María Galán (Babies Uganda): "Si renuncias a dos cervezas, puedes cambiar la vida de un niño"

Hay otra forma de vivir... De Boadilla del Monte (Madrid) a Kikaya, una pequeña aldea de Uganda, solo hay 8.000 kilómetros y unas ganas enormes de hacer del mundo un lugar mejor. Eso es lo que debió pensar María Galán cuando a los 23 años cambió su acomodada vida en la capital de España por un colchón en un desconocido orfanato al norte de Kampala. Pero de eso ha llovido mucho.

Ahora, esta madrileña de 26 años lidera Babies Uganda, una oenegé española que escolariza a más de 1.000 niños en Kikaya. También comparte su día a día en Instagram, donde recauda fondos y muestra en qué se emplea el dinero al millón de seguidores que tiene. Acaba de presentar la segunda edición de su libro La vida de Sami, y tiene las cosas muy claras: "Si renuncias a dos cervezas, puedes cambiar la vida de un niño". Porque el mejor regalo que nos pueden traer los Reyes Magos no son unas zapatillas Nike. Ni una escapada al monte o a Honolulu. Ni una entrada para el próximo concierto de Bruce Springsteen. No, el auténtico regalazo para estos Reyes es un poco de solidaridad. Y cuesta muy poco...

--¿Cuál es el camino de Boadilla del Norte a un orfanato en una aldea de Uganda?

--La primera vez estuve tres semanas. Luego pasé un verano entero. Y, cuando fui para hacer prácticas de la universidad, apareció el Covid y me quedé. Me fui enganchando cada vez más y vi lo importante que era ayudar desde allí. En el terreno. Ha sido un camino lleno de aprendizajes. 

--¿Cómo es tener 32 'hijos'?

--Necesitas muchísima energía. Es complicado estar presente para 32 personas todos los días, pero yo lo intento. Son niños que tienen muchas necesidades y todos quieren que veas el avión que han hecho o cómo tiran la pelota. Al final, escucho mi nombre unas 580 veces al día y también dedico tiempo al resto de proyectos humanitarios que tenemos en Uganda.

--Gracias a usted, los niños del orfanato Kikaya House, a diferencia del resto de menores en Uganda, se alimentan bien. 

--Gracias a la ayuda que recibimos, les podemos ofrecer una alimentación bastante variada. En casa hacen un desayuno a media mañana, comen, meriendan por la tarde y cenan. Algo que no es lo normal en Uganda. Allí la comida típica es el posho (harina con agua), judías o guisantes. 

--¿Cómo se convierte una oenegé española como Babies Uganda en un fenómeno viral en Instagram? 

--Tras pasar el año 2021 allí y regresar a Madrid, quise mostrar mi día a día en Uganda para que la gente viera que el dinero llega a donde tiene que llegar y se invierte en lo que de verdad importa. Quería romper la desconfianza que suele haber en torno a las oenegés y enseñar, al que quisiera ayudar, lo que hacemos. Porque las cosas funcionan y toda ayuda es útil. Hasta diciembre de 2022 tenía 1.000 seguidores. Todo cambió cuando hice un vídeo con un niño que estaba enfermito y se hizo viral. Estaba en condiciones críticas, era impactante, y, a partir de ese momento, se dispararon los seguidores hasta una cifra increíble.

--Ahora acaba de salir la segunda edición de su libro La vida de Sami, ¿por qué puede ser un regalo ideal para pedir a los Reyes Magos? 

--La vida de Sami la escribí con el fin de acercar a los niños la vida en Kikaya, la realidad de Uganda, porque me parece que la solidaridad es algo importante en lo que se nos ha de educar desde pequeñitos. Ayuda mucho a valorar lo que tenemos.

--¿Qué descubrirá el lector en 'La vida de Sami'?

--La vida de Sami es un libro sencillo de leer para los niños y a la vez habla de un tema muy importante: cómo se consigue el agua o cómo es ir al cole en Uganda. Es un libro que se adapta a cualquier edad porque no está contado desde un punto de vista dramático. Es su día a día y todos los capítulos tienen una moraleja.

--¿Todo lo recaudado con la venta del libro va destinado a vuestros proyectos en Kikaya?

--Sí. Nuestros fondos se reparten donde más se necesite. En los dos orfanatos, en el colegio infantil o en la escuela de secundaria para niños con discapacidad que inauguraremos este febrero. Todo suma.

--¿Apadrinar un niño puede ser un regalo necesario para que la gente tome conciencia de otras realidades? 

--Nosotras no trabajamos con un apadrinamiento al uso. Cuando te haces padrino, apadrinas a Babies Uganda y eso impulsa nuestros proyectos. En estos momentos, si apadrinas un niño, y cualquier aportación vale, eso hará que podamos incorporar a más niños al colegio. Regalar un apadrinamiento me parece regalazo.

--Unas zapatillas Nike cuestan alrededor de 100 euros, ¿cuánto cuesta apadrinar a Babies Uganda?

–Cada uno aporta lo que quiere. Al final, con muy poco, si puedes renunciar a dos cervezas, puedes cambiar la vida de un niño. Puedes darle alimentación y acceso a sanidad y educación. Puedes darle un futuro mejor. 

 

 

 

 

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Una publicación compartida por Maria 🌙 (@auntie_mariagalan)

--¿La moraleja de esta entrevista podría ser que regalar solidaridad es más gratificante que tomarse un par de cervezas?

--Son cosas totalmente diferentes, pero, si eres capaz de darle el valor que tiene, está clarísimo. Compartir ese dinero es lo más gratificante. Si es alguien que conoces, y a través de Instagram puedes conocer su día a día, verás que con muy poco, con poner un euro de forma puntual, puedes ayudar muchísimo. Si cada seguidor pusiera un euro…

--¿La Navidad es la época más solidaria del año?

--Sí. En diciembre notas que la gente está con los sentimientos a flor de piel. Es un mes en el que se remueven más los sentimientos. Por eso es ideal ser solidario y ayudar a alguien. ¡Apadrina! Todo cuenta.