Cualquiera que haya conducido por alguna zona urbana concurrida conoce las dificultades para encontrar aparcamiento. El aumento del número de vehículos y la limitada disponibilidad de espacios de estacionamiento son los principales factores que hacen perder el tiempo a un conductor.
Además, las grandes ciudades como Madrid o Barcelona están repletas de zonas azules y otras donde está prohibido circular y aparcar vehículos. Es por ello que encontrar aparcamiento es cuestión de suerte (e ingenio).
Una prohibición implícita
Muchos conductores usan algunas triquiñuelas para asegurarse el aparcamiento. Una de las más frecuentes es aparcar en dos plazas para asegurarse una de ellas. Otra táctica muy conocida es dejar a algún familiar o amigo guardando la plaza para que otro conductor no nos la quite.
Sin embargo, esta práctica no es legal. No existe ninguna ley o norma que la prohíba expresamente pero Tráfico especifica que "los peatones no podrán permanecer detenidos en el arcén ni en la calzada, ni aunque sea a la espera de un vehículo". Es por ello que se trata de una prohibición implícita.
Hasta 80 euros de multa
Además, hay que tener en cuenta que quedarse quietos en un aparcamiento para guardarlo puede acarrear multas. Las autoridades establecen sanciones de hasta 80 euros para los peatones.
Por último, cabe recordar que si un coche aparca entre dos aparcamientos también estaría cometiendo una infracción. De hecho, la multa puede ser de hasta 200 euros y una grúa municipal puede proceder a retirar el vehículo.