La guerra en Ucrania y la situación del mercado eléctrico que elevó el precio de la luz a valores nunca vistos empujó a miles de consumidores a apostar por la transición energética y el autoconsumo. Una de las opciones más recurrentes ha sido la instalación de placas fotovoltaicas en las viviendas.
Hablamos con Alberto Cortés, cofundador de la empresa de soluciones tecnológicas para el sector fotovoltaico Ezzing, sobre el “intrusismo” que ha vivido el sector, la falta de profesionales cualificados y los retrasos para finalizar las instalaciones por la alta demanda. Una demanda que ahora se ve frenada y que el sector espera aprovechar para autorregularse.
--¿Qué es Ezzing y cómo trabajan?
--Somos un negocio business to business (B2B), no nos dirigimos al cliente final, sino que somos la empresa tecnológica que pone en contacto a las empresas instaladoras con el consumidor final. También tenemos un área dedicada a instaladores, donde se pone en común a los diferentes actores del sector fotovoltaico, ya que, por lo general, empresas como Repsol o Iberdrola, con las que trabajamos, no tienen instaladores en plantilla. Somos una especie de Airbnb o Uber del sector.
--¿En qué medida ha aumentado la demanda de placas fotovoltaicas?
--El año pasado todo fue una locura. La guerra de Ucrania supuso un punto de inflexión y con la subida de precios de la electricidad se generó como un momento de psicosis en el que la gente veía que una factura que antes costaba 60 euros pasó a costar 120. Ese miedo provocó un boom fotovoltaico y octubre fue el pico. Ahora, sin embargo, en este primer trimestre del año el mercado ha bajado muchísimo.
--¿Cuál es la razón de esa caída del mercado?
--Principalmente porque se ha perdido un poco el miedo al descontrol del precio de la luz, la gente ya se da cuenta que el tema está algo más controlado y que no se va a acabar el mundo. La otra gran razón es cómo se ha visto afectado el bolsillo del consumidor y la forma en la que ha caído la capacidad adquisitiva de las personas en España.
--¿Qué consecuencias ha traído esa burbuja?
–El mercado creció tanto que trajo bastantes problemas como la falta de instaladores y de cualificación. Ha habido una bajada general de calidad, ya que este es un sector con mucho intrusismo: cualquier persona puede decir que es instalador y conectar cinco cables y ya está, pero la realidad es que se hacen auténticas barbaridades que van a traer problemas. La instalación fotovoltaica es algo que compras a 25 años, como si fuera una hipoteca y que va a estar ahí en tu tejado. Muchos instaladores no cualificados no tienen en cuenta las tensiones que pueden generar los vientos y tratan de levantar los paneles para orientarlos perfectamente al sol cuando lo único que hacen es generar sobreesfuerzos que darán problemas a futuro en ese tejado. Con esta burbuja se han hecho muchas chapuzas.
--¿Cómo se evita desde Ezzing la falta de cualificación?
--Todos los instaladores que se muestran en nuestro portal han pasado un proceso de selección. Hay un formulario estandarizado que hay que rellenar con las últimas tres instalaciones, una especie de examen en el que al menos hay que sacar 7 puntos para formar parte de la red. Esto nos da mucha información sobre lo que saben los profesionales del sector o cómo orientan las propuestas de sus clientes.
--¿Cuáles son las características del mercado fotovoltaico español?
--El mercado en España siempre va subiendo y bajando. De repente crece mucho y luego vuelve a bajar, como está pasando ahora. No es bueno ni para los instaladores ni para los consumidores porque se genera mucho ruido alrededor. Lo importante del mercado fotovoltaico es que llegue a una estabilidad y que crezca de manera controlada, como en otros países como Italia y Alemania.
--¿Qué debe tener en cuenta una persona interesada en instalar placas solares en su vivienda?
--El objetivo principal de las instalaciones fotovoltaicas es el ahorro. Primero hay que entender bien de dónde viene ese ahorro, cuando ya lo tienes y sabes cuáles son las órdenes de magnitud que estás planteando hay que buscar un buen “sastre”, ya que estás comprando una instalación a 25 años y como consumidor final necesitas saber cuáles son las garantías que te da el instalador.
--¿Cuál es el tiempo de espera para hacer una instalación?
--El año pasado había que esperar entre 6 y 8 meses desde el momento en el que se firmaba el contrato hasta que la instalación estaba lista. Hubo casos de empresas que directamente no dejaron registrar a nadie más. Si es cierto que al final la gente pide varios presupuestos y si uno no lo entrega a tiempo pues vas a otro.
--¿Y el presupuesto medio?
--El presupuesto medio va entre los 5.000 y los 7.500 euros en función del tamaño. Hay que tener en cuenta que tampoco hay una homogeneidad, ya que cambia mucho de un instalador a otro.
--¿De qué forma supone un ahorro para los consumidores en su factura de la luz contar con placas solares?
--Depende de los hábitos de consumo que se tengan, pero por lo general suele ser entre un 40 % y un 60 %. En el momento que tienes una instalación fotovoltaica y ves la producción y la energía que generas, gran parte del consumo del hogar como es el aire acondicionado o la lavadora se reserva a horas en las que hay sol porque sabes que tienes energía tuya que ni siquiera antes te lo planteabas. Al final acabas cambiando tus hábitos de consumo, todo se amolda.
--¿Cuáles son las perspectivas de futuro del mercado?
--A finales del trimestre pasado teníamos unas previsiones de crecimiento del 70 % , pero lo que creo es que el sector se está autorregulando. Estamos bajando un poco para luego volver a subir con un control más grande. Muchas de las empresas que entraron el año pasado subiéndose a este carro porque se olía el dinero van a morir y se va a crear un escenario en el que el sector se regule, no va a haber crecimiento, sino que se va a contener.