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Que mi entierro lo paguen mis hijos: las parejas con descendientes contratan menos seguros de deceso

22 millones de españoles tienen contratado este tipo de servicios, lo que supone una cobertura del 46,6% de la población

Núria Messeguer

Una persona en un cementerio, después de que acabe el entierro / PEXELS

Dice un viejo proverbio anglosajón que nada puede darse por sentado en esta vida salvo la muerte y los impuestos. 22 millones de españoles tienen contratado un seguro de decesos, lo que supone el 46,6 % de la población, o lo que es lo mismo, la mitad del país tiene cubierto su entierro. “Un seguro ofrece el alivio de no tener que ocuparse de trámites y gestiones en un momento en el que la tristeza lo invade todo”, sostienen desde la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa). 

De media, en España, un entierro cuesta 3.739 euros, siempre y cuando se contrate un servicio discreto y sin grandes lujos. Y el momento de pagar nunca es agradable. Casi siempre viene de sorpresa y su coste está acompañado por una dolorosa pérdida. La mayoría de personas que incorporan este servicio, según el análisis de Unespa, son las parejas sin hijos de 65 años o más. De este grupo de población el  59,09 % tiene seguro frente al 52,28 % de matrimonios con hijos que han contratado esta cobertura, es decir, casi siete puntos de diferencia entre ambos grupos. ¿Será esto la prueba de que los padres confían en que sus hijos paguen el entierro?

Los mayores, más preocupados con su entierro

Los seguros de decesos están ampliamente extendidos en España. Estos contratos protegen a la mitad de la población, lo que lo convierte en una de las modalidades de seguro más extendidas en el país junto al del automóvil. “Grandes corporaciones como Ocaso o Santa Lucia viven gracias a esto”, sostiene Emili Vizuete, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona.  

Si se observa la tipología de las familias, se puede constatar que los únicos hogares donde el seguro de deceso es casi inexistente es en aquellos donde vive una persona de menos de 30 años. En cambio, la mayor tasa de penetración se da entre las personas mayores de 65 años, y esta aumenta cuando las personas no tienen descendientes. De hecho, en el caso de que no haya un seguro, por ley son los herederos los que deben hacerse cargo del funeral y el entierro del fallecido. Si la familia no tiene recursos, es posible solicitar un entierro benéfico al Estado que cubra los gastos del mismo. Si no se puede recurrir a ninguna de estas dos opciones, siempre es posible intentar hablar con la funeraria para negociar el pago aplazado.

El seguro familiar integral

Otro aspecto que deja entrever el informe de Unespa es que el 40 % de la gente que supera los 20 años de edad tiene un seguro contratado, una cifra muy elevada que afianza el impacto de pólizas colectivas, normalmente de carácter familiar. El seguro de deceso es un producto que cubre las distintas necesidades personales y patrimoniales, todo en la misma póliza y en un único recibo. Además, ofrece la posibilidad de personalizar la modalidad de prima de decesos para cada uno de sus miembros, de manera individualizada.

Así, los seguros de decesos han dejado de ser el pago a plazos de un suceso inevitable para convertirse en una “herramienta de protección familiar”, sostiene Vizuete.  Las coberturas actuales no se limitan al coste del sepelio, enterramiento y gastos derivados. Abarcan el desplazamiento del fallecido hasta el lugar de enterramiento, las gestiones testamentarias y jurídicas, la responsabilidad civil, incluso asistencia en las tareas diarias, ayuda psicológica para afrontar el impacto emocional o la gestión del final de la vida digital, para eliminar la presencia del fallecido en internet (tanto en redes sociales y webs como sus cuentas de correo electrónico).

España, tradición en el seguro de decesos 

“Aún me acuerdo de cuando venía el cobrador del Ocaso y mi abuela le pagaba en efectivo”, explica Vizuete. No obstante, pagarse el entierro está en el ADN nacional. En torno a tres de cada cinco personas que fallecen en el país son atendidas por un seguro de decesos. “Es que en España morirse no es barato”, considera el economista. 

La provincia donde el seguro de decesos tiene una mayor presencia en términos relativos es Cádiz. Hasta un 80 % de los gaditanos tiene asegurado su sepelio. Otras demarcaciones donde este servicio es muy popular son Ávila, Badajoz, Ciudad Real, Cáceres, Huelva y Jaén. La clave para la contratación del seguro de decesos reside en factores sociales y culturales. En definitiva: en la costumbre.