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El agujero legal por donde se cuelan los productos pedófilos en España
La venta de estos juguetes sexuales queda fuera del Código Penal, aunque su distribución puede ser constitutiva de delito
El descubrimiento de que algunos juguetes sexuales para pedófilos se vendían en Amazon volvió a encender la voz de alarma y puso en el foco no sólo a este gigante estadounidense, sino también a otros e-commerce como AliExpress. ¿Evitan estos productos que las inclinaciones pedófilas no incurran en un delito? ¿O incentivan a que eso mismo suceda?
La reacción del Ministerio de Consumo a lo ocurrido fue solicitar, de inmediato, la retirada de estos productos y abrir una investigación para descubrir si estas acciones son constitutivas de delito. Pero ¿está la venta de estos productos prohibida por ley? Ni la administración pública parece tenerlo claro.
¿Quién está detrás de estos juguetes?
En septiembre de 2020, un grupo civil que lucha contra los abusos a menores alertaba en Twitter de la venta de juguetes sexuales para pedófilos en Amazon, comercializados por la empresa WaWa. Eran unas piernas de silicona, disponibles en un tamaño adulto e infantil, para fines sexuales. Tras conocer el caso, Consumo solicitó a la Fiscalía que ahondara en la venta y distribución de este tipo de productos.
“Los habíamos identificado días antes, por eso procedimos con tanta rapidez a la retirada”, confiesan a Consumidor Global fuentes de la compañía con sede en Seattle. “La protección de menores, tanto de niños como de adolescentes, es una prioridad para Amazon. Los colaboradores comerciales que no cumplen las normas de venta están sujetos a acciones como la eliminación de la cuenta”, advierten estos mismos interlocutores.
¿Qué leyes se incumplen?
“La mera posesión de material pornográfico con menores, incluso para uso propio, está penado, así como el acceso a través de las tecnologías aún sin descargarse”, detalla Myriam Cabrera, doctora en derecho especializada en delitos sexuales y contra menores. Sin embargo, y a pesar de que sean conductas execrables a nivel moral, no hay una normativa específica que prohíba la venta de este tipo de juguetes sexuales en España. Hay que recordar que la pedofilia como tal, es decir, la orientación sexual mantenida en el tiempo hacia los menores, no es un crimen. Sí lo es la pederastia, un concepto relacionado con la agresión y el abuso sexual a niños y niñas.
Desde Consumo alegan que la comunicación comercial de estos productos va en contra de la Ley General de Publicidad, pues supone una utilización vejatoria del cuerpo de la mujer y, por ello, investigarán si este material es ilícito y constitutivo de delito en sí mismo. “Sería delito si pasa a ser considerado pornografía, pues eran imágenes que representan cuerpos infantiles”, explica Cabrera. El concepto de lo que se considera o no pornografía infantil se ha ampliado con el tiempo, tanto en el ámbito internacional como en el español. “Una de las modalidades de pornografía que recoge el Código Penal hace referencia a las imágenes realistas de órganos sexuales de un menor con fines principalmente sexuales. Y, en este caso, está claro que la finalidad, por cómo están diseñados, es sexual”, insiste Cabrera.
Freno al crimen
En ese sentido, el Gobierno tiene sobre la mesa un proyecto de ley, en trámites de enmienda en el Congreso, cuya aprobación se prevé para este 2021. Bautizada como la Ley Integral para la Erradicación de la Violencia contra la Infancia, tiene previsto incluir como delito las conductas que inciten a la comisión de abusos sexuales a menores. “Hoy en día, la incitación no es un delito en sí mismo”, explica la profesora Cabrera. Esta ley podría instaurar sanciones a la venta de productos pedófilos. “Sin embargo, tocaría demostrar que el consumo y la venta de esos artículos se destina a incitar la comisión de delitos sobre niños reales, lo que puede ser complicado”, lamenta esta doctora.
Ante un tema tan sensible como éste, la doctrina científica está dividida sobre si los juguetes sexuales de este tipo promueven o frenan la comisión de un delito de abuso sexual a menores. “Hay que investigar mucho más este tema para poder tomar decisiones contrastadas sobre su prohibición o su permisividad”, matiza Cabrera.
Terapias para evitar el delito
Compartir los pensamientos y los problemas y ser escuchado sin juicios es parte de la terapia que llevan a cabo en Ange Blau, una asociación que propone acompañamiento a los pedófilos abstinentes, con el objetivo de ayudarles a no dar el paso al abuso sexual. Esta organización con origen francés ofrece en España apoyo terapéutico con profesionales especializados para prevenir estos crímenes contra la infancia.
Los grupos de palabra, como han bautizado a este método, “abren la atención psicológica no solo a las víctimas de abusos, sino también a los pedófilos abstinentes y pederastas en proceso de recuperación”, cuenta a Consumidor Global Mercedes Salat, una de las trabajadoras de la asociación. “Existen más grupos que atienden a víctimas de abusos en la infancia, pero no tantos que atiendan a los pedófilos, que también sufren y necesitan apoyo”, asegura. Sin embargo, sobre los juguetes sexuales para pedófilos, la asociación opta por una postura prudente. “Faltan estudios sobre qué tipo de influencia puede tener estos productos, por lo que no podemos posicionarnos a favor o en contra de su uso”, concluye.
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