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El estigma de llevar audífonos: cómo superar la sensación de estar traspasando el umbral de la vejez
Juan Ignacio Martínez, director general de la red de centros de audiología Aural, analiza el aumento de la pérdida auditiva en edades más tempranas y explica cómo normalizar el uso de estos dispositivos
En España, solo tres de cada diez personas que sufren pérdida auditiva utilizan audífonos para tratar de corregirlo. Y es que el uso de estos dispositivos continúa siendo un tema tabú por el rechazo que genera en muchas personas dar este paso que en muchas ocasiones se relaciona con la edad o el envejecimiento.
“Todavía no ha llegado el momento”. Esta es una de las frases típicas que más se escucha entre aquellas personas que, aunque reconocen tener problemas auditivos, aún no están preparados para dar el paso a corregir esa patología. Así lo explica a Consumidor Global, Juan Ignacio Martínez, director general de la red Aural, pionera en audiología en España y que cuenta con más de 300 gabinetes en toda España.
La pérdida auditiva y sus causas
Pero, antes de analizar cómo afecta a la sociedad este estigma y cuáles son los planes del sector para acabar con la concepción tabú de un tema tan serio, expliquemos el origen de todo: ¿qué es la pérdida auditiva y cuáles son sus principales causas?
Tal y como señala el director general de Aural, la pérdida auditiva aparece por una disfunción de los órganos auditivos que puede deberse a tres causas. “Por la génesis de una persona, como un bebé que nace con unas determinadas alteraciones que le hacen tener una disminución de la audición; la exposición al ruido y a una alta intensidad sonora; y, por último, la que es más importante, la pérdida general por el avance de la edad, conocida como presbiacusia”, detalla Martínez.
Los peligros de abusar de los auriculares
El directivo de Aural recalca que la exposición al ruido y a altos índices de sonido se está convirtiendo en un problema cada vez más habitual. “Hay mucha preocupación porque todos utilizamos auriculares a muchas horas y eso puede ser perjudicial. Hay que dar la bienvenida a todas esas soluciones tecnológicas, pero con la conciencia de que pueden potenciar una destrucción de la audición”, advierte el especialista.
Es por ello que se recomienda “racionalizar” el uso de estos dispositivos. “Si uno está todo el día escuchando música a altos volúmenes con los auriculares pues evidentemente va a tener más riesgo a medida que vaya avanzando su edad, a tener alteraciones auditivas con mayor premura”, matiza.
Cómo la pérdida auditiva afecta a la calidad de vida
La pérdida auditiva afecta directamente a la calidad de vida de las personas. “El impacto más importante es la pérdida de habilidades de comunicación. A alguien que tiene una reunión o una comida con amigos puede preocuparle no estar al nivel de poder seguir las conversaciones y sentir aislamiento. El objetivo es conseguir que esa persona tenga restablecidas sus habilidades de comunicación para evitar el aislamiento”, cuenta el responsable de Aural.
Esa frustración puede tratarse a través de los servicios de audiología y el uso de audífonos personalizados según la patología de cada usuario. Sin embargo, existe un estigma que frena a muchas personas a lanzarse a utilizar estos dispositivos. “Hay causas culturales que hacen que el audífono esté un poco estigmatizado. La gente no ve con buenos ojos eso de que haya llegado el momento de usarlo o recibir el consejo y ayuda especializada de un profesional para dar el paso”, opina Martínez.
El estigma de los audífonos
La concepción tabú del uso de estos aparatos para la corrección de la pérdida auditiva está directamente relacionada con esa asociación del envejecimiento. “Ocurre en todo el mundo, pero en el sur de Europa genera más reticencia y siempre está la eterna duda de que es porque se ven y son grandes, cuando la industria ha demostrado que se pueden diseñar modelos muy poco visibles. No es tanto que se vean o no, como la introspección de cada uno y esa sensación de estar traspasando el umbral de la vejez”, cuenta.
Martínez lo compara con el estigma que había antiguamente con las gafas. “Las gafas también tuvieron un periodo en el que estaban estigmatizadas, pero la verdad es que ha habido una evolución en las últimas generaciones hacia que las gafas puedan incluso convertirse en un complemento de moda que se asocie a una mejora de la imagen. Con el audífono eso no se puede conseguir porque es un elemento que corrige un déficit que va relacionado con el envejecimiento, pero ha cambiado bastante”, subraya el director general de Aural.
Joyas para mujeres con audífonos
Para luchar contra ese tabú, desde Aural han lanzado recientemente la primera colección de joyas para mujeres que llevan audífonos, una campaña que pretende luchar contra el estigma de llevar audífonos. “Es una forma de decir a las personas que no se están atreviendo a dar el paso a que tengan más autoconfianza y que venzan los miedos. Que una mujer que usa audífonos se ponga guapa con sus joyas y salga a interactuar con la gente y hacer vida normal. Ese es el mensaje”, explica.
Desde Aural destacan la tecnología y la innovación como principales fuertes para diseñar nuevos modelos cada vez más invisibles y con múltiples compatibilidades con otros dispositivos de audio. “Los avances tecnológicos nos permiten contar con elementos cada vez más miniaturizados y que cumplan bien el efecto de amplificación”, señala Martínez.
¿Cuánto cuesta un audífono?
“Necesitamos profesionales de la máxima capacitación en el área técnica, pero también en las relaciones humanas para entender a esa persona que se está tratando, hacer una buena acogida. Hay que desdramatizar el paso de empezar a llevar audífonos”, añade.
En cuanto a la repercusión económica que conlleva empezar a llevar audífonos, los precios varían en función de la patología de cada paciente. Estos pueden diferir dependiendo de los niveles tecnológicos y de prestaciones de servicio, las garantías asociadas o si se incorporan seguros. “Hoy en día en España, para obtener una corrección auditiva satisfactoria con dos audífonos, estaríamos hablando desde unos 1.500 euros hasta unos 6.000 euros”, concluye el experto.
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