Instagram es el reino de las influencers. Las creadoras de contenido parecen multiplicarse año tras año. Un trabajo en el que la visión empresarial resulta fundamental para mantenerse en el tiempo.
Consumidor Global ha recibido a la experta en moda e influencer Natalia Cebrián para hablar del emprendimiento y los negocios en las redes sociales. La creadora analiza cuál es el momento que atraviesan las marcas low cost y de lujo, que cada vez hacen más colaboraciones juntas y apuestan por la sostenibilidad.
--¿Instagram es la nueva forma de emprender entre la gente joven?
--Yo creo que sí. No solo Instagram sino las redes sociales en general. El mundo digital es el nuevo espacio para emprender y una oportunidad para que la gente se reinvente en sus negocios. Para mí, la clave en redes sociales es mantenerse siempre a la vanguardia. Renovarse siempre. He visto a muchísima gente que por negarse a reinventarse, al final pierden likes.
--¿Hay plataformas que te dan más pie a tener un crecimiento orgánico de seguidores que otras?
--Totalmente. Si te fijas, Instagram te cuenta qué es lo que van a hacer, qué puedes potenciar más. Se trata de estar en el momento y tiempo adecuados siempre que controles la plataforma. Sí que es verdad que hay otras aplicaciones, como TikTok, en las que ahora mismo es más fácil crecer porque no tienen el algoritmo capado. No tienen esas vallas de contención que ha ido poniendo Instagram a medida que crecía, pero las acabarán poniendo también.
--Lleva siete años en redes, ¿qué es lo fundamental para tener (y mantener) sus más de 300.000 seguidores?
--Has de encontrar tu nicho en redes. No solo encontrar el seguidor al que le gustas, también el que a ti te guste. Si te dejas llevar un poco por los seguidores pues puede ser que te pierdas. Hay que recordar que es tu plataforma, es tu casa y tú enseñas a los demás lo que a ti te gusta. Son siete años de altibajos, de momentos de frustración, de falta de creatividad y de colapso pero también son siete años de experiencias increíbles.
--A partir de su éxito en redes, ha puesto en marcha otros proyectos empresariales como su trabajo como asesora de imagen, ¿no?
--En pandemia ya estaba creando contenido de moda y belleza principalmente. En ese momento pensé en estudiar algo que me permitiera dar consejos de moda con fundamento. Así surgió la idea de formarme como asesora de imagen y lanzar mi propia plataforma bajo el nombre Nat Cebrián, donde hago consultas online con diferentes clientas.
--¿Y en qué consiste Nat Cebrián Studio?
--Cuando me mudé a Madrid, hace dos años, empezaron a llegarme consultas de personas sobre redes sociales. Poco a poco fue surgiendo la idea de Nat Cebrián Studio. Pensé: "¿Por qué no aplico lo de mis redes sociales a otros clientes que son marcas a su vez?". Entiendo Instagram, estoy al día. Lo distribuyo con mis clientes pero porque yo misma los aplico. Eso no quiere decir que exista una fórmula magistral que todos vamos a aplicar. Siempre digo que lo importante es hacer un DAFO de las debilidades y fortalezas de cada uno de los perfiles y aprovecharlas.
--¿Cómo han influido las influencers en la evolución de compras impulsivas a compras más conscientes?
--Yo creo que ha ido un poco por fases. Recuerdo que hubo una época en la que lo que más de moda estaba era hacer un "Hall de Zara". La gente hacía pedidos semanalmente a la tienda. Incluso yo misma lo he hecho muchísimas veces. Lo tienes como una compra fácil. Ya sabes cómo pedir, cómo devolverlo, son precios que me puedo permitir y entras un poco en ese bucle. Desde hace un par de años, he visto un cambio en el consumidor. Ya no quiere ver esa cantidad de ropa semana tras semana. La gente prefiere calidad a cantidad, incluso en marcas fast fashion.
--¿A favor o en contra del fast fashion?
--Estoy a favor siempre y cuando se haga de una forma sostenible y de la mejor forma posible tanto para el planeta como para nuestro propio consumo. El fast fashion ha pasado por diferentes etapas. Al principio a todo el mundo le gustaba. Luego se ha empezado a conocer y entender más, incluso a limitar. Nos hemos dado cuenta del impacto medioambiental que tiene el fast fashion, el ritmo frenético de comprar y de consumir.
--¿Cree que es posible unir marcas de lujo y sostenibilidad?
--Yo creo que sí. De hecho, es en lo que están trabajando la mayoría de las marcas de lujo. Los grandes grupos tienen como principales objetivos conseguir en los próximos años los máximos rendimientos en cuanto a sostenibilidad. Lo hemos visto con un montón de marcas como Gucci. Gucci ha dejado de utilizar pieles animales. Y otro tipo de firmas que han puesto la sostenibilidad como foco entre sus objetivos.
--¿Y con las marcas low cost?
--Es cierto que es un poco contradictorio con lo que es en sí el fast fashion pero creo que sí, que es posible. Solo hay que ver el último lanzamiento que ha hecho Zara donde ya tiene su propia plataforma de segunda mano. Otras marcas como, por ejemplo, Mango o H&M, que también están utilizando etiquetas de sostenibilidad, tienen unas ciertas líneas que ya son más sostenibles.
--Lo que hoy es moda mañana ya no lo es. ¿Las colecciones cápsulas se exponen a este riesgo?
--En el caso, por ejemplo, de H&M creo que no. Las colecciones cápsulas que están haciendo tienen su éxito en que son prendas muy limitadas, colaboraciones con grandes diseñadores. Solo habrá una vez esa colección de Moschino por H&M o esa colección de Mugler por H&M. Ese es el éxito de esas cápsulas, que son limitadas. De hecho, en aplicaciones de segunda mano, muchas de estas piezas se revenden y son una gran inversión porque cuando se acaban estas colecciones en tienda, ya no hay más.
--¿Cree que el incremento de la popularidad de las firmas de lujo perjudica al fast fashion?
--Para nada. Creo que son públicos totalmente diferentes. Al final, el modo de consumir y los propios precios no tienen nada que ver. El consumidor que compra en Zara, a lo mejor desearía algún día tener un bolso de Chanel pero la realidad es que seguirá consumiendo en la medida de sus posibilidades. El día que pueda permitirse un bolso de Chanel, irá a Chanel, pero hay muchos steps antes que el lujo. Algo muy interesante son las marcas intermedias. Mucha gente se centra en el fast fashion o en las marcas de lujo pero en medio hay un montón de marcas que son superinteresantes y que mucha gente directamente excluye.
--Retomando las redes sociales, ¿Instagram tiene fin?
--Desde que empecé me decían que las influencers se iban a acabar. Yo no creo que se vayan a acabar, yo creo que evolucionan. Ahora ya existe la figura de tiktoker. Pues seguro que aparecerán nuevas plataformas, nuevos perfiles y nuevos formatos.