Aumenta la preocupación entre los cuerpos policiales ante el aumento de casos de la estafa conocida como del falso revisor del gas en las principales ciudades españolas.
Unas actuaciones de los ladrones que cada vez son más violentas y que tienen como principal objetivo a las personas mayores.
La estafa del falso revisor
La estafa del falso revisor es una técnica normalmente dirigida hacia personas mayores o individuos vulnerables. En este tipo de estafa, el delincuente se hace pasar por un empleado de un servicio, por ejemplo, de una compañía de gas, electricidad, agua, telecomunicaciones o incluso del ayuntamiento.
El supuesto revisor suele llegar al piso de la víctima alegando que necesita realizar una revisión o mantenimiento rutinario del servicio en cuestión. A menudo, los estafadores usan uniformes y documentación falsa para parecer más creíbles. Una vez dentro del domicilio, pueden ocurrir varias cosas: el falso revisor, sin haber realizado ningún servicio válido, pasa una factura muy elevada; aprovecha un despiste de los residentes para robar objetos de valor de la casa sin que estos se den cuenta; o directamente roba con amenazas y/o violencia a las personas que estén en el piso.
Detenciones
En este sentido, los Mossos d'Esquadra han desarticulado un grupo que robaba dinero y objetos de valor a gente mayor a través de este método en Barcelona, tras detener el 30 de mayo a ocho personas que finalmente han quedado en libertad con cargos.
Los arrestados cometieron seis robos violentos, siete hurtos y un robo en grado de tentativa entre diciembre de 2021 y mayo de 2023 por un valor total de 51.733 euros.
Amenazas
Estos ladrones buscaban víctimas de más de 80 años y que vivieran solas, obtenían toda la información que podían sobre ellas y, antes de actuar, les llamaban para asegurarse de que estuvieran solas en la vivienda. Actuaban en pareja haciéndose pasar por operarios que hacían revisiones de gas, y mientras uno distraía a la víctima, el otro entraba en las habitaciones buscando efectivo, joyas y libretas de ahorro.
En algunos casos, los estafadores intimidaban a las víctimas para obtener el pin de la tarjeta y de la libreta, y utilizaban la violencia si no se los daban. En una ocasión amenazaron a una mujer de 88 años con romperle un vaso en la cara si no le entregaba el pin de su tarjeta bancaria.