescos gaseosos --algunos ya en el punto de mira-- tienen un 64% más de azúcar que el resto”, detallan fuentes de la empresa que ha desarrollado la app de nutrición El Coco. De hecho, con una lata de 33 centilitros, ya tenemos casi el nivel de azúcar máximo diario recomendado por la OMS para un adulto, es decir, 25 gramos.
La cafeína en sí no es mala. De hecho, “una dosis diaria que oscile entre los 75 y los 300 miligramos puede ayudar a mejorar las labores físicas e intelectuales”, indica la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Sin embargo, ante una ingesta excesiva de esta sustancia es posible que surjan “mareos, náuseas, nerviosismo e irritabilidad, pero también un aumento del ritmo cardíaco, de la tensión arterial e incluso arritmia”, según la Fundación Española del Corazón.
Regulación
“Son bebidas químicas, con muchos estimulantes y altas concentraciones de azúcar. Por lo tanto, repercuten en la salud, en la obesidad y su efecto negativo sobre la flora intestinal”, aclara el nutricionista Soriano. Pese a ello, casi el 50% de los adolescentes con edades entre los 14 y 18 años consumen estas bebidas mezcladas con alcohol, tal y como señala el Observatorio Español de Drogas y Toxicomanías. Para evitar que eso ocurra y reducir el porcentaje, el Gobierno ha impulsado un impuesto a las bebidas azucaradas que también afecta a las energéticas, con un IVA del 21%. Así, una lata de medio litro de Monster pasa a costar 1,11 euros --respecto al euro que valía antes--.
Pero, como era de esperar, este gravamen no gusta a las principales marcas y algunas ya buscan la manera de librarse. Red Bull, por ejemplo, cuenta con una línea Organics para ofrecer una opción más saludable. Según el fabricante, esta bebida está “elaborada con ingredientes procedentes de fuentes 100% naturales, certificados con el sello orgánico de la Unión Europea”. Sin embargo, algunas de estas opciones orgánicas contienen cafeína y, por supuesto, están carbonatadas. “Han recurrido a aditivos y conservantes procedentes de plantas, pero esto no implica que sean mejores. De hecho, contienen azúcar, un ingrediente nada deseado para nuestra dieta habitual”, concluye la doctora nutricionista y dietética Mónica Herrero.