Vicente Pizcueta es probablemente una de las personas que más sabe de ocio nocturno en España. Fue responsable de históricas discotecas como Chocolate, en Valencia, y uno de los motores de la conocida Ruta del Bakalao. En la actualidad, sigue vinculado al sector como portavoz de España de Noche, la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos.
A pesar del contexto inflacionista que vive el país, este empresario valenciano asegura en la entrevista a Consumidor Global que son más los locales que están bajando precios que subiéndolos, y que existe una amplia diversidad dentro del sector. Un sector que, en parte, le debe mucho a la pandemia. Un ejemplo de ello es el asentamiento de nuevas formas de ocio que llegaron para quedarse como es el fenómeno del tardeo.
--¿Qué momento vive el ocio nocturno en España?
--A nivel reputacional y de percepción social ha habido un antes y un después con la pandemia. Estamos viviendo un momento sin precedentes. Muy positivo. La gente ha echado de menos a este sector y por fin se reivindica la importancia que da a nuestra imagen de marca y como producto turístico. No obstante, seguimos siendo un sector hiperregulado o mal regulado. No olvidemos que se trata de un sector con muchos flecos a nivel competencial que depende de las comunidades autónomas y seguimos necesitando un cambio de normativa para impulsar cuestiones como la seguridad, cálculos de aforo o la protección ambiental.
--¿Ha cambiado la forma de salir de fiesta en España en los últimos años? ¿Cuáles son las nuevas tendencias?
--Totalmente. Por un lado, se han dado unos bandazos importantes en torno a la media de edad porque, aunque en un primer momento el regreso a la normalidad lo protagonizaron los más jóvenes, el fenómeno del tardeo es el que ha repetido toda la generación de una franja de edad de entre 40 y 60 años que salía muy poco y, sin embargo, han multiplicado por tres su frecuencia de salida. También se han diversificado los horarios de actividad de los locales de ocio. Siempre digo que ahora la noche es cada vez más diurna. La gente sale más por el día, aunque sigue siendo complementario con la noche, que es la franja favorita del joven.
--Entonces, las discotecas, el ocio… Ya no son solo para jóvenes.
--En absoluto. El público mayoritario está en la franja de 40 a 60 años por ese fenómeno del tardeo. Hay que recordar que la generación de los 80, la que nació entre los 60 y los 70, ha sido la más golfa de este país. El subidón por la salida del Covid y que por edad ya no quieres estar hasta las 3 de la mañana hace que se planteen otros planes, como la posibilidad de quedar a comer y salir y meterte en una discoteca. Es algo que ya ocurre en muchas ciudades. No hablamos del gintonic de la sobremesa, hablamos de irse de marcha por la tarde. Eso ha hecho que la media de edad esté por encima de los 30 años.
--El consumo de drogas siempre se ha vinculado a la imagen del ocio nocturno. ¿Qué situación se vive ahora?
--Esos tópicos evolucionan de forma natural. Hay muchos clichés sobre los jóvenes y el consumo de drogas, pero también hay más estudios sobre jóvenes abstemios. Lo que está claro es que esa generación de los 80, que fue muy golfa, no es la generación actual ni muchísimo menos. Ahora mismo, todo lo que tiene que ver con drogas ilegales tiene un peso menor que el que tuvo en los 80. Afortunadamente, la gente consume alcohol de forma moderada, aunque siempre habrá jóvenes que salgan y pierdan los papeles. En conclusión, podemos decir que tenemos una noche bastante sana.
--Vivimos en un contexto de inflación constante. ¿Salir de fiesta se ha convertido en un lujo?
--Con este tipo de cosas siempre ponemos el foco en el local de moda, pero hay muchos bares de copas de diferentes perfiles en todas las ciudades. Las discotecas lujosas, las de la copa cara, son pocas y no podemos generalizar. Al final, cervezas a 3 euros las puedes tomar en todas las zonas de marcha de España, pero también puedes tomarlas por 12 euros. Ahora mismo hay una dispersión en términos de política de precios muy grande.
--¿Hay algún aspecto concreto en el que se haya notado más la subida de precios?
--Diría que sí que se ha producido un incremento de precios desde el refresco hasta las bebidas espirituosas, pero siempre por debajo de los niveles de inflación, porque toda la cadena de valor del ocio sabe que es vulnerable. Cuando la gente tiene que recortarse, aunque seguramente siga saliendo de fiesta, su frecuencia será menor. Puede que estemos en un momento disruptivo, de hecho, ahora mismo te diría que hay más locales que están bajando los precios que subiéndolos.
--La imagen de España siempre ha estado muy vinculada al ocio nocturno. ¿Ha cambiado esa percepción en los últimos años?
--Acabamos de publicar un ranking de las ciudades con la mejor vida nocturna del mundo y Madrid vuelve a ser la primera opción para los profesionales extranjeros del marketing turístico. Además, a muchos puntos de distancia de Londres, que es la segunda. No hay ningún país que tenga dos ciudades en el top 5 y aquí tenemos Madrid y Barcelona, que ocupa el quinto lugar. Se confirma que la percepción que tienen los extranjeros del ocio nocturno de España es muy positiva, no olvidemos que seguimos siendo un país muy barato para los turistas. Además, tenemos unas infraestructuras de transporte público y una seguridad que son valores importantes.
--Ya que menciona el tema de la seguridad, últimamente se han denunciado muchos robos en discotecas y salas. ¿Se ha vuelto un tema preocupante?
--El uso de la guardarropía es cada vez más necesario porque igual antes dejábamos las chaquetas en cualquier sitio, o los bolsos, y nos pueden robar. De todas formas, lo que hay que hacer es aplicar medidas de autoprotección, y eso es lo que estamos haciendo tanto con la Policía Nacional como con la municipal. La gente tiene que saber dónde está y tener ese mínimo control, hacer un movimiento de 360 grados para saber dónde estamos y qué hay a nuestro alrededor. Porque sí, está claro que hay hurtos y robos y que puede haber hasta situaciones problemáticas, que las hay, pero lo importante es que quien salga de fiesta a pasárselo bien tenga en cuenta el mensaje de la autoprotección porque eso le librará de muchos problemas. Saber si tengo o no iluminación, en qué calle me meto o si estoy pidiendo el taxi y me recogen, o no, en la puerta del local. Toda esa información es muy valiosa para evitar problemas.
--También preocupa el machismo y las conductas de acoso contra las mujeres en salas y discotecas. ¿Cómo lo afronta el sector?
--Nosotros fuimos el primer sector que firmó un convenio de colaboración con el Ministerio de Igualdad, pero no es porque tengamos un problema mayor que otros sectores. Ya sabemos que, por desgracia, el tema de la violencia sexual está presente, en primer lugar, en los hogares; después, en el trabajo; y en tercer lugar en los espacios públicos. En los locales hay un sistema de control y nos parece muy conveniente dar ejemplo. Que como patronal seamos el primer sector que ha firmado ese convenio con Igualdad para avanzar en la definición de esos protocolos es algo de lo que estamos muy orgullosos. Al mismo tiempo, también reivindicamos la seguridad de nuestros establecimientos en los que no se producen agresiones sexuales. Hay muchos mecanismos de control dentro de un local. Lo más importante es detectar las situaciones menos problemáticas para poder evitar que vayan a más.
--Movida Madrileña, Ruta del Bakalao… ¿Volveremos a tener un movimiento de ocio nocturno?
--Ya lo estamos viviendo. Esa proyección internacional que te comentaba de Madrid y Barcelona es importante, lo que no ha puesto nadie aún es el nombre, pero está claro que la noche madrileña, sin movida, está de moda, y que Barcelona sigue siendo una de las capitales turísticas del mundo. Ibiza debe de ser la marca de ocio nocturno más importante del mundo junto con Las Vegas. Tenemos marcas importantes como Marbella y la potencia de la imagen de la vida nocturna española está en muy buen momento. No tenemos nombre ni etiqueta, pero tampoco la necesitamos.