¿Tienes la carta de admisión a Hogwarts? Entrar en el colegio de Harry Potter cuesta hoy un 20% más

La inflación también afecta al mundo de la magia y el precio de muchos de los productos sacados de los libros de J.K. Rowling ha subido este año

La carta de admisión a Hogwarts, el colegio de Harry Potter / CG
La carta de admisión a Hogwarts, el colegio de Harry Potter / CG

Desde el 24 de julio al 30 de julio, Harry Potter estuvo recibiendo cientos de cartas con el sello del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Pero, no fue hasta el 31, el día de su cumpleaños, cuando supo que era un mago y que había sido admitido en el centro más famoso del mundo mágico. Así lo narra J.K. Rowling en sus libros que luego saltaron a la gran pantalla. Desde su primera publicación en 1997, muchos son los niños, y no tan niños, que ansían la llegada de aquella carta, por lo que muchas tiendas dedicadas al fandom han hecho un negocio de ello, creando misivas personalizadas. Eso sí, ahora las cartas de admisión a Hogwarts son un 20% más caras.

La inflación también afecta a la magia, donde los precios también han incrementado en el último año. En la tienda online La Frikileria ofrecen una réplica en español, en la que se puede personalizar el nombre en la carta y en el sobre, que reciben los niños y las niñas que quieren ser magos al cumplir los 11 años. “Aquí se la puedes regalar a cualquier persona de cualquier edad, e incluso a muggles –personas no mágicas–“, comentan desde la compañía. No obstante, este medio ha podido comprobar que esta tienda las  ofrecía a un precio de 10,66 euros, mientras que este año su valor alcanza los 12,90 euros.

La demanda de las cartas de Hogwarts baja

En el establecimiento de Zavers, ubicado en Huelva, también se pueden encontrar réplicas de la carta de Harry Potter personalizadas a un precio de 12,95 euros. Al comparar su precio con el del año pasado, cuando costaba 10,70 euros, se puede observar también una subida del 21 %. Este incremento se atribuye, en gran medida, al encarecimiento del papel, el cual ha aumentado su coste hasta un 40 %. Según varias editoriales. como Pre-Textos o La Uña Rota, que este 2022 ha habido momentos “dramáticos” en los que el papel  “directamente no existía”.

Por otra parte, como si del callejón Diagon se tratase –el callejón famoso donde Harry Potter compra su varita mágica y su lechuza–, en Galeries Maldà, situada en la calle Pi, en Barcelona, hay un pequeño local donde se venden una gran variedad de objetos, prendas de ropa o accesorios relacionados con esta saga. La dependienta, Carolina Estradas, luce una cabellera morena y algo despeinada, viste con una camiseta negra y una larga falda púrpura que da la apariencia de que sabe algo de brujería. Al preguntarle sobre la carta de admisión a Hogwarts, responde con desilusión que al no haber “mucha demanda”, dejaron de ofrecerlas en este establecimiento. “Tenemos algunas de decoración, pero es cierto que son caras y, desde que salió la última peli, en 2011, hemos notado como ha bajado exponencialmente el número de personas interesadas en ellas. Ya hay menos gente que quiere estudiar en Hogwarts”, comenta.

La alternativa barata para conseguir una carta como la de Harry Potter 

Gabriel Herraiz es un joven canario de 25 años que se considera un gran fan de Harry Potter. Entre su colección, se encuentran tazas, bolígrafos, mochilas, túnicas, la varita de sauco del director de Hogwarts, Albus Dumbledore, e incluso la típica cerveza de mantequilla que se ofrece en Hogsmeade, el pequeño pueblo que se encuentra al lado del colegio de magia. Por su puesto, no podía faltar su carta de admisión al centro, sin embargo, él asegura que no la ha comprado. “La creo yo mismo porque es muy caro obtenerla en las tiendas”, reconoce.

Para crear su versión casera, lo primero que hace este fan es ““mezclar un poco de café con agua”. Después, lo  empapa en algodón para untarlo en un folio normal. “Una vez seco, lo arrugo para darle un toque antiguo y lo quemo un poco por los laterales. Después escribo la carta, según indica la película. Por último, la meto en un sobre al que también se le pone este mejunje de café con agua, y le pongo su sello. Cojo la cera de una vela y añado el icono de Hogwarts”, explica. Pero, que quede claro, ya sea una versión comprada en una tienda o hecha a mano, recibir esta carta no significa viajar a un mundo de ficción como de Harry. Pero, sin lugar a dudas, puede ser un bonito regalo y recuerdo que guardar para siempre. 

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