Loading...

Carmen Martínez Zabala: “Igual tienen mi vino mejor cuidado en supermercados que en la hostelería"

El centenario grupo bodeguero con su icónico Faustino aboga por estar presente en todos los canales de distribución sin renunciar a la calidad

Lidia Vega

Carmen Martínez Zabala, presidenta del grupo /MARTÍNEZ ZABALA

España es el país del vino por excelencia. No concebimos una celebración sin una copa en la mano, ya sea de un buen tinto o de un blanco servido bien frío. Y si hay una bodega que destaca dentro del panorama español, esa es la de la familia Martínez Zabala que ya lleva a sus espaldas 160 años de historia.

Este grupo acaba de renombrar su marca y ahora agrupa sus seis bodegas bajo la denominación Familia Martínez Zabala. En 2021, la compañía facturó 74 millones de euros, en parte, gracias a su icónico vino Faustino I. Este éxito, según detalla Carmen, su presidenta, se debe al hecho de hacer vinos de buena calidad que se pueden encontrar desde en una vinoteca, pasando por un restaurante, hasta en un lineal de un supermercado.

--¿Cuánto cuesta un buen vino?

–“Un vino caro no significa que tenga mucha calidad y uno bueno no tiene por qué ser caro. Nuestra tradición, inculcada por nuestro padre, es de dar vinos de calidad a precios asequibles. Después, puedes hacer ediciones más especiales, como nuestra parte de Martínez Zabala Gallery, con un precio más alto”.

--¿Qué cualidades tiene que tener un vino para que sea bueno?

–“Mi padre te diría que “un vino señorito”. Esto quiere decir que tenga todos los parámetros: que aguante el paso del tiempo, la acidez, el color, etc. Es decir, que esté en óptimas condiciones. Si a eso le añades una buena añada, como la de 2004 o la de 1994/95, pues suma para que los parámetros estén perfectos”.

Foto de las bodegas Campillo, propiedad de la Familia Martínez Zabala /MARTÍNEZ ZABALA

--¿Puede estar en un supermercado?

–“Sí, nosotros vendemos también en las grandes superficies. ¿Por qué no puedo comprar un vino en el supermercado? Por ejemplo, vas a un restaurante y comes caviar o un queso muy bueno, y luego los puedes comprar también en el supermercado. Yo no le veo ningún problema. Con la pandemia se ha visto que había gente que sólo estaba en hostelería y que han llegado al límite. Estamos en un mundo globalizado y hay que tocar todos los canales. No eres una marca más exclusiva por quitarte un canal. Puede ser que en hostelería tengan mi vino tirado en un armario e igual me lo tienen hasta mejor cuidado en grandes superficies”.

--¿Cómo ha cambiado el consumidor desde la pandemia?

–“En la pandemia la gente empezó a beber en casa. En España, por ejemplo, no estábamos acostumbrados a beber en casa porque somos más de salir. Sin embargo, los extranjeros compran más en los supermercados, sobre todo los nórdicos. Ellos sí beben en casa. Para España beber es algo social. Durante la pandemia eso cambió. Y ahora queremos volver a los restaurantes de nuevo.  

--¿Nos preocupamos menos por el precio y más por la calidad?

–“Hay una tendencia a beber menos, pero gastar más para aumentar la calidad. En sellos como el nuestro se ha demostrado la esencia de la marca. La gente no quiere hacer experimentos, quiere ir a lo seguro. Aunque también afecta la inflación. Si yo, por ejemplo, voy a un restaurante y no hay un Faustino, quiero elegir un vino que de precio me cuadre y que sea de cierta calidad”.

Lourdes y Carmen Martínez Zabala, cabezas del grupo, paseando por los viñedos /MARTÍNEZ ZABALA

--¿Han tenido que subir los precios?

–“Sí, en enero tuvimos que subir los precios. Han subido todas las materias primas y la luz. Y los salarios también subirán con la siguiente negociación del convenio. Hemos aplicado un porcentaje de subida en las tarifas del 5 %, muy ajustado, lo mínimo para cubrir costes”.

--Estamos en un momento de escasez de cristal, ¿cómo lo llevan?

–“A nosotros nos han subido muchísimo. Pero hay que entender una cosa, no es que haya menos materia prima, es que hemos estado parados dos años y ahora todo el mundo quiere la cantidad que normalmente hubiera usado en estos tres años. Hay una sobredemanda que hemos creado nosotros mismos. Además, la guerra de Ucrania ha hecho que las cosas se encarezcan más y el precio del cristal, el papel y los corchos ha subido mucho. El impacto de la luz es fortísimo también”.

--¿Cuáles son vuestros principales consumidores?

–“Nosotros vendemos mucho en Irlanda, China, Inglaterra o Alemania. En Suiza vendemos, sobre todo, nuestro Faustino I. Son nuestros principales países. Pero también estamos incorporando muchos nuevos, estoy descubriendo sitios que no sabía que existían. Lo importante no sólo es mantener los países donde estamos, sino también ir abriéndonos. Por ejemplo, en Brasil hace cinco años no vendíamos nada y ahora estamos creciendo mucho”.

Un agricultor cortando un racimo de uvas /MARTÍNEZ ZABALA

--Saltaron las alarmas con una posible recomendación de Sanidad de quitar el vino y la cerveza de los menús del día, ¿está perseguido el alcohol?

–“No sé qué se persigue. El vino entra dentro de la categoría de alimento, entonces estamos un poco protegidos por esa parte. Pero es verdad que se persigue un modo de vida saludable y al final el alcohol no lo es y se busca limitarlo. España es un país agricultor y el sector del vino da muchos puestos de trabajo. Me parece que es un despropósito. El vino es algo de nuestra cultura, siempre tomándolo con moderación, claro”.