¿Te irías a teletrabajar a Malta o a Rumanía? Estos son los mejores países para hacerlo

El teletrabajo ha revolucionado la vida de millones de personas. No solo su vida profesional, sino la personal: permite conciliar mejor, disponer de mayor autonomía, levantarse más tarde (al no tener que invertir 20 minutos o media hora en desplazarse hasta el puesto de trabajo), reducir el estrés o incluso ahorrar algún dinero (menos en aire acondicionado y calefacción, que corren a cuenta del que está en casa). Y España es el mejor país para hacerlo.

Al menos así lo refleja un estudio de la firma consultora Global Citizen Solutions del que se ha hecho eco Idealista News. Con todo, el análisis resalta los aspectos positivos y pasa de puntillas por los negativos.

El mejor país para trabajadores remotos

En su estudio, la consultora analizó diversas variables, como la legislación vigente, la calidad de vida (atención médica, seguridad, contaminación, clima), la economía (costo de vida, optimización fiscal, precio de escritorio en coworking) y el nivel de desarrollo tecnológico e innovación.

Tras España, los mejores países para teletrabajar son Países Bajos (un lugar con un alto nivel de vida y buenos servicios sociales, pero donde las cosas son caras y no hay tanta seguridad como en España) o Noruega. Tras el podio, la cuarta plaza es para otro destino frío, Estonia, a la que siguen Rumanía (una incorporación sorprendente, que presume de naturaleza y una vida más accesible), Malta, Portugal (que en octubre lanzó una visa para nómadas digitales), Canadá (también ha aprobado planes para atraer trabajadores tecnológicos) y Hungría.

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Francia, dentro del top-10

Francia, un país más caro, cierra el top-10, seguida por otro gigante como es Alemania. Por último, Taiwán ocupa decimosegunda posición (gracias a la facilidad de su sistema de visa para nómadas digitales, que permite una estancia de hasta tres años tras su aprobación), por delante de la República Checa, Letonia y Malasia.

No obstante, el hecho de que España ocupe la primera posición del ranking no es una buena noticia per se.

Problemas de los nómadas digitales

Si bien es evidente que la llegada de nómadas digitales a un país como España tiene efectos positivos, también hay un lado oscuro que conviene no ignorar. Por ejemplo, el hecho de que grandes grupos de canadienses, holandeses o noruegos se instalen en una localidad puede, a la larga, disparar el precio de los alquileres, ya que estos ciudadanos extranjeros suelen tener mayor poder adquisitivo que los españoles y pueden permitirse pagar más.

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Pero la gentrificación y el desplazamiento de la población local no son los únicos problemas: la llegada masiva de estos trabajadores puede saturar los servicios públicos, generar un impacto ambiental negativo (con un aumento del consumo de recursos naturales y de la producción de residuos) y destruir la idiosincrasia de las ciudades españolas. El ejemplo más típico es el de la sustitución de un bar de toda la vida en el que se conoce a los parroquianos, con sus carajillos y sus pinchos de tortilla, por un Starbucks.