“La gente está tremendamente asustada. Son miles de proyectos de vida truncados”. La que habla es Zeltia Laya, profesora de filosofía y portavoz de Ulloa Viva, la plataforma vecinal que defiende los derechos de los ciudadanos de Palas de Rei y de la comarca de Ulloa, en la provincia de Lugo. Esta zona de Galicia es rica en biodiversidad -colinda con una Red Natura 2000- y sus habitantes viven, eminentemente, de la ganadería y la agricultura extensiva. “Es como una gran despensa. Vivimos del campo y del Camino de Santiago, que por aquí pasan el Francés y el Primitivo, y tenemos una de las tasas de paro (5,76%) más bajas de España. Por eso no entendemos cómo se les ha ocurrido montar una macrofábrica de celulosa en Palas de Rei… Tiene que haber intereses ocultos detrás”, apunta Laya.
Fue en 2021 cuando la multinacional portuguesa Altri presentó el proyecto para instalar una enorme factoría, capaz de producir 200.000 toneladas de fibras textiles al año, en Palas de Rei. En marzo de 2024, el estudio del impacto ambiental, elaborado por la propia empresa, se hizo público. Desde entonces, Altri defiende la sostenibilidad de su fábrica, los lucenses se han puesto en pie de guerra y la Xunta de Galicia está tramitando la aprobación del proyecto. Pero las cifras no mienten.
Las cifras de la macro fábrica de Altri en Lugo
- 46 millones de litros de agua extraerá cada día la fábrica de celulosa del río Ulla. Un consumo superior al de toda la provincia de Lugo.
- 30 millones de litros al día de aguas residuales verterán de vuelta al río Ulla.
- 75 metros de altura tendrá la chimenea que instalarán al lado del Camino de Santiago para liberar a la atmósfera azufre, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y material particulado.
- 2,4 millones de toneladas de eucalipto llegará a necesitar la fábrica de Altri.
- 250 millones de euros de dinero público ha solicitado la empresa para su puesta en marcha.
El impacto medioambiental de la fábrica en Galicia
“Es el proyecto industrial más lesivo que se presentó en Galicia en las últimas décadas”, señala el delegado de Greenpeace en Galicia, Manoel Santos, sobre una fábrica que pone en jaque el ecosistema de su país.
“No solo abusará del agua, tan necesaria en tiempo de sequía, sino que contaminará la que queda. Pero las posibles afecciones graves, en términos ambientales, sociales y económicos, van mucho más allá, tal y como advierten el informe publicado por el Consello da Cultura Galega y el manifiesto de oposición a la fábrica de celulosa firmado por todos los miembros de la comunidad universitaria y los institutos de investigación de Galicia”, expone el activista.
Las principales razones de la oposición al proyecto
Según los departamentos de Botánica, Ecología, Biología Animal, Biología, Biología Funcional, Zoología, Genética y Antropología Física, Edafología y Química Agraria, Suelos, Biosistemas y Ecología Agroforestal, y Economía Aplicada, de las tres universidades de Galicia (A Coruña, Santiago de Compostela y Vigo), las principales razones de su oposición a la macrocelulosa de Altri son las siguientes:
- Deterioro de los ecosistemas y la biodiversidad a causa de la expansión de las plantaciones de eucalipto para abastecer la fábrica.
- El área propuesta para la instalación de la fábrica es ambientalmente muy sensible, pues en ella se sitúa el afloramiento de rocas muy especiales y raras a nivel mundial denominadas serpentinitas, y limita con la Zona Especial de Conservación (ZEC) Serra do Careón, un espacio protegido por la Red Natura con diversas especies de flora y fauna únicas que se verían gravemente afectadas por la actividad industrial.
- El río Ulla sufrirá la alteración del caudal y la variación en la fisicoquímica del agua suponen un cambio con potencial impacto en la calidad del agua y la biodiversidad asociada. Además, también se verán afectadas otras actividades humanas que dependen de este recurso.
- La fábrica emitirá diversos contaminantes atmosféricos, entre ellos óxidos de azufre y nitrógeno, principales responsables de la lluvia ácida, en cantidades muy grandes.
Por todo ello, “nos oponemos al proyecto de instalar una nueva macrocelulosa en Galicia”, reza el manifiesto de la comunidad universitaria.
La peor ubicación posible
Así es, “la ubicación elegida para la fábrica es de las peores que se podrían haber escogido”, resume Manoel Santos, quien recuerda que Galicia es, con diferencia, la comunidad autónoma española con menos superficie natural protegida incluida en Red Natura 2000 (tan sólo un 12,32% del total de la superficie de la CCAA), según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
De hecho, ha habido varios proyectos de ampliación de la Red Natura en Galicia (2008 y 2011), y la zona donde se pretende instalar la fábrica “coincide con la zona de ampliación identificada por la propia Xunta de Galicia, tal y como se puede comprobar en la página 10 del documento oficial con los mapas”, explica el delegado de Greenpeace.
Una amenaza para el ecosistema gallego
Llegados a esta encrucijada, ¿cuál es la solución? “La solución es clara, rotunda y evidente: no permitirlo. Nuestro entorno natural no puede verse amenazado por otra papelera que se beneficie de convertir los recursos naturales en destrucción y miseria para los ecosistemas y las poblaciones locales”, sentencian desde Greenpeace.
“El problema es que la Xunta ha declarado la fábrica como Proyecto Industrial Estratégico (PIE), y esto permite la expropiación de más 800 fincas y terrenos sin negociación”, lamenta la portavoz de Ulloa Viva Zeltia Laya.
Ulloa quiere vivir
“Lo que más nos preocupa es la ubicación, la extinción de especies en peligro, la contaminación de las aguas, el tema del eucalipto y el turismo, los pueblos por donde pasa el Camino de Santiago, porque, con la chimenea de 75 metros sacando humo de forma constante, los peregrinos no verán ni el Camino, ni los albergues, ni el balneario. Pero, sobre todo, nos preocupan las personas y su salud”, insiste la activista.
Al final, en Ulloa “vivimos del agua. Si nos falta el agua, nos falta todo. No veo las cosas que quieren poner aquí, tan cerca, que nos arruinarán por completo. Iré a todas las manifestaciones. Tengo 72 años. No me queda mucho de vida, pero detrás de mí vienen mis hijos y mis nietos, y hay que mirar por todos. Creo que lo vamos a parar. Para eso andamos”, cuenta Carmen Vázquez, una agricultora de Ulloa que el 15 de diciembre se unirá, junto a decenas de miles de gallegos, a la manifestación de Santiago de Compostela bajo el lema “la Xunta no puede acallar a todo un país. Altri no”. Su tierra está en juego.