Uno de los cambios que ha introducido la nueva ley de vivienda es que, en adelante y salvo contadas excepciones, los honorarios de las inmobiliarias por poner en contacto a propietarios e inquilinos ya no los deberán asumir estos últimos, sino que correrán por cuenta de los caseros.
Se trata de una novedad sustancial, pues el precio de esa gestión solía equivaler a un mes de alquiler, que antes pagaban los que buscaban un piso y que ahora, insisto, tiene que costear el dueño de la vivienda.
Sin embargo, algunos propietarios se están resistiendo y, con la complicidad de las inmobiliarias, siguen tratando de cargar los honorarios a los inquilinos.
Para ello, usan todo tipo de trampas y triquiñuelas. La más frecuente es inventarse nuevos conceptos a cobrar obligatoriamente a los arrendatarios. “Asesoramiento y asistencia postcontractual”, es el argumento que utilizan algunas inmobiliarias para facturar a los que buscan piso una cantidad que, casualmente, coincide con los honorarios de toda la vida.
La nueva ley de vivienda es muy clara, pero muchos propietarios y algunas inmobiliarias tratan de darle la vuelta con estratagemas poco éticas y dudosamente legales.
Así que, ya lo saben, si van a alquilar un piso, tengan cuidado, porque hay mucho jeta suelto.