La famosa teta gigante de Rigoberta Bandini no estará en el Festival de Eurovisión 2022, pero ya es un éxito de ventas. Así lo confirma su creadora, la diseñadora Marina Salazar. Tras la inesperada derrota de Bandini, muchos han expresado en las redes sociales su decepción con el meme “emosido engañado”, pero la cantante barcelonesa asegura que “hemos ganado” porque la canción Ay mamá se ha convertido en un “himno eterno” que reivindica la feminidad y cuestiona la censura que sufre el cuerpo de la mujer.
El éxito de Paula Ribó, así se llama en realidad Bandini, a la hora de trasladar su mensaje feminista al gran público se debe, en gran parte, a la creación de Salazar: un enorme pecho de más de tres metros de altura que acaparó todas las miradas en la actuación del Benidorm Fest. La tetamundi, también conocida como globo tetáqueo, es la teta más comentada de España, y se vende estampada en láminas y bolsas en la página web No queda tinte. Incluso se comercializan réplicas de 22 centímetros.
La tetamundi ha dado la vuelta al mundo, ¿se esperaba un éxito así?
“Sabíamos que lo íbamos a petar, pero la repercusión que está teniendo es del todo inesperada. Está siendo apoteósico”.
¿Un pecho enorme vale más que mil palabras?
“Rigoberta y Joan Ros, su diseñador y escenógrafo, buscaban algo impactante, y la verdad es que Ay mamá y la tetamundi, aunque fueron creadas por separado, forman un tándem perfecto. Desde el primer momento fue un match total. Pensamos que tal vez en Eurovisión no entenderían la letra, pero con esa puesta en escena hay poco que añadir. Sobran las palabras”.
¿Cómo y cuándo nace la idea?
“Fue en 2016. Estaba en la asignatura de diseño especulativo y me pregunté qué pasaría si pusiéramos el pecho como centro y medida de todas las cosas. Me gusta trabajar fuera de la pantalla y sentí la necesidad de experimentar fuera de los límites. Así que me puse a estudiar sobre el pecho y leí el mito griego en el que Hera amamanta a Hércules, que chupa con tanta fuerza que hiere a la diosa. Todo surgió de un proyecto de clase, mi primer proyecto en volumen, y mira a dónde ha llegado”.
Tras el Benidorm Fest ¿se ha disparado la venta de globos tetáqueos?
“He vendido más figuras de Tetamundo (121 euros) en los últimos cuatro días que en los últimos seis años. Pero las hago bajo pedido y a mano, por lo que este boom lo ha cambiado todo. Ahora no puedo producir todas las que me piden. Es imposible. Tengo lista de espera”.
¿Quién compra una tetamundi?
“Me han contactado hasta para hacer los centros de mesa de una boda. También hay muchas mamis que la compran para las habitaciones de sus bebés. He recibido pedidos de Australia, algo que nunca antes me había pasado. El otro día un chico me preguntó si se la podía enviar a Nueva York, que la quería para celebrar su cumpleaños. Me están pasando cosas muy locas”.
¿Qué otras obras vende?
“He roto el stock de las Totebag Multitetas (25 euros) y las láminas Tetamundo (15 euros), que son de 23 por 23 centímetros, van con retraso. Ahora acabo de salir de la imprenta. He vendido más de 60 durante el fin de semana. Necesito una reestructuración”.
¿Le preocupa que puedan copiarle su obra estrella?
“De momento no. Mucha gente ha hecho sus propias versiones, pero te citan y se agradece. Este icono ya no sólo es mío, forma parte de la iconografía popular. Lo he compartido y es de todos. A veces, es más bonito formar parte de algo que ser dueño de algo”.
¿Qué pechos están por venir?
“El año pasado empecé una colección de broches, pero lo tenía parado. Son pezones e hice algunos prototipos. Ahora lo retomaré. Todo mi arte gira sobre la reivindicación de la mujer”.
¿No es su obra demasiado redonda y perfecta?
“La tetamundi es sólo un modelo base y simplificado. Tengo miles de bocetos de pechos radicalmente distintos: con el pezón hacia abajo, con tatuajes, con cicatrices de operaciones de cáncer de mama, con piercings... Pensé que, para Eurovisión, como Ay mamá tiene toques de humor, podía chillar desde el divertimento, y la tetamundi viene de estas tetas que son como bolas de relajación. La nueva colección incluirá todo tipo de pechos. Es un proyecto que nació como algo inclusivo”.
¿Ahora se verán tetas por todas partes o prevalecerá la censura?
“Hubo un comentario sobre la tetamundi en el que decían ‘que se fastidie Instagram, ahora tendrán que sancionar millones de publicaciones’. A mí nunca me han censurado la tetamundi, pero sí una figura de María Antonieta en la que aparecía rodeada de objetos sexuales y mostraba un pezón. Es triste que alguien no pueda publicar su arte”.
¿Cómo sería un mundo pechicéntrico?
“Sería lo más. Nos lo pasaríamos teta”.