El sedentarismo y la inactividad física afectan al 31% de la población mundial y preocupan a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, en España, la sinergia entre turismo y deporte genera ingresos de más de 5.550 millones de euros anuales, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Ha habido un crecimiento brutal en la demanda nacional”, señala Nacho Calvo, coordinador de la Asociación de Campings de Navarra, que recalca que también está introduciendo nuevos públicos: “cada vez más familias eligen viajar para conocer nuevos lugares practicando deporte”.
Turismo deportivo
El turismo deportivo es una modalidad basada en “la motivación de una persona para viajar a un destino para participar en actividades turísticas relacionadas con el deporte”, recuerda Calvo. Sin embargo, el experto aclara que es importante distinguir el turismo deportivo del turismo activo, que está dirigido a quienes quieren probar una actividad deportiva por primera vez para ver si les resulta atractiva.
Ambas tipologías están estrechamente vinculadas a la sostenibilidad del entorno natural y social en el que se llevan a cabo. Además, sus actividades pueden ofrecer “un doble beneficio para las regiones: promover su conocimiento y mejorar sus economías locales”.
Un negocio millonario
En 2023, el gasto total asociado a viajes relacionados con el deporte ascendió a 2.845 millones de euros, según el Anuario de Estadísticas Deportivas, elaborado por el Ministerio de Cultura y Deporte.
En una línea similar, un estudio particular de 2Playbook Intelligence indica que el turismo deportivo en España alcanzó cifras récord y dejó 2.428 millones de euros en 2023, lo que se traduce en un gasto total superior al que se movía en 2019. Desde entonces ha mejorado un 7,5%, gracias especialmente a los turistas extranjeros, que en 2023 gastaron 1.551,3 millones en viajar por motivos deportivos a España.
Fomentar mejores hábitos de salud
“Muchos territorios han identificado en el turismo deportivo una oportunidad para promover una experiencia saludable y respetuosa con el entorno, que a menudo se da entre quienes practican deportes”, explica Calvo.
El especialista también señala que estos lugares se suman a explotar sus condiciones geográficas y climáticas óptimas para practicar deporte “porque quieren aprovechar lo que supone ser un destino deportivo: fomentar mejores hábitos de salud, valores y poder relacionarse con la población local”.