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Adelgazar rápido: 10 trucos para perder peso y no sufrir el efecto rebote
Cuidar la alimentación, aprender a relajarse y cambiar determinados hábitos de vida son aspectos fundamentales para lograr el objetivo
Se acerca el verano y empiezan las prisas para perder peso y lucir buen tipo en bañador. Dieta y ejercicio son los clásicos de esta época para quitarse esos kilos de más, pero deshacerse de ellos a veces se hace un poco cuesta arriba.
Sin embargo, existen algunos trucos bastante efectivos para conseguir un vientre plano y adelgazar de una forma más sencilla. Una pequeña siesta, fijarse un poco más en lo que se come o aprender a relajarse son algunos de los aspectos incluidos en este decálogo de recomendaciones.
Alimentos que ayudan a adelgazar
Uno de los aspectos básicos para conseguir bajar de peso tiene que ver, como es obvio, con lo que se come. Así, dentro de este apartado, la primera recomendación es acudir a alimentos ricos en fibra. Ésta ayuda a ralentizar la digestión y se encuentra en cereales integrales, avena, verduras, frutas y legumbres. Además, tiene efecto saciante, es decir, ayuda a calmar el hambre y evitar los picoteos innecesarios y poco saludables que hacen engordar.
En el terreno de la alimentación también es importante tener en cuenta los beneficios del magnesio, que ayuda a controlar los niveles de azúcar e insulina. Éste puede encontrarse en los frutos secos, los cereales y las legumbres. En tercer lugar, también es importante tener en cuenta el consumo de proteínas, alrededor de 70 gramos diarios. Este elemento es importante para el mantenimiento de los músculos, sobre todo después de entrenar. Por otro lado, un aliado en la tarea de perder peso también puede ser el té verde. Es rico en antioxidantes y ayuda a quemar la grasa abdominal durante el ejercicio. El quinto aspecto a tener en cuenta a la hora de comer, es el modo en el que se hace. Por un lado, poner los alimentos en un plato pequeño ayuda a reducir las cantidades que se ingieren. En ese sentido, otra estrategia posible es distribuir los tipos de alimentos en platos con distintos tamaños. Así, se puede usar uno grande para la ensalada y otros más pequeños para las proteínas procedentes de la carne, los huevos o el pescado. Además, comer lento también es una buena idea porque ayuda a sentirse más saciado.
Relajarse también es importante
En un segundo bloque de recomendaciones se pueden englobar determinados cambios de hábitos beneficiosos que pueden ayudar a quitarse kilos. Aunque no lo parezca, echarse una siesta de unos 20 minutos --y no más-- también puede ser beneficioso. Llevar a cabo esta práctica después de comer para completar el descanso hace que recuperemos energía, estemos más activos y, por tanto, tengamos menos ganas de picotear. En séptimo lugar, otra recomendación para adelgazar es aprender a relajarse. De hecho, comer por estrés es una práctica habitual entre quienes tienen problemas de sobrepreso. Esto se debe a que se recurre determinados alimentos con demasiados hidratos de carbono para intentar aplacar los ánimos.
Y sí, además de regular lo que se come y de aprender a relajarse, también hay que hacer ejercicio. Al fin y al cabo, el cuerpo es una máquina y necesita mantenimiento. El nivel y la intensidad de la actividad depende de las posibilidades de cada uno, pero hay algunas que no requieren grandes esfuerzos. De este modo, caminar se sitúa en la octava posición de este decálogo. Andar a ritmo lento, es decir, a 1,5 kilómetros por hora, consume 100 calorías. En la novena posición y dentro del apartado del ejercicio se encuadra la actividad con pesas. Ayudan a construir músculo para reemplazar la grasa y, además, aceleran el metabolismo. Por último, otro consejo para perder peso de forma fácil es dormir bien. Hay que descansar al menos ocho horas al día. Esto influye en la energía con la que se afronta el día y tiene impacto en los dos bloques de recomendaciones. Es decir, ayuda a afrontar de mejor manera la realización de actividad física y también reducirá esa necesidad de comer alimentos poco saludables. Al final, con pequeños cambios y la adopción de hábitos sencillos es posible mejorar el estado del cuerpo y, también, de nuestra mente.
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