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Estas son las tres calas más pequeñas y desconocidas del sur de Menorca
En estos románticos enclaves encontrarás arena fina, agua turquesa, mucha paz y pocos turistas
Menorca no se acaba nunca. Más allá de las archiconocidas y atestadas calas de Macarella y Tortuga, por citar dos de las más populares, o de la playa de Cavallería y su arcilla rojiza, Menorca posee calas tan pequeñas que reciben el diminutivo de Caló y pasan desapercibidas para la inmensa mayoría de turistas.
Se trata de enclaves románticos que sólo conocen los autóctonos y los veraneantes más expeditivos. Lugares paradisíacos escondidos en la costa sur de esta preciosa isla que fue declarada Reserva de la Biosfera en 1993 por la Unesco.
Es Caló Blanc
A quince minutos en coche desde Mahón, Es Caló Blanc está considerada como la playa más pequeña de Menorca. De hecho, debido a las corrientes marinas, algunos inviernos se queda sin arena. Esta joya de arena fina y agua cristalina es de muy fácil acceso (está a 1 minuto andando de la zona de aparcamiento), unas características que hacen que sea la más concurrida de la lista.
Si no hay sitio para estirar la toalla, las rocas que rodean la minúscula playa también permiten el acomodo y el baño con vistas a las villas perfectamente encaladas de Cap d’en Font, una urbanización de lujo en un enclave privilegiado.
Es Caló Roig
Un poco más al este, junto al pueblo de pescadores de Alcaufar, encontramos esta preciosa cala situada a los pies de una atalaya defensiva construida en el siglo XVIII. Para llegar hasta Es Caló Roig es necesario bajar hasta la playa de Alcaufar, donde se encuentra el Hotel Xuroy, que está considerado el primer hotel de playa de la isla y cuenta con chiringuito, coger el Camí de Cavalls en dirección a Punta Prima y seguir el sendero que bordea el mar unos cinco minutos.
Tras el agradable paseo, Es Caló Roig invita al baño y al disfrute. Sin embargo, en función de las corrientes marinas, hay ocasiones en las que la poca arena con la que cuenta está cubierta por algas. Es tranquila y una gran desconocida, aunque, debido a su ubicación, entre Alcaufar y la atalaya, suele ser una zona de paso de excursionistas.
Cala Rafalet
Casi nadie lo sabe y no suele estar muy concurrida, pero Cala Rafalet puede presumir de haber sido una de las elegidas para el anuncio de Estrella Damm del verano de 2010. Está junto al pueblo de Salgar y su acceso no está bien señalizado, por lo que es necesario tirar de Google Maps.
Para llegar a Cala Rafalet hay que atravesar un frondoso y bucólico bosque, y, al final del camino, aparece este rincón de arena fina y agua turquesa en el que darse un chapuzón, enamorarse de la vida, o de la compañía, y dejarse soñar.
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