Humana estos días hace más caja si cabe. Sus tiendas de segunda mano se llenan de gente, sobre todo cuando la inflación está por las nubes.
De hecho, llama la atención que una mañana cualquiera de finales de marzo, mientras otras cadenas ven, tímidamente, entrar a clientes, los establecimientos de esta ONG “sin ánimo de lucro” amplían su público.
Humana gana de la ropa gratis de otra gente
La ropa de segunda mano que los clientes compran en Humana procede de las donaciones de otros consumidores. “Cada año más de 2 millones de donantes depositan su ropa usada en nuestros contenedores y más de 1 millón de personas compran en nuestras tiendas”, subraya la organización en su página web.
Y con un contexto actual, con una guerra de por medio, la luz y otros productos básicos de alimentación más caros, los precios de derribo de Humana son un gran atractivo para muchos usuarios.
Tirar de promos
“Después de la pandemia, las ventas han hecho un boom tremendo. Hacemos muchas promociones porque se vende más”, señala la responsable de uno de los puntos de venta de Humana en Barcelona.
Asimismo, varias veces al año las tiendas Humana lo tienen todo a 1 euro. Sí, has leído bien. Pero estos espacios viven en unas rebajas casi permanentes durante todo el año, con unos precios que rondan entre los 5 y los 20 euros.
¿A dónde va lo que paga el consumidor por las prendas donadas?
Lo que algunos expertos y otras organizaciones le afean a Humana es que sus cuentas, aunque aparecen en su web, no están muy detalladas y se desconoce con exactitud a qué destinan los millones de euros que facturan al año.
“Venden reutilización, ecología y solidaridad, pero la realidad es precaria”, asegura la experta en consumo de Ecologistas en acción, Charo Morán.