En las redes sociales, algunos famosos e influencers han promocionado un medicamento que usan para perder peso rápidamente, Ozempic, lo que ha provocado un notable incremento de la demanda. Sin embargo, este fármaco está recetado para tratar la diabetes y la obesidad, por lo que los verdaderos afectados están encontrando dificultades para encontrarlo en las farmacias ante el volumen de ventas.
Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, ha confirmado a Consumidor Global el actual desabastecimiento. “Hay problemas de suministro, pero son de manera interrumpida”, asegura. Sobre el uso indebido de este medicamento, Rísquez recalca que el fármaco requiere de prescripción médica. “Los farmacéuticos somos muy estrictos con respecto a este tipo de medicamentos. Pedimos responsabilidad”, añade.
No es un ‘milagro’
Por otro lado, el farmacéutico reconoce que en España el problema perdura desde hace un mes y anticipa que la escasez se mantendrá durante 2023. “Este año, hemos vivido un escenario con varios problemas de suministro. Ahora le toca el turno a Ozempic. Pero se trata de causas habituales. Con la guerra se han producido inconvenientes a la hora de adquirir materias primas”, explica.
No obstante, lo cierto es que las farmacias apuntan que cada vez más personas recurren a este fármaco para la diabetes con el fin de inducir la pérdida de peso. Eso sí, los expertos dicen que no es milagroso. “La gente quiere lo fácil. Es cierto que es un regulador del apetito, pero no hace milagros”, señala María del Carmen Ríos, quien regenta una farmacia en La Rinconada (Sevilla).
¿Cuáles son los efectos secundarios?
En la farmacia de Ríos, el Ozempic “entra a cuenta gotas”. Además, la farmacéutica asegura que al pedir este medicamento a Bidafarma –una cooperativa de distribución mayorista– señala “comunicado al Ministerio”. “Eso significa que la espera va a ser larga”, lamenta.
En España el precio del fármaco ronda los 130 euros. Sin embargo, cuando se receta dentro del Sistema Nacional de Salud, el paciente tan sólo paga 4,24 euros, al estar financiado. “Yo no lo vendo sin receta. Ni me atrevería. Tiene varios efectos secundarios como náuseas, deshidratación, fatiga o diarrea. Te descontrola todo el azúcar y te puede dar, incluso, hipoglucemia. Es que, claro, es para la obesidad y para la diabetes, no para cualquiera”, recuerda Ríos.
Su popularidad en las redes
El Ozempic está diseñado para inyectarse una vez a la semana en el estómago, la pierna o el brazo. La semaglutida reduce los niveles de azúcar en la sangre y regula la insulina, que es crucial para las personas con diabetes tipo 2. El medicamento también imita una hormona llamada péptido, lo que limita el apetito. Como resultado, las personas con obesidad y los problemas de salud que la acompañan pierden peso al tomar este medicamento.
Sin embargo, en redes como Tik Tok el medicamento ha alcanzado una popularidad desorbitada. El hashtag #Ozempic acumula, en estos momentos, 322 millones de visualizaciones. Multitud de personas aparecen inyectándose el fármaco como recurso para perder peso, la mayoría sin sufrir diabetes, ni tampoco obesidad. Uno de los casos más llamativos ha sido el de Elon Musk, CEO de Twitter y director de Tesla. El 16 de noviembre, el empresario afirmaba en su red social que había perdido 13 kilos gracias a la combinación de “ayuno, Ozempic y mantenerse lejos de comida sabrosa”.
La Aemps propone alternativas
El Colegio de Farmacéuticos de Barcelona específica a este medio que “actualmente solo una de las presentaciones, Ozempic 1MG inyectable en pluma precargada, se encuentra con problemas de suministro”. Por su parte, ante esta situación, la Agencia Española del Medicamento (Aemps) recomienda a los médicos sustituir Ozempic por otros fármacos disponibles del mismo grupo terapéutico.
Entre las alternativas que propone la Aemps se encuentran Byetta (exenatida), Lyxumia (lixisenatida), Rybelsus (semaglutida) y Victoza (liraglutida). Además, la agencia ha solicitado expresamente a los prescriptores priorizar el uso de los medicamentos análogos al GLP-1 de acuerdo a las condiciones autorizadas, es decir, al control de la glucemia en pacientes con diabetes tipo 2. Una acusación velada de que hay médicos que lo están recetando con otros fines, principalmente para adelgazar.