Junto a Playmobil, Lego, Barbie, los Clicks de Famobil, el parchís y la oca, entre otros, Scalextric forma parte de ese elenco de juegos cuyo recuerdo es capaz de iluminar la cara del menos nostálgico. Pero, ¿qué fue de este divertimento que marcó tantas infancias? Scalextric cumple 60 años con unos circuitos digitalizados que se pueden encontrar en tiendas especializadas, grandes jugueteras --Toy Planet, Juguettos y Drim-- y cadenas de distribución --El Corte Inglés, Carrefour o Alcampo-- con unos precios al alza.
“Hay pocos juguetes con los que padres e hijos muestren tal predisposición y aguanten un buen rato jugando. Con Scalextric, tanto el adulto como el niño se lo pasan pipa. Nosotros, a diferencia de TikTok y las pantallas, unimos familias”, expone a este medio el director ejecutivo de la marca, Luis Arnau.
Digitalización
Desde 2017, la empresa que gestiona los derechos de fabricación y comercialización de Scalextric es Scale Competition Xtreme SL (SCX S. L.). De este modo, la familia Arnau, siempre vinculada a la historia de la marca, retomó el control con el objetivo de relanzarla y modernizarla. “La parte de I+D (investigación y desarrollo) ha sido una de nuestras prioridades durante los últimos años”, apunta Arnau en referencia a la gama Scalextric Advance, que cuesta entre 190 y 280 euros.
Estos novedosos circuitos cuentan con una digitalización que permite adelantar a otros coches, jugar sin cables, entrar a boxes y gestionarlo todo a través de una aplicación móvil, entre otras funciones. Pero la marca también mantiene la gama analógica, que sigue siendo la más vendida.
Unos precios al alza
La crisis de semiconductores --la gama Advance está repleta de chips--, la subida de precios de las materias primas, del petróleo, del transporte y de todo en general, han hecho que la marca tenga que repercutir estos sobrecostes en el precio de venta final.
“Hemos asumido parte de las subidas, pero también hemos tenido que subir los precios alrededor de un 10 %. Veníamos de unas tarifas comerciales muy ajustadas porque en 2017 mantuvimos precios”, explica Arnau.
Las ventas de Scalextric
Scalextric cerró el ejercicio 2021 con un crecimiento de un 50 % respecto a 2020. Y eso que durante el primer año de pandemia “no nos fue mal. La gente tenía el Scalextric en casa, le sacó el polvo y lo pusieron a punto”, explica el director ejecutivo de la empresa.
A nivel de ventas online, “crecimos una locura”, añade Arnau, quien asegura que durante 2020 y 2021, pese a la situación macroeconómica derivada del Covid, han consolidado el producto “Hace unos años, los circuitos de la marca Ninco tenían unas ventajas técnicas que Scalextric, que ofrece un servicio posventa mejor, ha subsanado”, apunta Antón Palau, propietario de la tienda especializada en este tipo de juegos que lleva su apellido en Barcelona desde hace más de 40 años.
¿Quién se compra un Scalextric en 2022?
“Nuestro público objetivo va desde los 6 años hasta el infinito”, apunta Arnau. Hasta los 6 años, recomiendan el Scalextric Compact -- entre 40 y 110 euros--; a partir de esa edad, el original -- entre 120 y 200 euros-- o el Advance.
Aunque el target es amplio, “se acercan más los padres que los hijos”, explica el dueño de Slotmania, Iván Sánchez. “Sin duda. El perfil de público que viene tiene más de 40 años y es coleccionista”, coincide Palau.
Los clásicos nunca mueren
A día de hoy, Scalextric "es la mezcla de lo analógico ligado a la digitalización y a las aplicaciones. Somos el Seat 600 de los años 60 y el nuevo Cupra. Seguimos vigentes en los tiempos de TikTok y somos mucho más que un juguete", expone Arnau.
“Ha subsistido 60 años porque la idea es genial”, opina Palau, quien vaticina una larga vida a Scalextric: “tardará mucho en desaparecer”.