“Limitamos temporalmente la venta de papas. Máximo 1 malla de 3 kilos por cliente”. Es el mensaje que se puede leer en un cartel amarillo que hay colocado en la puerta de un Mercadona del Puerto de la Cruz, en Tenerife. Al igual que este supermercado, son muchos los locales que han decidido racionar la venta de patatas por persona a causa de un problema de abastecimiento que afecta a todas las islas y que ha encarecido los precios hasta los 4, 5 o incluso 6 euros el kilo.
“Ahora mismo no tenemos nada en la carta con papas. Mucha gente de la península nos ha dicho que no ha podido probar las papas arrugadas porque ningún local tiene”, cuenta Daniel Y., camarero del restaurante Allende Triana, en las Palmas de Gran Canaria.
Canarias se queda sin sus papas arrugadas
La misma situación se vive en Tenerife. “Este problema no está afectando en todo. Aquí lo hacemos todo con papas”, explica a Consumidor Global Beatriz Perera de la Bodeguita Canaria, en el municipio tinerfeño de Santa Cruz. “De momento no hemos querido repercutir el precio en los consumidores porque creemos que es algo momentáneo y que se solucionará”, añade.
Esta hostelera afirma que su proveedor le está vendiendo las patatas a 3,50 euros el kilo cuando su precio habitual era de 1,45 euros. Pero, ¿cómo han podido quedarse las islas sin su producto más típico? Todo viene por la plaga del escarabajo de Colorado, que afecta a las importaciones del Reino Unido, el principal proveedor de papas de las islas. De hecho, millones de kilos de papas inglesas siguen retenidos en los puertos canarios debido a una prohibición sanitaria.
El 90% de las papas de importación son inglesas
Pero, a esa crisis fitosanitaria que ha frenado las importaciones de papas hay que añadir otras variables como es la escasa producción local, ya que las islas no se encuentran en periodo de cosecha. Hay que destacar que solo el 30 % de las papas que se consumen en el archipiélago son cultivadas allí y el 90 % de las importadas corresponden al mercado británico. Por otro lado, las patatas peninsulares no pueden ser importadas en las islas por otras normativas fitosanitarias.
Estas son solo algunas de las “muchas variables” que afectan a la situación de las islas, tal y como explica José Willis, periodista del medio canario Atlántico Hoy. “El problema es que hay una falta de organización. Aunque hay otros mercados que pueden aportar papas como el egipcio, es difícil ya que puede haber desconfianza al no ser relaciones habituales”, cuenta Willis.
¿Desabastecimiento o especulación?
Mientras, los consumidores han visto cómo se ha encarecido este producto imprescindible de la gastronomía isleña de una forma abrumadora. En un artículo de Atlántico Hoy, Willis explica cómo un supermercado Spar cercano a la capital tinerfeña se quedó sin papas a granel. “Solo tenían mallas de tres kilos, y su precio subió dos días seguidos. Primero estaban a 5,25 euros y al día siguiente ya habían subido a 8,95 euros”, recuerda.
En medio de estas crisis, el consejero de Sector Primario de Gran Canaria, Miguel Hidalgo, afirmó el pasado viernes que existe una “especulación artificial” con la papa. El consejero acusó al sector de la distribución por el incremento de precios que ha experimentado este producto en los últimos días porque se han dedicado a "especular" mientras mantienen almacenados millones de kilos de papas del país. Acusaciones que el sector ha negado rotundamente.
Búsqueda de otros mercados
Por su parte, el Gobierno canario ha insistido en que no hay riesgo de desabastecimiento de papas en el archipiélago, aunque sí le preocupa la próxima cosecha de producción local por la falta de semillas, que en un 90% proceden de Inglaterra.
El consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, reconoció que esta situación supone una “merma económica y sanitaria”, por lo que se buscan otros mercados, incluso dentro del propio Reino Unido, como Gales, Escocia e Irlanda del Norte.