La moda veggie pierde adeptos. El mercado plant-based se resiente. 600.000 personas han dejado de ser veganas, vegetarianas o flexitarianas el último año en España.
¿Los motivos? Algunos se han cansado de las alternativas vegetales, otros lo ven demasiado complicado o caro, y los hay que no están muy convencidos con la carne cultivada.
Los especialistas también apuntan que, tras la pandemia, la gente prioriza el placer y el bienestar emocional.
Así las cosas, me temo que, hasta que no sean capaces de fabricar un chuletón de garbanzos indistinguible de uno de ternera, la gente seguirá comiendo carne.
Y estoy convencido de que todavía falta mucho tiempo para eso.