El organismo absorbe mejor los compuestos beneficiosos del zumo de naranja si se agrega betaglucano, una fibra soluble de la avena. Así lo ha descubierto el grupo de Agroindustria y Calidad Alimentaria del centro Alameda del Obispo de Ifapa, junto a las universidades de Córdoba (UCO) y Glasgow, en Escocia, que lo han confirmado en estudios clínicos con voluntarios sanos.
El proceso que se produce en el intestino tras la ingesta de jugo enriquecido mejora los efectos positivos sobre la flora intestinal. Según ha indicado la Fundación Descubre, en los ensayos realizados se ha confirmado el “aumento del 30 % en la absorción de ciertos componentes que se ingieren con el zumo con salvado”.
Acción de la fibra
En un artículo científico publicado en la revista Free Radical Biology Medicine los investigadores demuestran que la acción de la fibra se produce en el tracto intestinal, promoviendo que los microorganismos transformen los compuestos del jugo en otras moléculas más sencillas y disponibles para el organismo. Así, están disponibles para su absorción y difusión en el torrente sanguíneo.
Asimismo, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, el consumo de betaglucano contribuye a la reducción del nivel de azúcar en sangre que se concentra después de haber comido. Si este valor es alto, se puede incrementar el riesgo de desarrollar diabetes.
Regular el colesterol y la glucosa
“Utilizamos esta sustancia porque se ha demostrado que puede regular la disponibilidad de ciertos compuestos en el organismo, como el colesterol y la glucosa, y hemos comprobado que también afecta a los compuestos fenólicos o antioxidantes de la naranja”, ha señalado la investigadora autora del artículo, Gema Pereira. Los estudios previos confirmaron que los compuestos fenólicos tienen multitud de efectos positivos para el organismo. Además de regular la glucosa, son cardioprotectores, antiinflamatorios y antioxidantes.
Por su parte, las flavanonas, también presentes en los cítricos, son neuroprotectoras y anticancerígenas. Estos compuestos llegan al colon, donde la flora actúa transformándolos en otros antioxidantes más sencillos, que pasan al torrente sanguíneo y ejercen su misión antiinflamatoria y de promoción del sistema inmunológico.