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Nace el tercer ojo: una prótesis para mirar el móvil sin tropezar en la calle
Este órgano artifical detecta posibles obstáculos que surjan en el camino y avisa al propietario a través de un altavoz
Se acabó el miedo de tropezar en la calle al leer el último hilo viral de Twitter o chocar con las farolas por culpa de las stories de Instagram. Para evitar que eso ocurra se ha creado una especie de tercer ojo tecnológico, centrado en los smartphones, de manera que andar por la calle ya no será un obstáculo.
El ojo en sí consiste en una esfera de plástico que se adhiere a la frente del usuario con una base de gel. Este órgano artificial se basa en dos sensores: un giroscopio para detectar el movimiento de la cabeza y una sonda que localiza los posibles obstáculos. Por último, un pequeño altavoz advierte al propietario de los posibles riesgos que se encuentre en el camino. Así, al inclinar la cabeza hacia un dispositivo, esta prótesis se abre y comienza a escanear el espacio, por lo que en el momento que detecta un posible impacto, el altavoz alerta al usuario.
Crítica velada
Este tercer ojo es una crítica a la obsesión de los ciudadanos con los teléfonos móviles y el tiempo que se puede llegar a invertir en ellos. Su creadora ha sido una estudiante del grado de ingeniería del diseño y la innovación en la London’s Royal College of Art, llamada Minwook Paeng.
En su trabajo, Paeng ha pretendido señalar los cambios físicos que llegan a provocar las largas horas de exposición a los smartphones, como el desplazamiento de las vértebras o la curvatura del dedo meñique para sostenerlos con una sola mano. Pero, sea como fuere, este órgano externo que ha creado Paeng ha abierto otro debate sobre los conflictos morales de la tecnología y su relación con el ser humano.
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