En España, el 65 % de las personas mayores de 60 años sufren hipertensión, una de las principales causas de muerte en el mundo, por lo que no pueden, o por lo menos no deberían, tomar sal.
Hay muchos motivos que pueden llevar a una persona a tener una presión arterial alta como el sobrepeso, los genes, la raza, el estrés o ciertas enfermedades, pero un exceso de sal en la alimentación hace que el cuerpo retenga líquidos y provoca hipertensión.
Guerra a la sal
Los expertos recomiendan una ingesta diaria máxima de 5 gramos de sal por persona y día, sin embargo, se calcula que la población española consume aproximadamente 10 gramos, el doble de lo recomendado.
El exceso de sal no solo provoca tener la tensión alta y con ella posibles accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y enfermedades renales, su abuso en la dieta puede derivar en enfermedades como la insuficiencia renal, problemas cardiovasculares, osteoporosis, úlceras, etc.
Alternativas para que la comida no quede sosa
Entre los mejores sustitutivos de la sal están el ajo y la ceblla, según los expertos de TKE Home Solutions. Se trata, además, de dos de los alimentos que más se usan a la hora de dar sabor a las comidas, no sólo porque los platos no serían los mismos sin su sabor, sino porque son dos de los alimentos que más propiedades beneficiosas tienen para la salud.
Las hierbas y especias también son fundamentales para realzar los sabores de los alimentos, pero no sólo sirven para eso: desde la antigüedad se han utilizado con fines terapéuticos como ayudan a la digestión, despertar el apetito e incluso sanar afecciones estomacales.
Otros condimentos para evitar la sal
El jengibre cada vez se emplea más en la cocina por sus propiedades beneficiosas: realza el sabor aportando un toque cítrico y a la vez picante.
Los alimentos marinados, las salsas de verduras, los quesos, los sofritos de hortalizas, los cítricos, los aceites aromáticos, el vino y ciertos alcoholes también son potenciadores del sabor en las comidas y sustitutivos de la sal.