Dejar o no dejar propina. Es la tesitura que viven muchas personas cuando les toca pagar en un restaurante, bar o cafetería. En países de cultura anglosajona la propina es una obligación no escrita. Independientemente de la calidad del servicio, los estadounidenses por ejemplo, dejan siempre un generoso plus económico, que suele estar entre el 15 % y el 20 % de la factura.
En España "solo el 11% de la población lo hacen", según explica a Consumidor Global Marc Serra, profesor de la Universidad Carlemany. En este país no existe ninguna normativa que obligue a los comensales a dejar propina. Sin embargo, desde hace unos años existe una clara tendencia a incentivarla, ¿por qué?
"La propina recomendada"
Farggi y Labarra son dos pequeñas franquicias asentadas en Barcelona que han sembrado la polémica. La primera de ellas es una heladería-cafetería y la segunda un bar de pintxos y tapas. Ambas sugieren en el ticket dejar un plus económico.
"Propina recomendada: 0,91 euros", señala en el ticket Farggi. Labarra prefiere incluir tres iconos: un emoji de cara seria para aquellos que no dejan propina, uno de cara sonriente para los que abonan el 5% y muy sonriente para los que añaden un 10%.
¿Son los extranjeros el público objetivo de estas iniciativas?
Pablo Díaz, profesor de los estudios de Economía y Empresa de la UOC y experto en turismo, explica a Consumidor Global que se trata de una doble tendencia. En la cultura española es más común dejar propinas en metálico. "Con el aumento de los pagos con tarjeta, se termina importando el sistema americano".
Una idea que va en la misma línea que la del profesor Marc Serra. Este experto detalla a este medio que "los clientes que vienen de fuera las dejan más fácilmente porque tienen la costumbre. Aunque creo que también es una iniciativa que se viene a contemplar con la gente residente en España".
¿Coacción?
Ni en Farggi ni en Labarra es obligatorio dejar la propina. "En nuestros tickets hay tres casillas para seleccionar y la primera de ellas es no dejar propina o, en el caso de no marcar ninguna opción, también será cero", aclara el restaurante de tapas.
Pese a ello, son muchos los ciudadanos españoles que afirman sentirse "coaccionados" cuando se topan con este tipo de situaciones. El experto Pablo Díaz reconoce que se trata de un método más "directo" para recordar a los comensales si quieren dejarla. Marc Serra considera que, en estos casos, "la transparencia hacia el cliente debe ser del 100%".
Decisión del cliente
Las sugerencias de estos establecimientos está claro que no pasan desapercibidas a sus clientes. Aunque algunos se muestran a favor de la iniciativa, otros se muestran bastantes críticos. "Lo veo horroroso. La propina es una cosa que uno da en función del trato y da lo que quiere", manifiesta un usuario en relación a Labarra.
"Se pide la hoja de reclamaciones sistemáticamente y ya verás cómo se les quita rapidito la costumbre", expresa otra internatura en Twitter haciendo referencia a Farggi. "Yo encantado de dejar propina. Pero no que me obliguen para que un empresario se ahorre sueldo", argumenta otro tuitero.
¿Retenciones en los salarios?
Dejar la propina cuando se paga con tarjeta es ya una posibilidad en muchos establecimientos españoles. Una costumbre que hemos copiado de los estadounidenses. Ahora bien, ¿tienen retenciones los camareros en sus salarios cuando les pagan propinas por este método? Hay que tener en cuenta que, en estos casos, hay dos intermediarios, según explica Díaz.
"El banco, que se queda su porcentaje por el método de pago electrónico y el propio empresario. Antes la propina iba directa al bote de los camareros", recuerda el experto. Lo cierto es que dejar un plus económico sigue siendo un debate en España, más aún en casos como el de Farggi o Labarra. Y son muchos los usuarios que ven estas iniciativas un abuso y no un incentivo.