El popular cocinero español Karlos Arguiñano ha recomendado en su libro ‘Las recetas de toda la vida’ el mejor orden a la hora de aliñar la ensalada para marcar la diferencia en su sabor. No es como la propiedad conmutativa que nos enseñaron en el colegio donde el orden de los factores no altera el producto. Aquí el orden importa y mucho.
Aunque existen muchas alternativas para darle sabrosura a la ensalada, como pueden ser las vinagretas, con la santísima trinidad de ingredientes tan sencillos como son el aceite, vinagre y sal se puede aliñar muy decentemente prácticamente cualquier plato. Eso sí, se debe tener algo de mimo a la hora de mezclarlos, y sobre todo, a la hora de entender cuándo hacerlo.
El orden
Cuando hablaba de una ensalada de bonito y tomate en sus páginas, Karlos Arguiñano recordaba el dicho popular que habla de que, para aliñar una ensalada, es necesario alguien prudente con la sal, alguien generoso con el aceite y alguien tacaño con el vinagre. Eso, evidente, va en gustos. No obstante, lo que no debería ir en gustos es el orden del aderezo.
Para ello, lo que Arguiñano explica en su receta sencilla de ensalada mixta es que lo primero que debemos hacer es añadir la sal, luego el vinagre y por último el aceite. Con esto conseguimos que la sal y el vinagre se adhieran en los ingredientes dándoles un poquito más de sabor, y luego el aceite termine de rematar el plato.