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La guerra de Ryanair contra las ensaimadas irrita a Mallorca y sorprende a Reino Unido y Alemania

La polémica desatada por el cobro de 90 euros por llevar dos bollos en la cabina provoca un aluvión de críticas a la aerolínea, mientras esta se las toma a mofa

Ana Siles

Una avión de Ryanair con un logo de ensaimadas / FOTOMONTAJE CG

Ryanair está en el punto de mira tras la polémica desatada con las ensaimadas de Mallorca. Todo comenzó hace unas semanas. En la cola del embarque, los empleados de la aerolínea advirtieron a unos pasajeros de que debían pagar 90 euros si querían subir las dos ensaimadas que habían comprado fuera del aeropuerto de Palma. 

La pareja decidió regalar el dulce antes que ceder a la exigencia de la compañía irlandesa. Este suceso se ha viralizado y ha llegado hasta las esferas políticas. Incluso ha traspasado fronteras. Medios como el británico The Guardian, el alemán Der Spiegel o el sueco Morgonposten ya se hacen eco de la guerra declarada por Ryanair a las ensaimadas.

Defender el producto local

El Gobierno balear ha planteado una reunión a Ryanair para tratar el tema. "Estamos a la espera de poner fecha para la reunión", detallan fuentes del ejecutivo autonómico a Consumidor Global. El objetivo de la administración es "evitar cualquier tipo de discriminación". 

Una ensaimada / EP

Una finalidad que comparte la Asociación de Panaderos y Pasteleros Balear: "Nuestra petición es que acepten ensaimadas de fuera del aeropuerto y que no lo consideren un equipaje de mano extra", recalca a este medio Pep Magraner, gerente de la agrupación, en referencia a Ryanair. 

Potestad de la compañía 

Todas aquellas ensaimadas que los pasajeros hayan adquirido en el duty free pueden pasarlas sin que Ryanair aplique sobrecostes. En cambio, cobra 45 euros por subir al avión cada ensaimada que se haya comprado fuera del aeropuerto. Además de ser una política discriminatoria a juicio de muchos, la pregunta es si la empresa puede o no exigir este tipo de cobros. 

Varios pasajeros de Ryanair con su maleta / UNSPLASH

La profesora de Derecho Internacional Privado de la Universidad Complutense de Madrid Lidia Moreno explica a Consumidor Global que hay que acudir a la Ley de Navegación Aérea. "Cada compañía establece el peso y el número de bultos para viajar. A priori, es legal cualquier cambio de la política de cobro de la compañía para el transporte del equipaje de mano", expone la experta. 

Ryanair es la única que cobra las ensaimadas

La gran mayoría de compañías aéreas no cobran las ensaimadas como equipaje extra. No importa si el pasajero las ha adquirido dentro o fuera del aeropuerto. Es el caso, por ejemplo de Air Europa, Vueling o Iberia Express

Campeonato mundial de ensaimadas / EP
Pep Magraner recalca que la compañía irlandesa es "la única que tiene este tipo de restricciones". "Habría que tener este derecho insular que permita comercializar las ensaimadas sin trabas, sin pegas", reclama el gerente de la patronal pastelera.

Acciones legales contra Ryanair 

Estel Romero, abogada del despacho Sanahuja Miranda, explica a Consumidor Global que el problema radica en que "no hay una regulación clara en relación al peso y tamaño de lo que consideramos equipaje de mano". Partiendo de la mencionada Ley de Navegación, "si la compañía es capaz de acreditar esas razones de seguridad, pues es un tema complicado".

La aerolínea Ryanair mantiene la huelga / EP

Pese a ello, los pasajeros podrían tomar acciones legales contra la compañía. La experta Lidia Moreno aclara que "se podrían interponer acciones de cesación de la conducta". "Así como de remoción de los efectos producidos, por los que se solicite la devolución del importe cobrado", zanja.

Ryanair se mofa de las críticas

Pero la aerolínea no parece tomarse en serio las quejas que están llegando tanto de los usuarios como de los comerciantes locales. En Twitter, la compañía respondía de forma irónica a algunos internautas: "¿Tú también quieres una ensaimada gratis?" o "Pero si era el tamaño de un niño de 7 años", son algunos de los comentarios.  

Un sentido del humor que, desde luego, no calma a los usuarios. Y Ryanair debería tener en cuenta que la guerra declarada a las ensaimadas es un tema que no solo irrita a los comerciantes locales, sino también a sus propios clientes.