Antes de entrar en la sala, un hombre te obliga a introducir el móvil en una bolsa con burbujas, la cierra con la doble banda adhesiva y te la entrega. “Por motivos de copyright, no podrás abrirla hasta el final de la proyección”. Cosas de los preestrenos de Warner Bros. Pero uno no se puede sacar de la cabeza cómo serán los inicios de Willy Wonka y el aroma a chocolate.
¿Impregnará la sala a lo largo de todo el film o solo podrá percibirse en las escenas en las que el personaje creado por Roald Dahl e interpretado por Timothée Chalamet elabore sus deliciosos bombones? Y lo más importante, esto de la tecnología 4DX ¿qué es exactamente? ¿Llueve? ¿Nieva? ¿Cómo se mueven las butacas? ¿Las palomitas saldrán volando de la caja? A estas alturas de la función, uno todavía quiere probarlo todo, pero sin que lo mareen en exceso...
Cines Filmax, salas únicas
Son pasadas las doce del mediodía y en la sala todo el mundo está expectante. ¿Cuándo aparecerá en pantalla Timothée?
En su lugar, aparece el consejero delegado de los cines Filmax Gran Vía de Barcelona, Jaime Tarrazón, que da la bienvenida a los asistentes, presume de que el suyo es el único cine de Europa que tiene varias salas con la tecnología 4DX y da paso a la esperada proyección con pocas palabras: “porque el 4DX, más que explicarlo, hay que vivirlo”.
Así se vive 'Wonka' en 4DX
“Todas las cosas buenas en este mundo empezaron con un sueño”. Este es el leitmotiv de Wonka, la precuela de Charlie y la fábrica de chocolate (2005) que se estrena el 6 de diciembre en cines. La cinta empieza con Willy Wonka a bordo de un barco, y de la butaca, que es igual de estrecha que en otros teatros, sale una especie de aire frío mientras se balancea. Una vez en tierra, el protagonista enciende una vela y todo vibra y se tambalea violentamente. Un poco exagerado, ¿no?
“¡Madre mía, qué mareo!”, cuchichea una joven a los cinco minutos de película. Unos instantes después, una niña le confiesa a su madre que “parece que estés flotando, pero lo de los pies no me gusta”. Después de las primeras escenas, la expectativa y la sorpresa del 4DX deja paso al principio de hartazgo, a una pesada letanía que habrá de durar hasta el final de la película.
Efectos especiales de más
Sigues a Willy Wonka por un mundo de calles oscuras, casas victorianas, canales venecianos y relojes praguenses donde la magia todo lo invade. Y te seduce. Por un momento, te metes de lleno en la historia y te permites soñar con Timothée, pero de repente, otra vez, el movimiento sin sentido del asiento juega al despiste y te saca de la película. Así ininterrumpidamente.
Dicen que el 4DX es una experiencia inmersiva revolucionaria que combina la proyección con un sofisticado sistema de tecnologías que asocian los movimientos de las butacas y más de 21 efectos especiales a la cinta, y es así en determinadas escenas, pero durante la mayor parte del film resulta ser un efectivo sistema de distracción, en forma de agua, empujones y aire comprimido, que no aporta gran cosa más allá de un desasosiego innecesario y de tener que prestar una atención desmedida a la caja de palomitas.
El aroma a chocolate
Durante la proyección, el aroma a chocolate es tan sutil que resulta casi imperceptible. Y eso que la película está repleta de coloridos bombones y fábricas de chocolate portátiles.
Hacia el final de la cinta, en unas escenas donde los personajes se bañan, literalmente, en un espeso chocolate marrón, el aroma se intensifica, despierta las papilas olfativas del público y aporta valor a la ambientación. Pero ¿a qué huele exactamente? Parece chocolate, pero ¿lo es?
La historia
En busca del sueño de Willy Wonka de convertirse en el mejor chocolatero del mundo, el espectador recorre sus orígenes a través de unas localizaciones, coreografías, personajes y diálogos tan ingeniosos que la película es capaz de captar la atención del más escéptico hasta sacar a ese niño que todos llevamos dentro.
Inspirada en el mundo fantástico y colorido de Charlie y la fábrica de chocolate, Wonka es una buena historia que no necesita de artificios superfluos, aunque sí agradece la gran pantalla.
Un mareo delicioso
El 4DX “es como una banda sonora, pero de efectos, en la que la sutileza es clave”, apunta el directivo de Filmax, quien confiesa que el aroma a chocolate lo consiguen con un producto que importan de Corea.
En opinión de este cronista, Wonka es un mareo delicioso, a pesar de la tecnología 4DX, que dispara el precio de la entrada un 50% (hasta los 15,90 euros) y te saca de esta bonita fábula que narra las aventuras un joven chocolatero y sus amigos, entre ellos un Oompa Loompa (Hugh Grant), antes de abrir su soñada fábrica.