Los petardos para celebrar San Juan son ahora más españoles y algunos el doble de caros

La pólvora que corre por las calles de Alicante y Barcelona, a medida que se acercan las hogueras de San Juan y la verbena, es más española que nunca. “El cierre de los puertos en China y el aumento del precio del transporte ha hecho que muchos fabricantes valencianos, catalanes, leoneses y vascos hayan dado un paso al frente para hacer petardos españoles de mayor calidad, pero también más caros”, exponen a este medio desde la tienda Petar2m, de la calle Aragón de Barcelona. Algunos, de hecho, son hasta el doble de caros que en 2021.

“Las ventas van mucho mejor que el año pasado”, aseguran desde la cadena La Traca, que tiene gran parte de sus tiendas en Alicante, ciudad que celebra su Fiesta Mayor --con pólvora, cohetes, petardos y mascletás incluidas-- del 19 al 24 de junio. En Cataluña, las tiendas de petardos también están bastante concurridas, pero se muestran más cautelosas. “Las ventas serán similares a las del año pasado”, explica Pilar, la dueña de Petardos CM en la calle Mallorca de la ciudad condal, donde ponen a disposición de los clientes un catálogo completamente renovado.

Un catálogo de petardos ‘made in Spain’

Al echar un simple vistazo en la sección de cohetes, uno se percata de las novedades. Van desde los 12 euros hasta los 69 euros, y muchos petardos están fabricados en León o en el País Vasco. “Con las baterías (castillos de fuego) sucede lo mismo, y la mayoría son productos españoles hechos en Cataluña y Valencia”, expone el responsable de la tienda Petardos CM de la calle Padilla, quien explica que ya no hay Supergatos y que la mayoría de fuentes pequeñas y petardos como las Piulas se venden, ahora, sólo en packs.

Los vendedores también coinciden a la hora de señalar que, si bien el año pasado sólo el 3 % del catálogo era producto nacional, ahora más de un 50 % es autóctono. “Hasta los botes de humo son nacionales”, apunta Pilar. En Pirotecnias Valencia siempre habían fabricado tracas, pero “nos hemos puesto a hacer truenos porque en China han cambiado la normativa y ya no exportan truenos de más de 0,5 gramos de pólvora”, expone Cristian Peñalver, el gerente de esta empresa, quien asegura que esta medida les ha beneficiado. Un catálogo made in Spain que ha hecho que los precios de los petardos suban todavía más.

Sube el precio y algunos son casi el doble de caros

Cinco truenos de los nuevos Nagasakis, ahora fabricados en Valencia, salen por 12 euros. Mientras que el año pasado costaban 6 euros y eran de producción china. “El pack infantil, que es de los que más se vende, el año pasado costaba entre 10 y 15 euros, y ahora sale por 33,50 euros”, reconocen desde la tienda Petar2m. Los Demolition (18 euros), unos truenos de gran onda expansiva, costaban 13 euros en 2021. De media, “el precio de los petardos se ha encarecido alrededor de un 30 %”, apunta Pilar. De hecho, las bombetas (4 euros), que es el producto más vendido, es de las pocas cosas que no han variado de precio.

“Hemos gastado lo mismo que otros años, 100 euros, y hemos comprado menos petardos”, explica Andreu a la salida de una tienda. “Siempre son caros, pero este año más”, opina en la misma línea Antonio. “Han subido más que el pan”, apunta otro cliente. Y es que, en general, el tique medio de este 2022 está entre los 50 y 60 euros, según los vendedores consultados.

Falta de existencias

“Podremos abastecer a nuestros clientes, pero hay artículos puntuales que han sufrido una rotura de stock”, lamentan desde Petar2m, donde ya se han quedado sin bengalas de colores, sin el Trueno Mascletá (20 euros) y sin algunos de sus mejores castillos de fuego.

Esta falta de existencias de determinados productos afecta a todas las tiendas. “Las baterías Ushuaia (130 euros) y la Trinity (81) se han agotado”, apunta Arnau, de la tienda Petardos CM de la calle Marina, donde el lugar de la estantería en el que deberían estar la fuente Mistika (18 euros) y los truenos Terminator (5 euros) también está vacío. Y eso que, como cada año, las mayores ventas “se hacen los últimos días antes de la verbena”, concluye Pilar.