El Museo Erótico de Barcelona (MEB) abrió sus puertas en 1997, pero el 85% del público que lo visita es extranjero y sigue siendo un gran desconocido para la inmensa mayoría de barceloneses y españoles en general.
Por eso, para descubrir algunas de las 800 obras de arte que se exponen en sus 14 salas, y hacer un recorrido por la historia de la sexualidad, desde el paleolítico, pasando por el antiguo Egipto y la época medieval, hasta la actualidad, entrevistamos a Sarah Rippert, la directora de este centro cultural, ubicado en La Rambla número 96, cuyas entradas cuestan entre 10 y 22 euros.
--¿Cuál es la obra más valiosa que tenéis?
--Tenemos muchísimas obras en el museo y algunas con un valor muy alto, pero lo interesante es lo que representan. Tenemos obras originales de Picasso, Dalí y Klimt. Algunas piezas las adquirimos hace más de 30 años, por lo que su valor, a día de hoy, es incalculable.
--¿Y la que más llama la atención?
--Hacemos una encuesta a todos nuestros visitantes y las respuestas son de lo más diversas… A una pareja de 60 años no le impactan las mismas obras que a un grupo de jóvenes. Es una experiencia muy personal. Yo diría que la joya del museo podrían ser los videos originales que tenemos del porno dirigido en 1920 por el rey Alfonso XIII. Aquí mostramos tres de esos vídeos y es muy interesante conocer su historia.
--¿Sólo nos atrevemos a visitar un museo erótico cuando estamos fuera de nuestra ciudad, de nuestro ambiente?
--Pasa en todo el mundo, pero debería cambiar. Barcelona no solo tiene la Sagrada Familia...
--¿Qué tanto por ciento de vuestros visitantes son extranjeros?
--Estando donde estamos, en La Rambla, que es la calle más visitada de Barcelona, más del 85% de nuestros visitantes son turistas. Sin embargo, intentamos fomentar las visitas del público local, que quizá tenga una imagen del museo que no se corresponde con la realidad, ofreciéndoles talleres y diferentes actividades de arte y sexología.
--¿Qué novedades tenéis?
--Tenemos una exposición de Klimt que hemos ampliado y cuenta con obras originales. Tenemos una muestra temporal de shibari, que es el arte de las cuerdas eróticas japonesas, e incluye un programa de talleres y shows en vivo hasta diciembre. También habrá una sala muy interesante dedicada a la historia del LGTBI en el futuro, y hemos empezado a hacer clases de yoga, para conectar el cuerpo con la sexualidad, y luego visitar el museo.
--Algunos de vuestros visitantes echan en falta el enfoque de la sexualidad desde un punto de vista femenino…
--Estamos pensando en abrir algo en esta línea, pero casi en todas nuestras salas hay un enfoque femenino. Lo que pasa es que muchas personas no escuchan la audioguía… Si la cogieran, lo entenderían. ¡Y está incluida en el precio! Hay que profundizar. Hemos ido añadiendo obras de arte con la visión de la mujer. Con la obra del Safo de Lesbos, por ejemplo, explicamos la historia de la poetisa griega Safo de Mitilene, de la que viene el origen del término lesbianismo’.
--¿Tenéis pensado ampliar las referencias a la sexualidad femenina?
--También hemos añadido obras de artistas mujeres… Yo no veo que carezcamos de esta visión femenina, pero, aún así, estamos trabajando para intentar que esté presente, de una manera más explícita, en algunas de las salas. El museo tiene un gran plan de expansión, de abrir nuevas salas, y dentro de ellas estarán muy presentes las referencias a la sexualidad femenina.