Los robos en los supermercados son algo frecuente, ya sea por necesidad o no. Lo que muchos consumidores desconocen es que, si le pillan sustrayendo algo en Mercadona, Carrefour o Lidl, puede incluso acabar en la cárcel. Todo depende del valor de los bienes robados y del historial del acusado. Y también, claro, de que le pillen.
Así lo ha explicado Jobatus en una publicación reciente, donde diferencia entre las dos posibles condenas: robo simple o por hurto agravado. En la primera, el robo se considera un delito menor, así que la pena será relativamente pequeña: se suele castigar con una condena de prisión que puede ir de los tres meses a un año, aunque en ciertos casos puede llegar hasta los tres años de cárcel. Además, el delincuente debe pagar una multa por el importe del objeto robado.
Hurto agravado
No obstante, si el juez determina hurto agravado, la pena de cárcel puede ascender hasta los cuatro años. Dicha de prisión puede ser aún mayor si lo sustraído tiene mucho valor o si en su historial ya hay otros delitos. No obstante, las penas más frecuentes para el robo en España son las multas, la suspensión del derecho a conducir o la libertad vigilada.
De hecho, según Garón Abogados, "las penas de multa por hurto más habituales oscilan entre 5 y 6 € diarios, a razón de 30 días. También se suele poner de multa en concepto de responsabilidad civil el importe del bien sustraído para aquellos casos en los que, por el medio empleado para sustraerlo, dificulte o resulte imposible su puesta en el mercado de nuevo".
Valor de los artículos robados
Si los objetos robados tienen un valor superior a 400 euros, el robo se considera un delito grave, y la pena será mayor. Si el robo se ha hecho con violencia o amenaza, la pena se incrementará de forma significativa, especialmente si se ha ejercido contra un menor.
“En casos extremos, el delincuente puede llegar a ser condenado a una pena de entre cinco y ocho años de prisión”, indica Jobatus. Por otra parte, los menores que cometan delitos de robo en un supermercado no serán castigados con penas de prisión, sino con medidas educativas y de reeducación.
Daños y prejuicios
Además, el supermercado, ya sea Carrefour o Alcampo, puede demandar al ladrón por los daños y perjuicios causados u obligarle a pagar una indemnización si le demanda por lo civil. Si se presentan pruebas contundentes y el responsable del robo es declarado culpable, se le podrá imponer una sentencia de prisión.
Si el ladrón es acusado de cometer hurto, su suerte estará en manos del juez, que deberá decidir si debe someterse a un juicio o si hay sentencia condenatoria. En este punto conviene conocer ciertas especificidades: por ejemplo, si se demuestra que la persona cometió el hurto como resultado de una situación de necesidad extrema, el juez podría dictar una sentencia menos severa.