Del 16 al 22 de septiembre Madrid celebra y acoge la Semana Europea de Movilidad. El tema central este año, tal y como se indica en la web, es Espacio público compartido, mientras que el lema es Combina y muévete. El hecho de que dos semanas atrás el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, decidiera borrar los patinetes eléctricos de alquiler de las calles de la capital española parece una ironía divertida. Menos para las empresas que inundaron Madrid con ellos, claro está.
Fue una decisión fulminante. El 5 de septiembre, Almeida escribió en sus redes sociales que la prioridad de su corporación era “la integridad física y seguridad de los madrileños”, por lo que revocaba la autorización a las empresas concesionarias de patinetes en las calles de la ciudad. “Han incumplido los condicionantes que impusimos para garantizar la seguridad de los peatones, especialmente, de nuestros mayores. La revocación se hará totalmente efectiva en octubre”, explicó el regidor.
Las empresas protestan la decisión
La noticia pilló por sorpresa a muchos. De hecho, El Confidencial reveló que Lime, Dott y Tier Mobility, las empresas propietarias de estos polémicos medios de transporte en Madrid, no tenían constancia de que esto fuera a llevarse a cabo. “Lime ya se prepara para presentar alegaciones y, en caso necesario, ir a los tribunales”, alertó el citado medio de comunicación.
Lime ha evitado responder a preguntas de este medio, pero parece que no habrá vuelta de hoja: el lunes 16, el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, se reunió con las empresas de patinetes, pero el viernes anterior ya dejó claro que "no hay posibilidad de desistir de la revocación de las autorizaciones". A lo largo de 2023, recordó el político, "hubo 25 heridos graves como consecuencia de accidentes en los que había participado un patinete".
Una medida comprensible
“Ha sido una medida hasta cierto punto comprensible, pero tendrán que ver cómo llevarlo a cabo. Hay tres o cuatro compañías con inversiones importantes y con contratos en el tiempo. Habría que ver qué dice la hoja de licitación sobre revocar una licencia de explotación de la noche a la mañana”, cuenta a este medio David Palomo, director comercial de SmartGyro, una marca española de movilidad eléctrica que comercializa algunos de los patinetes más potentes del mercado.
Palomo reconoce que existen foros en los que los fabricantes hablan con las compañías de alquiler e intercambian opiniones. “Digamos que estas empresas se enteraron por el telediario”, desvela.
“Afean la ciudad”
Que no se haya avisado convenientemente no significa que no tenga sentido. “En todas las ciudades, los patines de alquiler generan un tremendo desazón”, reconoce este experto. “Afean en cierto modo la ciudad: te los encuentras tirados por cualquier sitio, cualquier persona los puede coger con una simple app, incluso niños, y al final se convierten en un inconveniente más que en un beneficio”, afirma.
Además, Palomo señala que existen amplias diferencias con otros servicios, como las bicis de alquiler, ya que éstas están ancladas en estaciones de carga y de recogida. “Si la dejas tirada en cualquier sitio, la aplicación te va a penalizar cobrando un importe”, dice.
Implementar multas
Este sistema, cree el director comercial de SmartGyro, habría merecido una reflexión por parte de las empresas de patinetes de alquiler.
“Estos artículos tienen geolocalización. Si el usuario que ha metido su tarjeta de crédito no cumple con los términos del alquiler, también se le podría penalizar. Habría sido la única medida que podrían haber tomado. ¿Cómo le explicas a unos turistas británicos que vienen de despedida de soltero al centro de Madrid que tienen que ir con cordura en los patinetes? Es muy complicado”, argumenta.
Incumplimiento de las normas
Lo cierto es que la decisión del ayuntamiento fue bien recibida y generó un consenso poco común en la capital. “Ni las empresas concesionarias ni la mayoría de los usuarios de estos vehículos cumplían las normas: circulación por aceras, 2 ocupantes, auriculares, aparcamiento en cualquier lado y demás acciones incívicas, entendiendo el artilugio como un juguete lúdico y comprometiendo a diario la convivencia con el peatón y con el resto de usuarios de la calzada”, decía un usuario en X.
“Ya era hora”, resumían otros. “A ver si Málaga hace igual que Madrid y manda los patinetes de alquiler a tomar por saco”, apostillaban algunos residentes en otras ciudades.
Dos tipos de usuario
Palomo no cree que esta decisión pueda afectar negativamente a su sector en términos generales, puesto que se trata de dos tipos de usuarios muy distintos. “Lo que se está eliminando es el usuario menos cívico del producto. El hecho de que la mayoría de la gente haya reaccionado bien a esta medida es comprensible: el usuario que utiliza un patinete diariamente, como los repartidores de comida o de última milla, hace un uso sensato, puesto que es su herramienta. Son ramas completamente diferentes, y creo que la gente lo ve así”, considera.
“De hecho, este año ha sido un año de muchos desafíos, con nuevas legislaciones, y hasta el momento he de decir que yo las veo acertadas. Y, lejos de haber perjudicado al sector, lo que han hecho es incrementarlo, al menos en nuestro caso”, reconoce.
Homologación del producto
Por último, el director comercial de SmartGyro lanza una reflexión: “La nueva normativa que entró en vigor en enero obliga a las marcas como la nuestra a homologar y certificar sus productos en España. La manera de hacerlo es a través de un laboratorio que la DGT ha habilitado a tal efecto. Es decir, que nosotros, como fabricantes, tenemos que llevar nuestros productos a este laboratorio obligatorio, que deberá comprobar que el patinete es seguro y está en regla”, describe.
Por ello, a juicio de Palomo, merecería la pena considerar si, ya que este laboratorio estatal refrendará los productos seguros, los patinetes certificados podrían entrar de nuevo en el transporte público, algo que la Comunidad de Madrid prohibió en octubre de 2023. Quizá, tras cerrar una puerta y con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, el ayuntamiento considere abrir otra que sí puede beneficiar a los consumidores.