Hoy en día podemos encontrar en los supermercados diferentes alternativas a la leche de vaca. Esto es de vital importancia para los intolerantes a la lactosa. ¿Qué productos tienen lactosa? La leche, el queso y otros productos lácteos tienen esta sustancia, en especial la primera.
El problema que tienen los intolerantes a la lactosa es que producen demasiada poca lactasa, una enzima que facilita la digestión de la lactosa. Aproximadamente entre un 25 % y un 40 % de los adultos padecen esta intolerancia, y sufren de cólicos, diarrea e inflamación cuando toman algún alimento con este nutriente.
Alternativas a la leche sin lactosa
La leche deslactosada es la recomendada si se quiere mantener el mismo valor nutricional que el de la leche de vaca, que es rica en proteínas, calcio, y varios minerales y vitaminas. Pero también hay muchas otras alternativas que también son saludables y no contienen lactosa. Muchas de ellas son bebidas que provienen de plantas.
La leche de soja es otra buena opción si buscas una bebida que contenga los nutrientes más parecidos a la leche de vaca, ya que, según Romano “coincide con el calcio, la vitamina D, las calorías, etc”. Otras opciones son las bebidas de avena, de cáñamo, de lino y de nueces, que cuentan con grasas más saludables que las de la leche de vaca y con menos calorías, según Walter Willett, profesor de epidemiología y nutrición en la Escuela TH Chan de Salud Pública de Harvard. La leche de coco, en cambio, contiene altos niveles de grasa saturada, que puede aumentar el colesterol.
Es importante leer las etiquetas
La leche de avena sin azúcares añadidos tiene niveles altos de fibra y de calorías, como la leche de vaca. Pero, si lo que nos interesa es la proteína, la leche de soya es la mejor alternativa.
No obstante, Willet recomienda leer las etiquetas para buscar bebidas altas en calcio y vitamina D, beneficiosas para los huesos. Además, lo ideal es que las bebidas no contengan azúcares añadidos, como pasa en muchas leches saborizadas.
La leche de vaca contamina más
Dejar de consumir productos lácteos reduce la huella ambiental, ya que la producción de este tipo de bebidas genera una alta emisión de gases de efecto invernadero.
Las leches alternativas son preferibles para el medioambiente.