No es un día más. Huele a libros y a rosas. Las calles tienen un colorido especial e impera en el ambiente un optimismo comedido. Las colas no se forman a las puertas de un Zara ni de la tienda Apple, sino frente a las librerías y floristerías, que tienen un aforo del 50 %. Eso significa largas esperas en busca de un obsequio, pero ¡qué bien sientan un verso y una flor en estos tiempos y siempre! El 23 de abril es la fiesta de la literatura, de la rosa y de la primavera, y es el día laborable más festivo en Cataluña, tal vez porque la monotonía ofrece una pequeña tregua y el verano está a la vuelta de la esquina. O porque es un día que muchos llevaban dos años esperando. No es, sin embargo, un Sant Jordi normal, pero se le parece un poco.
Alrededor de 400 librerías y 1.200 floristerías sacan sus tiendas a la calle con la esperanza de recuperar el tiempo, la ilusión y el dinero perdidos en 2020, cuando el día del libro no se pudo celebrar por la pandemia y la versión veraniega no convenció ni a unos ni a otros. “Esperamos vender 900.000 libros y facturar el 60 % de un Sant Jordi normal, que suele suponer entre el 10 y el 40 % de los ingresos anuales dependiendo de la editorial”, vaticina Patrici Tixis, presidente de la Cambra del Llibre de Cataluña. En lugar de los siete millones que se alcanzaron en 2019, los floristas confían en vender 4,2 millones de rosas que significarán el 30 % de sus ingresos anuales. La venta de libros y flores se limita a las paradas de las propias tiendas y a 11 espacios públicos habilitados para la ocasión por el Ayuntamiento de Barcelona.
Digitalizarse o morir
Uno de los aspectos destacables de este Sant Jordi es la cantidad de libros y rosas que se han vendido antes del día clave, pues muchos comercios montaron sus paradas de un máximo de 9 metros el miércoles y “los pedidos online han subido mucho”, coinciden libreros y floristas. “El 70 % de las floristerías tienen ahora presencia digital, mientras que el año pasado la cifra era del 20 %”, apuntan desde el Gremi de Floristes. Mientras, en enero de 2020 “el 15 % de los libros se vendían online, y ahora la mayoría de librerías impulsan el comercio electrónico y la cifra ha subido al 23 %”, explica Tixis.
Otra iniciativa interesante de esta edición es la que ha impulsado Abacus con la firma de libros de autores internacionales como Isabel Allende y Yuval Noah Harari, entre otros. Los escritores, desde sus casas, han escrito dedicatorias personalizadas a 50 lectores a través de un brazo robótico que reproducía su letra de forma instantánea, a miles de kilómetros de distancia. Sin embargo, aunque muchos pronosticaban la muerte del papel --ahora es cierto que todos los libros nacen en formato digital--, la realidad es que la demanda del libro tradicional ha subido un 60 % en el último año mientras la del libro electrónico solo ha aumentado un 22 %, según apunta la plataforma Idealo. Por su parte, la entrada del audiolibro en el mercado español todavía es testimonial con un 3 % de cuota de mercado.
Rosas más profesionales y más caras
Este Sant Jordi, las y los que compren una rosa en alguna de las floristerías catalanas encontrarán un producto más profesional, pero también con un precio un poco más elevado que en años anteriores. “Está estimado que el coste pueda subir un 10 % debido a la falta de producción y al tema logístico, porque el flete aéreo ha subido respecto a 2019”, explica Miquel Batlle, presidente de la Asociación de Mayoristas de Mercabana.
Los precios y modelos, como siempre, varían con opciones muy dispares. “Las que van con papelina de plástico cuestan alrededor de 4 y 5 euros. A partir de aquí, si lleva eucaliptus, flores secas y se trata de una rosa diferencial protegida con papel u otros materiales sostenibles puede subir a los 5 o 9 euros”, explican desde el Gremi de Floristes. “Nosotros tenemos rosas que van desde los 2,5 euros la más económica hasta los 15”, expone a Consumidor Global la encargada de Flores Navarro, quien añade que, aunque la versión amarilla se vende bastante, la reina es la roja. En la misma línea, Batlle explica que el año pasado la rosa blanca tomó cierto protagonismo como homenaje a los sanitarios, pero ahora no se ha hecho ninguna campaña similar que motive la venta de esta variedad. En general, todos coinciden en que las rosas rojas acaparan el 98 % del total. Y si alguien no sabe dónde ir a comprarlas este año, “también se pueden reservar para evitarse la cola”, apuntan los floristas.
Los autores ‘best sellers’
Cuando Sant Jordi llega a su fin, una de las informaciones más buscadas es el nombre de la escritora o el autor más vendido. En este aspecto, la mayoría de libreros coinciden en que este año por el superlibro pelearán Jaume Cabré, con Consumidos por el fuego; María Dueñas, con Sira; el sempiterno Eduardo Mendoza, con Trasbordo en Moscú; y Javier Castillo, con El juego del alma. Aunque Sandra Barneda y Oriol Mitjà podrían convertirse en la sorpresa de última hora.
Por otro lado, con un poco más de distancia de la habitual, escritores de la talla de Javier Cercas, Edurne Portela, María Dueñas, Miqui Otero o Milena Busquets, entre muchos otros, irán saltando de librería en librería para regalar dedicatorias a sus lectores. Y tras reivindicar “el placer de la lectura” en su pregón de Sant Jordi, la escritora de moda Irene Vallejo firmará El infinito en un junco en la librería Documenta, la Laie y La Central.
Librerías nacidas en plena crisis
Pero si hablamos de librerías, cabe hacer una mención especial a Finestres, Ona, Byron, Fahrenheit 451, ArtsLibris y Restory, que acaban de abrir sus puertas en Barcelona, pese a todo, y están deseosas de presentarse a los amantes de la literatura y sacar pecho. De hecho, su nacimiento no es fruto de la casualidad, sino de una tendencia. Y es que varios estudios aseguran que más de un 60 % de los españoles leen más ahora que antes de la pandemia.
Así, establecimientos como Finestres ofrecen espacios que son un regalo para la vista y el intelecto. Esta librería en concreto cuenta con una zona de sofás junto a una chimenea y un patio rodeado de jardines verticales, ideal para dejar pasar la tarde. Entre sus joyas, destaca una preciosa edición de la Divina Comedia de Dante Alighieri ilustrada por Miquel Barceló.
Un Sant Jordi alternativo
Cada 23 de abril las rosas y los libros son los protagonistas indiscutibles, pero existen otras maneras de disfrutar del día. Una de ellas es aprovechar la jornada de puertas abiertas y acercarse al Pabellón Mies Van der Rohe, al Palau Güell o al recinto modernista de Sant Pau, que se pueden visitar de forma gratuita.
Y en cuanto a la oferta gastronómica, la Pastelería Mauri ha preparado pasteles de Sant Jordi individuales “porque las familias no pueden juntarse tanto”, y unas cajitas con dos rosas de chocolate, una blanca y una negra. Además, muchos hoteles y restaurantes de la capital catalana han preparado menús, packs y eventos especiales. El Hotel Cotton House, por ejemplo, ha programado un concierto poético con dos guitarras en su terraza Batuar. Y, a partir de las 12 horas, El Palace montará un mercado de Sant Jordi en el rooftop para disfrutar de productos locales y de las vistas de una ciudad que no se acaba nunca.