Uno de los últimos éxitos de Netflix es una serie documental de una temporada titulada Somos lo que comemos. Se trata de un experimento en el que varios gemelos cambian sus dietas y estilos de vida durante ocho semanas con el objetivo de analizar el impacto de los alimentos en su salud.
La idea es, cuanto menos, original. El problema reside en que los espectadores puedan percibir el contenido de la serie como si tuviera una base científica, cuando no deja de ser entretenimiento. De hecho, según los expertos, es una "chapuza".
Así es el documental viral de Netflix sobre la dieta
El experimento que sirve de hilo conductor de Somos lo que comemos es "chapucero”, apunta el dietista, nutricionista e investigador Aitor Sánchez García, más conocido por su canal de YouTube Mi dieta cojea, donde hace un análisis en profundidad del documental y de sus carencias científicas.
Según este experto, el principal fallo de la miniserie de Netflix es el diseño del experimento, pues las variables y la metodología que emplea "tiene muy poco de científica". En concreto, el documental intenta vender el experimento como si cada gemelo ingiriese una dieta saludable donde la única diferencia es que una es vegana y la otra no. Sin embargo, a la hora de la verdad, el espectador puede apreciar fácilmente como las diferencias entre una dieta y otra van mucho más allá: cantidad calorías y de proteínas, frecuencia de ingesta, etcétera.
'Somos lo que comemos'
En resumen, el también autor del libro Mi dieta cojea opina que Somos lo que comemos es un documental en el que "falla la metodología", o dicho de otro modo, que carece de valor como experimento científico.
Pese a todo, el nutricionista Aitor Sánchez García considera que ver el documental puede contribuir de manera positiva y despertar el interés de los espectadores que quieran profundizar sobre algunos aspectos de la alimentación. That's entertainment!