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El negocio de la reventa de entradas: precios abusivos, duplicidades y márketing de urgencia
La ley que regula el llamado mercado secundario del tique en España es de 1982 y no hace mención a la venta ‘online’, lo que facilita el negocio de plataformas como Viagogo, que reciben críticas feroces
“Compré dos entradas para un concierto de Elton John por 314 euros. Cuando las recibí por correo electrónico vi que el valor real de cada una era de 60 euros, es decir, me habían cobrado casi el triple. Pedí un reembolso y me dijeron que no aceptaban devoluciones, que la única opción era la reventa”, explica Eduardo Flores, uno de los más de 5.000 miembros del grupo de Facebook Víctimas y afectados por Viagogo, una de las empresas online de reventa de entradas que opera en España.
Este tipo de páginas web de mercado secundario sirven de intermediarias para que usuarios que no pueden asistir a partidos de fútbol, conciertos u otros eventos puedan revender su entrada. Sin embargo, no establecen límites en los precios, por lo que suelen ser bastante superiores a los fijados por la promotora o los establecimientos oficiales de venta. Además, la crítica general apunta a la reventa masiva y, mientras las páginas oficiales se quedan sin entradas en horas, este tipo de portales ofrecen una alta disponibilidad.
Técnicas para vender más
Tras interponer una denuncia en una oficina de los Mossos d’Esquadra y reclamar en el banco, Flores recuperó su dinero después de tres meses de espera. Aunque no siempre se tiene esa misma suerte. Lara de Juan, la creadora del mencionado grupo, se decidió a abrir esta página en la popular red social tras su experiencia con la plataforma de reventa.
La joven compró dos entradas para uno de los conciertos que dio el grupo británico Jamiroquai en 2017 por 420 euros. Meses después, De Juan recibió un correo que confirmaba que el concierto se posponía, sin nueva fecha a la vista. Ahí empezó su periplo para contactar con la empresa y pedir el reembolso. “Llegar al formulario de contacto ya me resultó realmente difícil y, una vez contacté con ellos, solo recibía respuestas predefinidas”, explica la joven. Sin embargo, desde Viagogo aseguran a Consumidor Global que “las entradas para eventos aplazados siguen siendo válidas y, por lo tanto, los clientes no tienen derecho a reembolso y siempre pueden volver a poner en venta sus tiques si no pueden asistir”.
Mensajes agresivos
De Juan decidió compartir lo que le había ocurrido para ayudar a otras personas que estuvieran en su misma situación. “Yo no he recuperado el dinero, pero he ayudado a que muchos lo hagan”, se consuela. La joven achaca el uso de estas páginas a la falta de información. “Poca gente sabe que, si compras en reventa, no tienes las mismas garantías que si la compras en un canal oficial, y eso debería de quedar bien claro”, se queja.
Este tipo de páginas suelen estar muy bien posicionadas en los motores de búsqueda y emplean, además, técnicas comerciales agresivas. “Utilizan márketing de urgencia, es decir, te dicen que hay otras personas comprando esas entradas o que se están agotando para que te des prisa”, subraya De Juan, periodista especializada en márketing online.
Entradas que no existen
Más allá de unos precios irreales, la actividad de reventa puede esconder otro tipo de fraudes. Las quejas en el grupo de Facebook creado por De Juan son diversas: tiquetes duplicados, falsificados o que no existen, ni las plataformas los poseen.
“Cuando compré las entradas me dijeron que me las enviarían, como muy tarde, tres días antes del concierto, lo que me pareció realmente sospechoso. ¿Qué empresa de venta de entradas no las tiene en su poder al venderlas?”, se pregunta ahora la joven.
Vacío legal
A pesar de que miles de personas se sienten engañadas por esta práctica, “la reventa online no es un delito perseguible porque no está tipificado como tal”, explica Irene Lafuente, asociada del bufete Lafuente Abogados. “Estas plataformas se aprovechan de un vacío legal, pues no existe una normativa como tal referida a la venta de boletos en internet”, matiza la experta.
Originalmente, estas páginas estaban pensadas para aquellas personas que iban a acudir a un evento o a un concierto y al final no podían. Pero, en la actualidad, se han vuelto un negocio. “El scalping es una técnica que consiste en comprar, en pocos minutos, el mayor número posible de entradas disponibles para luego venderlas en reventa y aumentar el margen de beneficio”, cuenta Lafuente. “Esto limita al consumidor medio, pues los precios son muy superiores a los oficiales”, añade.
Una ley aprobada hace 38 años
A juicio de esta abogada, “la solución pasa o bien por poner límite al número de tiquetes que pueda comprar una persona o una plataforma, o por vender entradas nominativas que permitan cambio de nombre en caso de no poder asistir”. Como solución legislativa, se ha planteado en ocasiones “aplicar o extender por analogía lo que señala la única normativa en relación con la reventa, que es del año 82”, detalla Lafuente.
El Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas fue aprobado con motivo del Mundial de fútbol celebrado en España en los ochenta y prohíbe la reventa de localidades a pie de calle. Aunque esta ley permite la distribución en algunos locales autorizados, pone límite al número de entradas disponibles en este mercado secundario --máximo el 25% de los boletos de cada clase-- y al recargo que se puede aplicar –inferior al 20% del precio marcado para la venta directa. Sin embargo, esto puede generar muchas dudas, ya que no es lo mismo revender a pie de calle que en la red. “La Ley de 1982 se ha quedado obsoleta con tantos avances a nivel tecnológico”, subraya Lafuente.
Artistas unidos contra la reventa
En 2017, tras verse afectado por la reventa masiva en internet para uno de sus conciertos, Alejandro Sanz creó la Alianza Anti-reventa, a la que se unieron artistas, promotoras y plataformas autorizadas. “La reventa masiva por internet es una estafa a los fans. En muchos casos los tiquetes que se venden están anulados o son falsos”, explicaba el cantante en un comunicado público. “Necesitamos urgentemente que el Gobierno y las comunidades autónomas pongan fin a esta abusiva situación”, reclamaba el artista madrileño.
Joaquín Sabina fue otra de las voces que se sumó a esta lucha contra la reventa. Antes incluso de que el concierto del jienense se anunciara oficialmente, Viagogo puso entradas a la venta en su web por un precio seis veces más caro que el habitual, por lo que el cantante denunció a la plataforma. Otro caso sonado fue el del grupo U2, que exigió que en su concierto de Barcelona de 2017 los boletos fueran nominativos. Y el grupo Extremoduro también alerta en su web sobre esta práctica: “No compréis entradas en canales de reventa porque os subirán los precios por la cara, aunque aún queden entradas en los canales oficiales”.
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