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Sigrid Cervera (Museo Erótico): "Tenemos una sala con grandes máquinas sexuales del medievo"
Entrevistamos a la terapeuta de referencia de este centro barcelonés para descubrir los momentos estelares de la historia de la sexualidad
Si todas las personas vienen del sexo y son sexo, ¿por qué sigue siendo un tema tabú? Se habla mucho de violencia y prevención, pero la educación sexual es la eterna asignatura pendiente. En la actualidad, los succionadores arrasan. ¿Qué se llevaba en el paleolítico? ¿Y en la época medieval? ¿Qué juguetes tenían? ¿Cuáles son los momentos estelares de la historia de la sexualidad?
“Cultiva el sexo que eres”. Esta frase de la sexóloga Sigrid Cervera podría ser un buen resumen de la entrevista que la responsable de los tours y talleres del Museo Erótico de Barcelona (MEB) ha concedido a Consumidor Global.
--¿En qué punto de la historia se encuentran la sexualidad y el erotismo?
--Vivimos en una sociedad avanzada y se han alcanzado grandes logros, pero también hay mucho retroceso en otros sentidos. Es como si el puritanismo estuviera ganando terreno. Hay que seguir estudiando y aprendiendo para entender mejor la sexología. El presente es una oportunidad para seguir avanzando.
--¿Cómo se aprende en el Museo Erótico de Barcelona?
--El Museo Erótico de Barcelona no es un museo de arte, es un museo de historia del arte erótico cuyo valor, desde el punto de vista sexológico, es el conjunto de todas las obras. La colección nos permite acercarnos a cómo se ha entendido la sexualidad a lo largo de la historia. ¿De qué hablamos cuando hablamos de sexo? Hablamos de lo que somos, de cómo nos percibimos y sentimos como las mujeres y hombres que somos.
--¿En el paleolítico ya utilizaban juguetes sexuales?
--El sexo existe desde que hay humanidad. El tipo de prácticas que llevaban a cabo estos hombres y mujeres ha evolucionado. Hay muchos mitos y leyendas. ¿Se han encontrado falos de la prehistoria? Sí, se encontró un falo en una cueva de Alemania que tenía 28.000 años y era del paleolítico. Las teorías dicen que se utilizaban para rituales. En épocas posteriores, como la griega y romana, era símbolo de fertilidad. En Pompeya había falos por doquier, pero poca gente sabe que los romanos y napolitanos eran muy supersticiosos y los utilizaban para ahuyentar el mal de ojo. ¿Había falos que se utilizaban para practicar la penetración y dar placer? Sí, muy probablemente sí.
--¿Qué es lo más sorprendente de las épocas griega y romana?
--De Grecia podemos descubrir cómo el homoerotismo masculino era ampliamente aceptado, o cómo la pederastia era un proceso educativo en el que el adulto introducía al joven en la vida del ciudadano, y uno de los aspectos era la sexualidad. El papel de la mujer en la época griega, que básicamente era el reproductivo, pero también conoceremos que la teoría erótica de Platón nos decía que los sexos existen porque estamos hechos para esa búsqueda y encuentro con el otro, más allá y al margen de la reproducción. Eso es revelador. Con la influencia judeocristiana se han olvidado muchas cosas. Alguien podría pensar que en otras épocas no existía el amor sexuado, pero sí. En el Museo Erótico de Barcelona podemos aprender sobre sexo con todas las letras.
--Ahora arrasa el Satisfyer, pero en la época medieval ya había herramientas sexuales… ¿Cómo eran?
--Se suele identificar juguete erótico con juguete genital, y esto reduce mucho nuestra concepción sobre lo que es un juguete erótico. Las posibilidades son infinitas. Si hablamos de juguetes genitales, tenemos una gran colección de falos (reproducciones y originales) que van desde la prehistoria hasta la actualidad. Los vestigios nos indican que algunos eran utilizados en rituales y otros para la búsqueda del placer. Concretamente del medievo, tenemos una sala con grandes máquinas sexuales: artilugios que reproducen la penetración peneanal vaginal o peneanal anal. Y también tenemos cinturones de castidad, que las leyendas cuentan que se utilizaban para prevenir violaciones, pero los últimos estudios detallan que son un juego más, una práctica más dentro del universo BDSM, aunque su origen se sitúe en una época puritana para impedir la masturbación masculina. El sexo es mucho más que los genitales.
--Cite un momento estelar de la historia de la sexualidad…
--Para mí uno de los grandes momentos llega con el inicio de la sexología a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Hablamos de la ilustración y de cómo se empieza a pensar el sexo. No estamos hablando de genitales, ni de la teoría de la reproducción, ni de la teoría erótica de Platón. Hablamos del género y empezamos a pensar el sexo.
--¿En qué se parecen la colección de pornografía producida por el rey Alfonso XIII, el bisabuelo de Felipe VI, y la actual?
--El porno de inicios del siglo pasado era para hombres de clases bienestantes que podían permitírselo, mientras que el pueblo intercambiaba fotografía erótica, que entonces era considerada como pornográfica. Alfonso XIII viajó mucho y encargó al conde de Romanones y a los hermanos Baños una serie de películas con una historia erótica. Ahora, el porno mainstream se caracteriza por la misoginia y es un producto de uso comercial donde la historia es lo de menos. Ha cambiado mucho la visión de la estética y de la belleza.
--Entonces, tampoco hemos avanzado tanto, ¿no?
--Hemos avanzado, sí, pero al mismo tiempo es un momento crítico. Se habla de pornografia, de violencia. Todos los discursos son de miedo. La gente joven no tiene espacios donde hablar de sexo y amor sin que haya miedo. Y eso no puede ser. La educación sexual es educación en la convivencia. Si hay educación sexual, si nos conocemos mejor, conocemos y entendemos mejor al otro, y hay menos situaciones de violencia.
--Si todos venimos de y somos sexo, ¿por qué sigue siendo un tema tabú?
--Hay una gran influencia judeocristiana, muy poderosa, en la que hay temas de control y de poder. Siempre decimos que el poder al sexo no le importa, pero al poder sí le importa el sexo. El sexo todavía es esa asignatura pendiente. Por eso el servicio educativo del Museo Erótico es tan importante. Siempre hablamos de sexo y sexualidad desde la prevencion. ¿A quién le interesa? Hay mucho dinero en juego. ¿Quién gana? La medicalizacon del sexo. Si hablásemos más de la promoción del sexo como valor, seguramente no haría falta tanta prevención.
--¿Visitar el Museo Erótico de Barcelona es como asistir a una clase de educación sexual?
--El museo es formación y entretenimiento. A través del arte, hacemos educación sexual. Puedes descubrir cómo se vivía la sexualidad en la época griega y romana, o en el paleolítico. Nosotros hacemos educación sexual destinada al público local. Un tour sobre la mujer y el arte erótico; cómo cultivar la sexualidad aporta bienestar en nuestras vidas. Somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos. Hay tantas relaciones como relaciones hay en el mundo. Podemos aprender sobre convivencia y diversidad. Nadie queda fuera.
--“Fingimos orgasmos, follamos por fardar, soñamos con los tríos que vemos en el porno, nos acomplejan nuestras pollas y nuestras tetas… Y sin embargo nunca hemos hecho tanto alarde de nuestra libertad y de nuestro placer”, escribe la terapeuta Adriana Royo en su libro Falos y falacias. ¿Cuándo nos quitaremos las máscaras?
--En la actualidad, hay muchos discursos que aseguran que solo podemos ser fuertes o vulnerables, y esto no es así. Fortaleza y vulnerabilidad van en el sujeto sexual. Y yo me vulnerabilizo frente a ti y me fortalezco frente a ti. Y tú igual. No sé si nos quitaremos nuestras máscaras o no. Depende de cada sujeto porque cada historia es única.
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