Acusan a Carrefour de colar melones brasileños como si fueran españoles

El etiquetado de algunas frutas vuelve a poner a los agricultores en pie de guerra. En esta ocasión se trata del melón y el supermercado señalado es Carrefour. La organización agraria COAG acusa a la firma gala de vulnerar las normas de etiquetado al hacer pasar los melones brasileños como si fueran españoles.

Según COAG, en los lineales de Carrefour no se refleja de forma correcta el origen de este producto. Consideran que eso afecta a su trazabilidad y subrayan que es un engaño al consumidor, “que no tiene elementos fiables para tomar sus decisiones de compra”.

Una práctica habitual

En un comunicado, la organización asegura haber comprobado que Carrefour pone a la venta melones del tipo piel de sapo importados de Brasil pero en los carteles se publicitan como “origen España”.  Además, señala que este tipo de actuaciones no son anecdóticas y ponen en tela de juicio las campañas de la firma que intentan dar una imagen de transformación verde y responsable.

“Se busca un lavado de imagen cuando lo que subyace son prácticas que no benefician ni al productor ni al consumidor. En la campaña Act for food de esta empresa se recogen medidas como garantizar la seguridad y la trazabilidad de los alimentos, o priorizar los productos de cercanía, pero luego la realidad resta credibilidad a estos mensajes”, arremete contra la empresa Andrés Góngora, responsable del sector de frutas y hortalizas de COAG.

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Javier Roibás

Las importaciones de melón se disparan

Por otro lado, la organización agraria también señala que las importaciones de melón en España se han disparado un 31 % entre 2016 y 2020 y que se producen dos periodos de importación intensiva por parte de los operadores: en los meses de marzo y abril --cuando comienza la campaña nacional-- y en los tres últimos meses del año.

COAG defiende que esto se trata de una “estrategia habitual” para presionar a la baja los precios que se pagan en origen en el arranque de la producción en España. Esto se consigue con la “entrada masiva de producto”, lo cual da pie a la especulación. “Los importadores y las cadenas de distribución comercial no tienen miramientos en perjudicar a los agricultores de melón con producto de fuera de la UE, que se cultiva con condiciones mucho menos exigentes de las que cumplimos aquí”, defiende Góngora.