El único autor que cuenta con dos libros entre los 10 más vendidos de Colombia en 2021 no es escritor, es médico. “Escribo como les hablo a mis pacientes porque la salud se tiene que democratizar. Todos deberíamos ser dueños de nuestra salud, y yo ofrezco las herramientas para que tú lo consigas”, expone a Consumidor Global el doctor Carlos Jaramillo, autor de los superventas internacionales El milagro metabólico (2019) y Como: el arte de comer bien para estar bien (2021), ambos publicados por el Grupo Planeta.
Durante la entrevista, Jaramillo habla sin tapujos sobre casi todos los temas de actualidad que giran alrededor de la alimentación: las dietas, el consumo de alcohol, Nutriscore, Carlos Ríos y el movimiento Realfooding, los ultraprocesados, el veganismo y la carne y sus detractores. “La carne del ganado que come pasto es de las cosas más saludables del mundo”, afirma el doctor, que no aspira a contentar a todos. Tal vez por esto, por su franqueza, porque tiene los pies en la tierra y la mente abierta (y muy bien alimentada), se ha ganado la confianza de más de 2,5 millones de seguidores entre Facebook e Instagram.
--¿Somos lo que comemos?
--Somos lo que comemos y somos lo que pensamos. Son las dos formas de nutrirse: lo que metemos en nuestra boca y en nuestra mente. Son cosas que hacemos repetitivamente todo el día, todos los días de nuestra vida.
--Usted, después de estudiar 10 años nutrición clínica, comía mal… ¿Cómo puede alguien, sin demasiados conocimientos de nutrición, empezar a alimentarse bien?
--Es muy sencillo. Yo trabajaba en cuidados intensivos. Buscaba y recetaba los nutrientes que necesitan los pacientes para mantenerse con vida. Pero uno nunca se alimenta así. Cuando dije que me alimentaba mal, no era por comer un montón de ultraprocesados. Era porque comulgaba con beber gaseosas light o chicles sin azúcar, unos procesados que creíamos inocuos. Pero vi que no lo eran. Hoy en día, tienes toda la información en el móvil. Una persona que quiera alimentarse bien, debe buscar, seguir las pautas que mejor le vayan y tomar la decisión de seguir una alimentación consciente.
--¿Cuál es el primer paso para que los consumidores se adueñen de su nutrición?
--Cualquiera que sea la corriente que encuentres, tendrá contradicciones, defensores y detractores. El carnívoro y el vegano también utilizan la literatura. Al final de mi último libro, Como, lo único que pido es que el lector dude de todo lo que puse en esas páginas. Dudando y buscando, uno encuentra lo que le sienta mejor. Si una dieta vegana te sienta bien, encontrarás mil informaciones que te la validen. No hay que creer en nada, hay que validar por ti mismo. Somos aprendices toda la vida.
--Pero usted está en contra de las dietas…
--La definición de dieta es un tipo de alimentación que yo controlo, que entiendo y sirve para un propósito: subir de peso, bajar, cuidar mi tiroides, aumentar masa muscular, etcétera. La palabra dieta no quiere decir alimentarse para perder peso. Cuando digo que no comulgo con las dietas, me refiero a las dietas de los extremos, que no son sostenibles en el tiempo. Los extremos políticos, económicos, religiosos, terminan siendo difíciles de sostener. No soy partidario de los extremos.
--Algunos nutricionistas dicen que el único consumo de alcohol seguro es cero, mientras que los lobis cerveceros y vitivinícolas promocionan los beneficios del consumo moderado de alcohol…
--El mundo y la realidad son una creación de la mente. Mi sistema de creencias está anclado a mi sistema de experiencias. Si yo crecí en una familia donde mi papá era alcohólico, y quiero salir de ese círculo, y crecí diciendo que no quiero beber alcohol, y me hice médico, encontraré razones para decir que la única dosis de alcohol segura es cero. Si me vuelvo infectólogo, ni siquiera te saludaré dándote la mano. Porque las bacterias están en todas partes y matan a la gente. Ellos viven esa realidad. La realidad de las enfermedades infecciosas.
--¿Y si usted fuese el doctor Carlos Jaramillo?
--Yo disfruto el vino tinto. Me fascina. Para mí, para validar mi gusto, intentaré darte los beneficios de ciertas dosis, pero si pasas de ciertas dosis hay un daño. Si soy más purista que el Papa, estaré convencido de que la única dosis es cero. El veneno está en la dosis y en la frecuencia. Tomarse una cerveza o una copa de vino tres o cuatro veces por semana, dentro de un buen estilo de vida, ¿representa un riesgo para alguien? Yo creo que no. El cigarrillo es malísimo. Pero si te fumas uno cada seis meses viendo atardecer, no pasará nada.
--Desde algunos sectores se intenta demonizar el consumo de carne…
--El problema real con la carne está en las carnes procesadas, que están llenas de nitritos, de colorantes, quemadas, ahumadas por procesos industriales, repletas de harinas y tal. Ese es el problema. También lo es el tipo de alimento que recibes. Si son animales alimentados con melazas y cereales transgénicos, eso no es positivo. Si, por el contrario, son pollos alimentados naturalmente, la carne del ganado que come pasto es de las cosas más saludables del mundo. Las carnes quemadas pueden producir cáncer, dicen. Y cualquier alimento quemado también. La historia de que la carne puede producir cáncer… ¡No! ¡No! ¿Lo de que el animal tiene la adrenalina de cuando lo mataron? ¿El león, cuando mata al ciervo, pone la carne en el congelador? Cuando uno cocina un animal, todo eso se muere al instante.
--¿Algún consejo para que los consumidores hagan la compra y elijan saludable?
--Si uno quiere ir a lo seguro, sin equivocarse, ve a por las frutas, las verduras, los vegetales, todos los granos, garbanzos, lentejas, a por las nueces frescas, no empaquetadas, sin freír. Ve a por las carnes y pescados en su estado natural, y el vino tinto, con eso vas a estar bien. Ese es el primer paso. Pero de vez en cuando algo empaquetado tampoco está mal, ¿no? Ultraprocesados, no. Tienes que tomarte la tarea de saber leer ingredientes y etiquetas a la perfección. Si no, te meten gato por liebre. Hay que saber diferenciar entre procesado y ultraprocesado.
--Los ultraprocesados, ¿cuánto más lejos, mejor?
--Sí. A menos que ese sea el placer máximo de tu vida, y una vez al mes decidas comer esas galletas con chocolate empaquetadas… Dale. Una gaseosa una vez al mes… Vale. El tabaco, por ejemplo, se utilizaba ancestralmente de manera medicinal. Pero lo hemos vuelto ultraquímico, lo hemos llenado de sustancias nocivas y lo consumimos en dosis desorbitadas. Cuando antes era algo ceremonial, puntual. El veneno está en la dosis.
--¿Nuestros abuelos comían mejor que nosotros?
--Ellos comían sin saber lo que tenían que comer, pero comían comida real. Sin químicos industriales. Yo como lo mismo que comía mi abuela, dice la gente. No. No. Tu abuela no le ponía salsas con caramelo y sabor a humo a los alimentos. Ella no cocinaba con margarina. A ella no le vendían cuentos. Comía comida fresca. Comía mucho más tradicional y de temporada, según la disponibilidad. No se parece en nada.
--¿Qué opina del realfooding, el movimiento de Carlos Ríos?
--Lo admiro mucho. Me parece una persona muy valiente. Auténtica. Hace lo que piensa. Propone cosas. No sólo critica. Su movimiento se basa en la comida real, en alimentos con el mínimo proceso. Es un paso. Pero comer alimentos reales no es lo único que hay que hacer. El paso cero es optar por la comida real. El paso uno es saber qué comer y qué no. El segundo paso consiste en cómo balancear esa comida real. Conocer los carbohidratos y grasas que necesita tu cuerpo. Con una alimentación vegetal, sin saber el balance adecuado, puedes enfermar de gravedad. Y el tercer paso es aprender a balancear los momentos del cuándo comer.
En este instante, el doctor Jaramillo detiene la entrevista para firmarle un libro a María Cristina, una fan que lo reconoce en la recepción del hotel. “Qué gusto conocerlo”. “Espero que le guste el libro”.
--¿Lo más peligroso es comer algo que es insano pensando que es saludable?
--Encontrarás médicos que te digan que lo nocivo de los químicos es mentira. ¿Quién dijo que los químicos hacen daño? Comamos dinamita. Hay gente que come mal por desconocimiento, y gente que come mal porque se convence de lo contrario. Hay gente que no sabe que no sabe, y eso es lo más peligroso. Hay que aceptar nuestra ignorancia y estudiar más. El cuento de los ultraprocesados es muy peligroso.
--¿Qué opina sobre Nutriscore?
--Nutriscore hay que replantearlo. No me parece que esté bien hecho, aunque ha experimentado alguna mejora. En el momento en que un alimento lleno de sustancias artificiales, pero sin calorías, está catalogado como A, y algo natural, como el aceite de oliva, está en una mala categoría… O un jamón curado… Nutriscore confunde a la gente. A los consumidores que no llegan a la información nutricional.
--¿Qué desvelan sus libros para llegar a vender cientos de miles de ejemplares?
--Todo lo que hago se fundamenta sobre tres pilares: amor, ciencia y libertad. Cuando escribo, cuando paso consulta y cuando hago vídeos, parto de mi intención de amor hacia mi cuerpo, y lo extiendo hacia las personas para entregárselo de una manera cercana y que cada uno pueda elegir. Cuando entregué mi primer libro, El milagro metabólico, me dijeron: ¿En serio? Yo no soy escritor. Soy un médico que se atrevió a escribir. Y escribo como les hablo a mis pacientes. La salud se tiene que democratizar, y todos deberíamos poder ser dueños de nuestra salud. Yo te doy las herramientas para que tú las pongas en práctica.