A mediados de febrero de 2023, el Grupo Lufthansa anunció a bombo y platillo la llegada de una nueva tarifa sostenible para sus vuelos en Europa y el Norte de África.
Ahora, la aerolínea alemana presume de haber ampliado sus green fares (tarifa verde) a la totalidad de sus rutas nacionales e internacionales. Sin embargo, Lufthansa no destaca en su publicidad el considerable sobrecoste que tiene dicha tarifa para los consumidores.
La tarifa verde de Lufthansa
A través de las tarifas verdes, Lufthansa financia combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) y sus proyectos de innovación para reducir las emisiones del sector.
Desde su lanzamiento, más de dos millones de pasajeros ya han optado por la tarifa verde, "compensando así cerca de 190.000 toneladas de CO2", se vanagloria la aerolínea. Esta cantidad equivale a las emisiones de CO2 de más de 1.300 vuelos de Múnich a Nueva York con un Airbus A350.
El sobrecoste que paga el consumidor
El consumidor que nunca ha viajado en un avión de Lufthansa podría pensar que los costes de esta transición al combustible verde corren a cargo de la compañía, algo que no es así.
Y es que elegir la tarifa verde en lugar de la económica tiene un sobrecoste considerable para el viajero. De hecho, Lufthansa ha anunciado que aplicará un recargo de hasta 72 euros por vuelo en 2025 para cubrir los costes que supone utilizar apenas un 2% de SAF, el mínimo al que obliga la normativa de la Unión Europea.
Consumidor Global hace la prueba
En Consumidor Global hemos hecho la prueba entrando en la página web de Lufthansa y seleccionando un viaje de ida y vuelta de Madrid a Berlín para el puente de la Constitución.
Volar el jueves por la tarde a la capital alemana y regresar el domingo al mediodía tiene un precio de 751 euros con la tarifa económica de Lufthansa. En cambio, si uno elige la tarifa verde pagará hasta 891 euros, o lo que es lo mismo, un sobrecoste de 140 euros.
La postura de Lufthansa
El director comercial del grupo, Dieter Vranckx, ha señalado que la compañía se ha fijado objetivos ambiciosos para que volar "sea más sostenible". Además, según apunta, la inversión para lograr este objetivo es de miles de millones al año, entre aviones, tecnologías y otras medidas.
Si más de dos millones de pasajeros ya han pagado un sobrecoste de 70 euros en cada uno de sus trayectos, ¿qué empresa no se mostraría ambiciosa en su apuesta por la sostenibilidad?