Loading...

Así sabe la hamburguesa Criminal de la influencer Alba Paul (ex de Dulceida)

Probamos una burger con mucho marketing, y más cara que las de McDonald’s, pero no muy diferente en cuanto a sabor

Juan Manuel Del Olmo

Una persona prepara unas hamburguesas / UNSPLASH

Cuando Alfred Gradus abrió Alfredo’s Barbacoa en el centro de Madrid, sólo hacía unos meses que McDonald’s había aterrizado en España. Era 1981 y, aunque Burger King llevaba seis años en Madrid, aún no existía Pans & Company y los españoles desconocían nombres como Domino's Pizza, Five Guys o Peggy Sue. Hoy en día, el de las hamburguesas es un mundo con una variedad enorme en el que hay incluso opciones veganas. Además, los influencers se lanzan a comercializar sus propias versiones en una fiebre por la comida americana. Es lo que ha hecho Alba Paul, una joven con más de 1 millón de seguidores en Instagram (ex de Dulceida), que está al frente de Criminal Burger.

En Consumidor Global hemos probado una hamburguesa de esta nueva marca, que apenas tiene un mes de vida, y hemos preguntado a varios expertos para saber dónde acierta y dónde falla.

Un combo con hamburguesa, patatas y bebida por 16 euros

El precio en Criminal Burger oscila entre los 8 y los 13 euros. Y, en concreto, el Combo Criminal, un pack de patatas fritas, hamburguesa y refresco de 33 centilitros, cuesta 15,80 euros. 

El pack de Criminal Burger / CG

No es barato si se compara con otras cadenas: en Goiko Grill, las tres cosas pueden costar unos 14 o 15 euros, y si se pide menú del día (de lunes a viernes) en un restaurante físico, puede ser aún más barato. En The Good Burger los precios son similares. Además, añadir, por ejemplo, un extra, como el bacon en polvo, supone 1,50 euros más, a los que hay que añadir otros dos euros del envío por Just Eat.

Un 'packaging' mejorable

El pedido llega en unas bolsas naranjas con el logo de Criminal. Aquí vemos el lema de la marca, ambicioso: “deliciosa condena”, que juega con el concepto de lo criminal, prohibido, y el sabor. A nivel de marketing, un 10. A continuación, abrimos la bolsa y vemos el combo envuelto en un paquete de plástico que, desplegado, hace las veces de bandeja. Punto a favor: los más vagos no tenemos por qué ensuciar un plato. En esta suerte de bandeja vemos los tres elementos: las patatas, (correctas, bien de sal, firmes, pero sin alardes), la hamburguesa envuelta y un sobre aparte que contiene la lechuga y una rodaja de tomate.

Este detalle nos ha llamado la atención. ¿Acaso la frescura de una lechuga es una afrenta para los talibanes carnívoros y hay que ponerla aparte? Hemos preguntado a varios expertos para conocer qué es correcto incluir en este icono de la cocina americana y qué no. Berty García es el cocinero de Berty’s Burger, un local de Gijón que ha obtenido el premio a la segunda mejor hamburguesa de España en el concurso Best Burger Spain. Este experto explica que ellos tampoco le ponen lechuga ni tomate. “Creo que son ingredientes que pueden pegar en una de pollo, pero no tanto en una de carne”, expresa. Así que... Punto a favor para Criminal.

Aspecto de la Criminal Burger según la web / CRIMINAL BURGER

Papel de aluminio y hamburguesa plana

A continuación, antes de hincarle el diente a la hamburguesa, retiramos el papel que la envuelve, y aparece una segunda envoltura de papel de aluminio. Esta segunda capa parece una buena idea para preservar la temperatura del alimento, pero no es lo más ecológico. Además, al envolverlo bien con papel de aluminio, el producto se aplasta en exceso. 

Una vez descubierta del todo, la apariencia no es la mejor. El pan posee, efectivamente, un aspecto arrugado. El tamaño también es justito. Se trata, en definitiva, de una burger compacta, chata incluso, lejos de esas composiciones complejas que superponen pisos como si se tratara de esculturas. El estilo de la hamburguesa, como bien se indica a la hora de pedirla, es smashed, es decir, de carne aplastada en la propia parrilla, lo que elimina el grosor de la carne que resulta tan estético en otras.

Una carne decepcionante

Para los más insaciables, la Criminal Burger, a priori, podría resultar pequeña. Aunque no nos hemos quedado con hambre, al principio el tamaño decepciona, sobre todo con el precio en mente. Berty García explica que, bajo su punto de vista, lo bueno y breve es dos veces bueno. En su establecimiento, la hamburguesa tiene 180 gramos. Las de Criminal andan cerca, quizá algo menos (en la web no se especifica, lo que sería deseable).

La Criminal Burger de la 'influencer' Alba Paul / CG

Antes de probarla, añadimos el bacon en polvo, algo que no han hecho en cocina: añaden un pequeño envase para que el propio comensal lo sirva a su gusto. Esto implica levantar el pan superior, lo que no es una tarea del todo sencilla: no es una rebanada ligera, sino que se ha adherido un poco a la carne. En boca, por fin, la sensación inicial es aceptable. El regusto permite apreciar más cosas, pero la hamburguesa tampoco causa una impresión muy notable. No es sobresaliente ni ‘iríamos a la cárcel’ por ella. Ya hemos probado esto antes, o algo muy similar. Quizá lo mejor de todo sea la salsa criminal, muy acertada y en absoluto picante, con un punto a salsa césar. Pero la carne en sí resulta anodina.

El pan, de aprobado raspado

En Berty’s Burger, explica García, su carne es de vaca rubia gallega que se somete a maduración. En la misma línea, Darío del Monte, de Gastro Selva (un local que se ha alzado con el premio a la segunda mejor hamburguesa de Castilla y León), señala que lo más importante es la materia prima. “Al principio comprábamos en la carnicería la carne prensada. Ahora la picamos nosotros mismos y se nota una barbaridad”, cuenta. En Criminal no se acercan ni de lejos a esta excelencia.

Con el pan ocurre algo parecido. “Nuestro pan es estilo brioche, blandito, bien tostado, con mantequilla”, relata García. Del Monte expone que “el pan de moda es el de brioche”, pero ellos emplean uno de panadería con el que han logrado esa ligereza que acompaña perfectamente a la burger sin quitarle protagonismo. El problema es cuando se pasa de blando y falla la resistencia, que es lo que ocurre con la Criminal.

Un cocinero prepara unas burgers / UNSPLASH

Queso sólido

Lo ideal es que los ingredientes convivan entre sí, no que uno eclipse a otro. En la Criminal, el queso está opacado. Debería ser una estrella y es un añadido sin gracia, demasiado sólido. En Gastro Selva, y en cualquier hamburguesería que se precie, los quesos tienen protagonismo. “Muchas veces los terminamos de servir delante del cliente. Tampoco hay que pasarse de líquido, no queremos que sea una bañera, pero sí buscamos que esté cremoso”, detalla del Monte.

Dak Burger, en Mijas (Málaga), ha obtenido el premio a la tercera mejor burger de Andalucía. Ellos optan por un pan brioche de Juanito Baker, uno de los proveedores más respetados. “Si no pones un buen queso, la hamburguesa pierde mucho”, explica Bernardo Jiménez, su cocinero. Este experto señala que la variedad dependerá de la carne, pero que hay muchas opciones, más allá del cheddar. Ellos, por ejemplo, también utilizan queso monterrey. “Lo importante es que se funda bien”, cuenta.

Aspecto de la carne / CG

Los 'influencers' se suben al carro

Muchas influencers probaron por primera vez las Criminal Burger en la gala de los Premios Ídolo, un evento creado por y para influencers. En dicha gala tuvo lugar una recena en la que se repartieron decenas de hamburguesas de la marca y de las que dieron buena cuenta, por ejemplo, Madame de Rosa (Ángela Rozas). El perfil de Instagram de Criminal Burger (que, en las pocas semanas que lleva activo, ya suma 6.000 seguidores), así lo recogió también. 

Lo de sacar una hamburguesa no es una idea novísima por parte de Alba Paul. Es una tendencia clara, desde el McMenú de Aitana hasta los lanzamientos de exconcursantes de Masterchef. Algunos influencers como ElRubius también se han subido al carro. Si bien Berty García y Darío del Monte consideran que este boom puede ser positivo porque aumenta la popularidad de la hamburguesa como producto, Bernardo tiene una opinión diferente: “Rubius pone el nombre. No lo veo del todo correcto, porque ellos no tienen ni idea de cocinar. Pero los influencers y su imagen es lo que más influye”, zanja.