Año tras año lo digital va ganando terreno y, en cualquier ámbito, ya hay un porcentaje relevante en este formato. Pasar páginas palpando sus letras no es la única forma de leer un libro, ahora también basta con deslizar el dedo o tener unos auriculares. Según un informe de la distribuidora digital Bookwire, las ventas de ebooks han aumentado un 5,7 % y la facturación del audiolibro se ha incrementado un 52,81 % con respecto a 2021.
La general manager de Bookwire, Mariana Féged, destaca a Consumidor Global que aún hay “bastante miedo” y “desconocimiento” por parte del sector. “Hay escritores que prefieren no sumarse a hacer una versión digital o hacer una versión en audio”, señala Féged. Por otro lado, informa que, pese a los datos de crecimiento, el libro tradicional de papel seguirá siendo el porcentaje principal de facturación.
–La venta de ebook ha crecido en España un 5,7 % y el audiolibro se ha disparado un 52 %. ¿Cuáles son los más vendidos?
–Nuestro cliente más grande es el grupo Planeta, que encabeza esa lista de top sellers. Aunque no podría decir un título, el mercado del libro digital es calcado al del papel. Es decir, si los libros de Julia Navarro son bestseller en papel también lo son en digital. Es otro formato, pero siempre el comportamiento es el mismo.
–Entre los más vendidos, ¿la mayoría son libros electrónicos gratuitos?
– No, para nada. El precio promedio está alrededor de los 7 euros. De hecho la franja en donde más se venden títulos está entre 5 y 7,99 euros.
–Pese a que la venta de ebooks y audiolibros ha crecido en el mercado español, ¿la cifra está a años luz de la ventas del libro tradicional?
–Sí, claramente. Sigue siendo la gran mayoría en España. Hay mercados, por ejemplo, como Inglaterra en donde el 20-25 % de las ventas totales de libros se hacen en digital, mientras que en España se acerca al 9-10 %, o sea todavía el 90 % de libros que se venden son de papel.
–¿Cree que, a largo plazo, el formato digital superará el formato papel? ¿Llegaría a sustituirlo?
–Durante muchos años, al principio, cuando se empezó con el libro digital hace unos 15 años, se especulaba mucho con que iba a desbancar al papel, pero hemos visto que no. Son formatos que coexisten, de hecho ni le canibaliza, ni le va a reemplazar en ningún momento. El papel seguirá siendo el porcentaje principal de facturación y el digital acompañará.
–Personas que han probado el ebook aseguran que no volverían al papel por la comodidad de lo digital.
–Es mucho más cómodo y en España hay unos modelos de suscripción donde se paga una cuota al mes y se puede leer todo lo que se desee. Las personas que leen mucho sí que se benefician de esto y se vuelven muy adictos al formato digital. Sin embargo, hay una enorme parte de la población que lee y que prefiere ir a una librería y comprarlo. La presencia de las librerías todavía cumple un rol muy importante en la difusión del libro.
–¿Por qué el audiolibro es el formato digital con mayor potencial?
–El audiolibro es más reciente. El crecimiento del audiolibro año tras año es más del 50 %, o sea, no ha sido extraordinario el crecimiento en 2022, ya desde 2021 creció un 50 %. Cada año el crecimiento es brutal porque estamos en una etapa aún de gran crecimiento. La curva está superexponencial en este momento. El audiolibro sí que es un tipo de consumo ligeramente diferente.
–¿Por qué es diferente?
–Creo que tiene un potencial bien interesante, sobre todo, por los canales en los que está presente, como el mercado de habla hispana, donde hay un consumo de podcast, y que este formato ha llegado también a atraer a gente que tradicionalmente no leía. Seguramente Spotify aquí va a tener un rol muy relevante, pues está empezando a ofrecer audiolibros.
–¿Cuáles son los géneros más proclives al digital?
–En el ebook hay géneros como la romántica que funcionan de maravilla, justamente porque el lector de romántica es un lector empedernido que lee muchísimos títulos al año. Todo lo que es narrativa contemporánea y thriller funcionan también muy bien en ebook. En la no-ficción la autoayuda es el género dominante.
–¿Y en el audiolibro?
–Es interesante ver la diferencia en el audiolibro. Lo que es como narrativa más tradicional o, incluso, ficción literaria son los que mejor funcionan. Aquí la no-ficción es mucho más minoritaria, la gente prefiere escuchar historias, o sea, ficción.
–¿Hay autores o autoras que se hayan negado a que su libro esté disponible en formato digital?
–Desafortunadamente hay casos. Aún hay bastante miedo y desconocimiento por parte del sector. Hay escritores que creen que le va a canibalizar sus ventas de papel o le puede representar menos venta de papel y prefiere no sumarse a hacer una versión digital o hacer una versión en audio. Además, la producción de un audiolibro es costosa ya que implica un narrador. Algunas editoriales se niegan, pues lo consideran un riesgo económico.
–En el audiolibro, ¿se utilizará la inteligencia artificial para ahorrar el coste de los narradores?
–Eso es un gran debate hoy en día. Las grandes plataformas tecnológicas como Google tienen una herramienta propia de texto a voz que imita una voz humana. Esto terminará siendo una tecnología que se utilizará bastante, sin embargo, a día de hoy la calidad de esa producción no es suficiente como para que realmente sea un producto que se pueda vender. Estamos cerca, la tecnología ha mejorado mucho, pero aún no estamos ahí.
–Si el audiolibro requiere de una inversión mayor, ¿eso significa que el precio es mucho más alto que el de un libro de papel?
–No mayor, pero no es barato. Lo que pasa es que en España tenemos varios modelos de suscripción. Más del 70 % del consumo que se hace de audiolibro se hace a través de modelos de suscripción, o sea, la gente no paga un precio unitario, paga una cuota mensual y con esa cuota mensual puede escuchar cuantos audiolibros quiera. Precisamente como los precios son elevados, pues la manera de consumirlos es a través de la suscripción.
–¿Y en el libro digital?
–En el libro digital, el 23 % utiliza un modelo de suscripción en los que se paga una cuota mensual y un 11% es a través de las bibliotecas. Las bibliotecas públicas tienen servicios de acceso a ebook. Lo que sí que vemos es que en los últimos años la suscripción va ganando cuota, las bibliotecas van ganando cuota y lo que es venta unitaria va perdiendo cuota. La gente está cada vez más interesada en pagar una cuota o ir a la biblioteca y poder consumir los títulos y no en pagar un precio unitario por ello.
–¿Cuál es el perfil de un lector de audiolibro y de un libro digital?
–Hay dos tipos de personas entre aquellos que consumen los audiolibros. Uno es el muy fanático de un autor o de una editorial, que sigue todo lo que publica y que quiere consumir todo tipo de formatos. Luego está otro público que normalmente no lee mucho, pero disfruta escuchando historias, escuchando podcast, escuchando ficción en formato sonoro, pero no necesariamente sería alguien que entraría en la librería y compraría un libro.