Al salir del último túnel de la preciosa carretera N-260, conocida como el Congosto por las montañas que se alzan a ambos lados de la vía, y dejar atrás la bonita localidad de Benasque, toca encarar el último ascenso, los 6,5 kilómetros finales de una travesía de curvas pronunciadas donde se esconde un letrero revelador: “Cerler, el pueblo más alto del Pirineo aragonés 1.540 metros”. Y seguir subiendo…
Cerler es un pequeño pueblo de 374 habitantes que consta de un casco antiguo que conserva casas medievales, una estación de esquí rodeada de picos tan icónicos como el Aneto, riachuelos, cascadas y mucha nieve en invierno.
Casas medievales
La población de Cerler, por delante de Villarrué (Laspaúles), que se encuentra a 1.534 metros por encima del nivel del mar, es una localidad de altura que conserva toda la autenticidad de los típicos pueblos del Valle de Benasque. Al pasear por el casco antiguo, destacan algunas casas nobles del siglo XVI, otras construcciones, incluso, de épocas anteriores, y la iglesia románica de San Lorenzo, que data del siglo XI.
Aramón Cerler
A día de hoy, lo más famoso de Cerler es la estación de esquí gestionada por Aramón, que cuenta con 80 kilómetros esquiables y atrae a un gran número de visitantes durante la temporada invernal. Además, Aramón Cerler puede presumir de tener algunos de los mayores desniveles esquiables de los Pirineos: desde la base, a 1.500 metros, hasta el Pico Gallinero, que se alza hasta los 2.630 metros de altura.
Unos desniveles que están rodeados de frondosos bosques de abetos y de 60 picos de más de 3.000 metros, entre los que destaca el icónico Aneto. Bienvenidos a Cerler, el techo de los Pirineos. El techo de la península ibérica.