Simi repta por el pasillo hasta llegar a la puerta de la habitación de Zarah Pekar. Allí le espera la joven australiana, que no duda en levantarla del suelo y colocarla alrededor de su cuello como si fuera una especie de collar. Por supuesto, Simi no es un perro, ni un gato, ni siquiera es un pez. Es una pequeña serpiente que ahora reside en un apartamento ubicado en Barcelona con su dueña. “Siempre me han gustado los reptiles, pero en mi país están prohibidos como mascotas. En cuanto me vine a Cataluña tuve la oportunidad de adoptarla”, cuenta Pekar a Consumidor Global. No obstante, España ya tiene una ley que impedirá que Simi siga siendo su mascota.
El Gobierno ha decidido remangarse y ponerse manos a la obra con la nueva Ley de Bienestar Animal, impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que entrará en vigor antes de que finalice el año. Es cierto que, ya en 2013 muchas de ellas se incluyeron en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, que impide que los españoles tengan mapaches, cotorras argentinas, agapornis, cerdos vietnamitas, tortugas peninsulares, erizos o coatíes, entre otros animales. Pero ahora la nueva medida amplía el listado de mascotas prohibidas en casa y restringe las permitidas.
Las mascotas prohibidas
Así, la lista de animales prohibidos por la Ley de Bienestar Animal es la siguiente: ratones, hamsters, cobayas, chinchillas, conejos, tortugas, periquitos, cotorras, agapornis, serpientes, arañas, iguanas, camaleones, geckos y aves originarias de otros países. El objetivo es evitar especies invasoras. “Como australiana, tiene sentido porque siempre me han inculcado que la biodiversidad es muy importante y que los animales extranjeros no deberían introducirse en ambientes no nativos, sin embargo, como me ha ayudado tanto con mi ansiedad, no me podría imaginar mi hogar sin ella”, reconoce Pekar.
Asimismo, el texto deroga la ley sobre el régimen jurídico de la tenencia de animales potencialmente peligrosos. Esto también puede limitar el comercio de especies exóticas, y será obligatorio identificar a las mascotas y mantener sus vacunas al día. Paco B. tiene actualmente en su casa palomos buchones de varias razas, canarios, jilgueros, un perro y peces. “He tenido diversidad de reptiles, como dragones de agua chinos, pogonas, tortugas, serpientes y un largo etcétera. También he tenido otras especies de aves, como periquitos, inseparables, perdices, y aves silvestres, como verdones, luganos o chamarices”, destaca el joven andaluz, que añade que son parte de su familia y que ninguna ley los va a separar.
“Seguirán conmigo hasta el final”
“Mis mascotas seguirán conmigo en mi casa y seguiré cuidándolas y disfrutando de ellas. Yo, como otros muchos aficionados, tendré que hacerlo de manera ilegal o no, según decida esta nueva ley”, confiesa Paco a Consumidor Global. Los animales incluidos en la lista están debido a su carácter invasor o que, en caso de escape y ausencia de control, supongan o puedan suponer un riesgo grave para la conservación de la biodiversidad. “Nunca he tenido problemas por tener animales, ni con vecinos por tener los pájaros sueltos o por ninguna otra razón, ya que siempre he tenido los animales y las instalaciones limpias y desinfectadas”, defiende.
El canario Efren S. ha tenido como mascota hámsteres, cobayas, tortugas, periquitos, gapornis, iguanas y camaleones, y asegura que tampoco ha tenido ninguna clase de problemas. “Desde pequeño en mi casa hemos cuidado desde perros y gatos hasta animales más exóticos. Ahora viviendo yo solo en una casa pequeña no tengo espacio para poder cuidar otras especies, y las que tenía se quedaron con mis padres o fallecieron de viejos”, comenta el joven.
Una ley considerada como una “estupidez”
“La ley me parece una estupidez, pero como la mayoría de las que sacan, hay demasiada preocupación en lo que hacemos o deshacemos en nuestras casas, en lo que decidimos tener o no tener, cuidar o no cuidar”, opina Efren S. “Ahora solo tengo un perro, pero si tuviera alguna otra mascota que estuviera en esa lista pues bueno, que les den. Que intenten quitármelo. Son parte de mi familia”, denuncia.
Por su parte, Nadia Bokhari, que tiene en su casa dos serpientes y un lagarto, afirma: ”Respeto la idea que hay detrás de esta medida, aunque parece que no ha habido un estudio o investigación meticulosa a la hora de decidir qué animales incluir en el listado. Es un listado muy generalizado y sin sentido”. “Mis animales los mantendré conmigo hasta el fin de sus días y buscaré los requisitos necesarios para tenerlos sin problemas”, sentencia.
Los cuidados de los animales exóticos
Jesús S. es herpetólogo, es decir, zoólogo versado en reptiles. En su propia casa tiene un reptilario en el que dispone de camaleones, algunas serpientes, geckos y ranas. Todos con sus correspondientes papeles, según asegura. “El reptilario con su núcleo activado lo tengo desde hace un año aproximadamente, pero llevo toda la vida con reptiles”, explica. “Cada uno tiene su cuidado, pero requieren temperaturas específicas y humedad, bombillas con uvb y una alimentación variada”, añade.
Para el experto en reptiles, esta es una normativa basada en ideologías extremas que “se queda muy lejos de lo que realmente debería ser una Ley de Bienestar Animal”. Jesús S. expone que le parece ilógico el “simple hecho de que prohíban el mantenimiento de especies en peligro cuya tenencia en cautividad ayuda a su conservación y, sin embargo, se permite tener un galgo en un piso de 60 metros cuadrados y pasearlo con un chaleco de lana”. El joven está tranquilo al defender que tiene “todo legal” y afirma que seguirá atendiendo a sus animales y “dándoles los mejores cuidados posibles dentro de las leyes que imponga".