Allá por 2014, Alejandro Rodríguez y Susana Seuma decidieron apostar todo por una escuela de sirenas. Desde entonces, miles de personas han pasado por la Sirena Mediterranean Academy, en Tarragona, para aprender todo lo necesario de estos seres mágicos.
Consumidor Global ha tenido la oportunidad de compartir una jornada de playa y mar con los fundadores de la escuela. Rodríguez reconoce que es una afición para los que les gusta la natación, el mar y la fantasía. "Hay gente que lo ve friki y otros que lo aman", explica. Pero ambos fundadores defienden que es un deporte acuático como el snorkel o cualquier otro.
Primer paso: un 'bautizo' en la piscina
Para convertirse en sirena (o tritón si eres chico), el primer paso es empezar en la piscina. "Hacemos un curso bautizo y enseñamos distintos estilos de natación. Usamos básicamente tres pero hemos creado seis o siete imitando a otros peces. El delfín, la foca, la ballena jorobada, el tiburón o la anguila", sostiene Rodríguez.
Por su parte, Seuma explica que la mayoría de los entrenos se realizan en piscina. "Puedes practicar una técnica especial que luego vayas a utilizar en el mar", añade.
Público objetivo: amantes de la fantasía
El principal público de Sirena Mediterranean Academy son niñas de 8 a 11 años, tal y como reconoce el propio Rodríguez. "Les gusta el mar. Vieron la película de la Sirenita o Splash y para ellas es un sueño. Esto es para gente que le gusta nadar y la fantasía", recalca el fundador
Sin embargo, los adultos también se apuntan a esta actividad mediante despedidas de solteros o solteras, fiestas de cumpleaños o, simplemente, para acompañar a sus hijos. "El récord de la persona más adulta es un señor de 73 años", sostiene Rodríguez. No obstante, esta experiencia triunfa más entre el sexo femenino que el masculino. "El porcentaje es 85% mujeres y 15% hombres", confirma.
Un deporte federado
El fundador de la escuela afirma que hay gente que prueba la experiencia puntualmente por diversión pero para otros se convierte en un deporte. De hecho, la academia ha conseguido entrar en la Federación Catalana de Actividades Subacuáticas (Fecdas, por sus siglas en catalán).
Se trata de un deporte que requiere una gran preparación física y mental. "La cabeza juega un papel importante sobre todo para que estés cómoda dentro del agua", comenta Seuma. "Hay gente que solo hace piscina pero todos los que prueban el mar, se quedan con ganas de más. La primera experiencia es ir en línea boya, unos 800 metros. Luego pasamos a nadar con la cola un kilómetro, luego dos kilómetros y este año hacemos la travesía de cuatro kilómetros, es decir, seis playas", recalca la instructora.
¿Cuánto cuesta ser sirena?
Convertirse en sirena por un día vale 49 euros por persona y sesión. "Lo que hacemos en la clase es enseñar los estilos de natación, explicar cosas del mar y hacer juegos para que la gente se lo pase bien", afirma Rodríguez.
Ahora bien, ser en sirena o tritón profesional ya no es tan barato. La escuela imparte un curso a través de la citada federación que dura entre tres y cuatro días y ronda los 800 euros. "Esto es para personas que quieran montar su propia escuela, por ejemplo", argumenta el fundador.
La cola de sirena, la clave de la actividad
El principal atractivo es tener la experiencia de nadar con la cola de sirena. En el caso de Sirena Mediterranean Academy, ellos mismos diseñan sus colas y las fabrican en España. Los precios rondan entre los 100 y 120 euros.
"Están hechas con un material de triatlón, que no se desgasta con el agua ni se rompe ni se dilata. Luego están las que hacen en China, que tienen un metacrilato que se parte el primer día o se escapa el pie de la aleta y esto es peligroso. La gente piensa que son juguetes y es un material deportivo como una tabla de surf", expone Rodríguez.
¿Un 'hobby' en auge?
Nadar con una cola de sirena es un hobby que cada vez suma más seguidores. "La sensación es muy bonita, de mucha calma. Estás dentro del agua y te vas moviendo en un movimiento muy senoidal y realmente relajante", comenta Seuma.
Por su parte, Rodríguez asegura que ya hay otras escuelas en España repartidas entre Alicante, Málaga, Cádiz y Madrid. "En Estados Unidos y en China, hay un boom. En España somos más vergonzosos", concluye.